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¿El anti-AMLO?

Genaro Lozano

Sigue evitando los eventos públicos con el Presidente Calderón y huyéndole a una foto con él, pero Marcelo Ebrard, el jefe de Gobierno del DF, va pintando cada vez más una línea divisoria entre él y Andrés Manuel López Obrador.

Lo mismo en temas de la agenda social, que en un activismo internacional, que en su estilo personal de gobernar o en decisiones de políticas públicas, Ebrard se convierte a pasos agigantados en el anti-AMLO y podría estar llevando a su partido a hacer lo propio.

Mientras que AMLO dictó línea a los asambleístas del DF para que congelaran las sociedades de convivencia durante su mandato, Ebrard integró el tema de la equidad en su campaña y ya como jefe de Gobierno, defendió la entrada en vigor de la Ley, pidiendo a las delegaciones perredistas en el DF que celebraran a las primeras parejas del mismo sexo que se unieran bajo la nueva Ley.

Durante su gestión como jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador literalmente le huyó a entrar en la polémica por el aborto, mientras que Ebrard aceptó sin reservas los costos políticos y hasta eclesiásticos, que pudiese traer la firma del decreto que reforma el Código Penal del DF para despenalizar el aborto.

Lo mismo sucederá con el tema de la eutanasia, que se empieza a discutir tanto a nivel local como federal. Marcelo Ebrard y en general, su partido empiezan a destrabar los temas que naturalmente le corresponden a un partido como el PRD, pero que con López Obrador no se tocaban.

Mientras que AMLO se ufanaba de su provincialismo y rehusaba hacer viajes al extranjero, Ebrard ha iniciado un activismo internacional con su participación en una reunión en Nueva York, con alcaldes de otras 30 ciudades del mundo, para discutir sobre el cambio climático y para buscar fondos de la Iniciativa Clinton para proyectos en la Ciudad de México.

Al mismo tiempo, mientras que López Obrador sólo se preocupaba por los migrantes mexicanos a nivel discursivo, Ebrard anunció la apertura de una representación del DF en cinco ciudades de Estados Unidos para este año.

En cuanto a políticas públicas y participación ciudadana, Ebrard anunció desde Nueva York la instrumentación de consultas ciudadanas para los megaproyectos que requiere la Ciudad de México y aunque este tema, el de los plebiscitos, sigue siendo un tabú en México y sigue causando molestias entre los legisladores de la Asamblea Legislativa, lo cierto es que en las democracias más avanzadas, los instrumentos de consulta ciudadana son utilizados sin problemas y de forma frecuente.

Sin embargo, Marcelo necesita dar un paso inequívoco para distanciarse de Andrés Manuel y su movimiento de la “Presidencia legítima”. Durante los próximos cinco años, el jefe de Gobierno no podrá seguir recurriendo a actos de escapismo para no coincidir con el presidente Calderón en un evento público. La contienda electoral de 2006 se irá alejando cada vez más del calendario y Ebrard necesitará montarse a la agenda del Gobierno Federal más activamente y demostrar que es un actor político indispensable, activo y presente en esa agenda.

Todo indica a que Marcelo Ebrard le apuesta al futuro, a las elecciones presidenciales de 2012, pero sólo se convertirá en un actor político nacional si marca aún más la distancia con AMLO y dialoga directamente con la Presidencia de la República.

Un primer termómetro para el PRD serán las elecciones intermedias de 2009, pasando esta fecha sólo será cuestión de tiempo para que Ebrard tenga una brújula que le permita evaluar el futuro del PRD y el propio y se convierta en un verdadero anti-AMLO.

Politólogo e Internacionalista

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