James Jackson recibió una inyección letal en el penal de Huntsville en Texas.
EFE
Washington.- Un hombre que asesinó a su esposa y dos hijastras hace diez años fue ejecutado en Texas, pese a que hasta último momento insistió en su inocencia.
James Jackson, de 47 años, recibió una inyección letal en el penal de Huntsville después de que sus abogadas agotaron todos los recursos de apelación.
"Estoy listo. Es hora de que comience la fiesta. Alcaide, asesíneme", señaló antes de recibir la combinación de sustancias que le causó la muerte ocho minutos después.
Jackson, el cuarto asesino ejecutado este año en Texas, fue declarado culpable de estrangular a su esposa, Sharon Jackson, y a las hijas de ésta, Sonceria Mayes, de 19 años, y su hermana Ericka, de 18.
En esos momentos Jackson gozaba de libertad bajo palabra tras cumplir la mitad de una condena a diez años de cárcel por atacar al padre de una ex novia en Dallas.
Jackson fue arrestado al día siguiente de los asesinatos y entre sus pertenencias la policía encontró una nota en la que se lamentaba de no tener trabajo y de no poder cuidar a sus hijastras.
"Las devolví a Dios. El y ellas comprenderán", indicaba la nota, según manifestaron los fiscales durante el juicio.
Sin embargo, Jackson insistió en que esa nota eran apuntes de sus estudios bíblicos.
"El que sea cristiano comprenderá. Sacaron (esa conclusión) fuera de contexto", según afirmó cuando esperaba la ejecución.
La de Jackson fue la primera de tres ejecuciones previstas para este mes por el estado de Texas.