Nacional Claudia Sheinbaum Seguridad Narcotráfico Generación Z Pensión Bienestar

Egresar, no es sinónimo de oportunidades

Los jóvenes no sólo son los últimos en ser contratados por “su escasa experiencia y capacitación”; también son los primeros en ser despedidos, por los “bajos niveles de estabilidad laboral y protección social”. (El Universal)

Los jóvenes no sólo son los últimos en ser contratados por “su escasa experiencia y capacitación”; también son los primeros en ser despedidos, por los “bajos niveles de estabilidad laboral y protección social”. (El Universal)

El Universal

Las cifras de desocupación están relacionadas con el panorama laboral altamente polarizado y paradójico del mundo actual.

MÉXICO, DF.-Empleos escasos, mal pagados y con grandes cargas de trabajo es el panorama al que se enfrenta alrededor de un millón 181 mil 873 jóvenes capitalinos -85.5% del total de la población joven en el DF- quienes realizan alguna labor remunerada o bien, buscan incorporarse al mercado de trabajo, según datos del Consejo Nacional de Población (Conapo).

Los jóvenes capitalinos representan 29% de la fuerza laboral en el DF, casi la tercera parte de los 4 millones 38 mil 747 personas que se hallan en edad y condiciones para laborar.

Sin embargo, pese a representar 29% de la fuerza laboral, alrededor de 319 mil 106 jóvenes -27% del total- refirieron desocupación abierta, es decir, sin experiencia o con más de un año de inactividad; según la Encuesta Nacional de Empleo Urbano (ENEU), realizada por el INEGI en el 2004.

En este sentido la Encuesta Nacional de Juventud 2005, realizada por el Instituto Mexicano de la Juventud (IMJ), revela que apenas el 57.7% de los jóvenes capitalinos ha trabajado alguna vez.

Este nivel de desocupación se explica -según José A. Pérez Islas y Maritza Arteaga, investigadores del IMJ- por el panorama laboral “altamente polarizado y paradójico del mundo actual”.

Así, los jóvenes no sólo son los últimos en ser contratados por “su escasa experiencia y capacitación”; también son los primeros en ser despedidos, por los “bajos niveles de estabilidad laboral y protección social”.

En el estudio titulado Procesos de Incorporación de la Juventud al Mercado Laboral, realizado por José Pérez Islas y Maritza Arteaga para el IMJ, se señala la falta de experiencia, la escolaridad insuficiente y en algunos casos la edad como los principales factores de rechazo del empleador hacia los jóvenes.

Sin embargo, “la instrucción ha ido perdiendo importancia en cuanto a maximizar las posibilidades de obtener empleo bien remunerado”, refieren los investigadores.

De esta manera, abundan los empleos que requieren una mínima calificación, bajos salarios y actividades rutinarias, características que suelen obedecer al sector industrial y de servicios.

Trabajar en tiendas departamentales, restaurantes de comida rápida o call centers, son una opción viable para los jóvenes, “más por necesidad que por gusto, porque en estos empleos la experiencia necesaria es mínima”, indicó Omar García, psicólogo y reclutador.

Según registros de la ENJ 2005, el 35.8% de los jóvenes obtuvo su primer empleo como “comerciante o trabajando en el comercio”; mientras que el 18.1% refiere haber iniciado como “otro trabajador en servicios”, de los cuales el 70.7% de los encuestados no contaba con un contrato.

Finalmente, en la investigación emprendida por el IMJ se considera que el empleo no es sólo procurarse cierto poder adquisitivo, también “es un espacio de autoidentificación positiva y negativa, es un lugar definitivo en su proceso de constitución como sujetos y la incorporación a la vida adulta”.

Hallar empleo, ardua labor para profesionistas desocupados

Con la esperanza de ser contratados “en lo que sea” para tener un ingreso aunque sea bajo, jóvenes que han concluido alguna carrera están en busca de empleo sin importar ya, que no sea en el área que estudiaron, pues en ésta les ha sido difícil y casi imposible poder colocarse.

Juan Miguel Güemes, a sus 24 años de edad intenta laborar como asesor telefónico para una empresa bancaria, ante los intentos fallidos por trabajar en alguna área de mercadotecnia, carrera que el estudio y en la que infructuosamente ha solicitado empleo.

“Espero que aquí me den trabajo, aunque sea llamando por teléfono para convencer a personas que adquieran una tarjeta de crédito. Lo que pasa es que, como toda la gente, necesito tener ingresos para poder subsistir y ahora me encuentro en una situación económica muy difícil”, resalta el joven.

Reconoce que es poco el salario que le ofrecen, pese a que dice, es soltero. Confía en que sí lo contratarán, pues al término de la entrevista mencionó que le fue bien.

Los requisitos que le piden, entre otros, es tener como un mínimo de estudios el bachillerato concluido, facilidad de palabra, disponibilidad de horario, “ganas para trabajar” y edad no mayor a los 40 años.

Esta “flexibilidad” de la edad, es “muy buena” para Rosalía Meza, quien a sus 40 años, con una carrera comercial lamenta que se le dificulte encontrar empleo, pues en todas las empresas a las que ha ido a solicitarlo la rechazan, ya que uno de los requisitos es ser menor de 35 y hasta 30 años de edad.

“Tengo casi un año buscando trabajo y me ha sido muy difícil encontrar. En mis otros empleos, lo que me ha ayudado es que sé inglés, pero lamentablemente ha habido recortes y a quienes nos toca es a los que tenemos más de 35.

“Eso es muy triste porque no se considera que quienes tenemos más edad, tenemos más experiencia y somos productivos, no sé por qué existe esa discriminación, espero que aquí realmente tomen en cuenta que sea hasta los 40 años”, subrayó Rosalía momentos antes de entrar a una entrevista de trabajo donde le dijeron que le llamarían posteriormente.

Nerviosa, Luz Martínez espera en la misma fila. Ella estudió turismo y actualmente cursa la maestría en esa área, sin hasta ahora poder encontrar empleo en la misma en el Distrito Federal.

Confiesa que no ha intentado en otros estados donde esa profesión es más requerida, pues desea concluir en el DF su maestría. “Pero ya me urge entrar a trabajar, no sólo para ir adquiriendo experiencia y encaminarme en mi carrera, sino también porque necesito dinero para pagar mis estudios y subsistir.

“Por eso vengo aquí a solicitar empleo de asesora telefónica porque necesito tener un ingreso, pero continuaré, de cualquier forma, buscando en el área turística, porque para eso estudio”, resalta Luz Martínez, de 24 años de edad antes de entrar a la entrevista.

A su salida, menciona que tuvo suerte, que sí la emplearán. “Sólo falta otra entrevista, aunque reconoce que el salario no será mucho, tal vez, considera, por el horario, porque es de 9:00 a 15:00 horas, “pero esto me ayuda a seguir estudiando y tener un ingreso mientras concluyo la maestría”.

Érick Estrada, de 21 años de edad, se encuentra en una situación similar, estudia la licenciatura en administración en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y necesita de un ingreso, pues a sus padres les es difícil apoyarlo económicamente y al mismo tiempo su hogar.

Es la primera ocasión que busca empleo y dice que, ante la necesidad, “de lo que sea estaría bien” pues lo importante en este momento es contar con algo de dinero para ayudarse y apoyar a sus padres en los gastos de su hogar.

Leer más de Nacional

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nacional

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Los jóvenes no sólo son los últimos en ser contratados por “su escasa experiencia y capacitación”; también son los primeros en ser despedidos, por los “bajos niveles de estabilidad laboral y protección social”. (El Universal)

Clasificados

ID: 289923

elsiglo.mx