Mientras escribo este texto escucho en un promocional en la radio las declaraciones del alcalde municipal José Ángel Pérez donde menciona que buscará una nueva imagen de la ciudad rumbo a los 100 años y en donde invita al pago de predial para ejecutar las mejoras necesarias. Con el pretexto de la llegada del Centenario de Torreón se pretende realizar una reestructuración del transporte urbano, la policía y una nueva presentación del municipio. Se habla, además de los sucesos planeados por las distintas comisiones; de priorizar la limpieza, semaforización y de llevar a cabo el programa de modernización de transporte. Pero al parecer no se menciona nada de los cinturones de pobreza, la pavimentación y el descuido existente en cuanto al problema del agua. Si en el gobierno se desconocen las principales problemáticas del municipio se hace comprensible el porqué de la negativa del alcalde a ejercer su responsabilidad y dar la cara a los representantes del pulpo camionero.
El problema del agua debería ser la principal preocupación de nuestros líderes y de la población en general. La revista de reciente nacimiento Fragua tiene en su primer número un reportaje muy interesante y completo sobre el abatimiento de los mantos acuíferos y su relación con la construcción de presas en la región. En la revista se ejemplifica el cómo las poblaciones son abandonadas por la carestía del líquido y se menciona que a la Comarca Lagunera podría pasarle lo mismo en pocos años. La industria es la principal consumidora de agua y existe la necesidad innegable de volver a procesos de riego que auxilien en la recarga de los mantos dañados por los procedimientos erróneos en la producción agrícola. La publicación refleja en sus páginas la urgentísima necesidad de un plan de contingencia, la perforación de pozos y el cómo en unas cuantas décadas se hace patente la necesidad de cavar a mayor profundidad para extraer el agua.
La pobreza existente en las colonias de la periferia es otro de los problemas que el centenario no contempla. La mala distribución de la riqueza, el poco ingreso y la instalación de empresas extranjeras que pagan mano de obra barata han creado en la región un crecimiento que beneficia a unos cuantos y crea una población de empleados temporales. Recuerdo mi paso laboral por un hotel de una franquicia americana al que llamaré el craun, en dicho hotel los empleados podíamos atestiguar las tarifas gigantescas de hospedaje, alimentación, y servicios de renta de salones en los que la ganancia no estaba relacionada a los salarios de los colaboradores ?pareciera que el eufemismo que sustituye a ?empleado? aumentaba la calidad humana del trabajador? imaginase que yo ganaba mil quinientos pesos quincenales mientras que una noche de hospedaje en tarifa estándar costaba mi salario. Es decir, mientras yo trabajaba quince jornadas de ocho horas, mi sueldo era captado por la empresa en una sola noche de estancia, más impuesto. Si bien había vales de despensa mensuales, ahorro de empresa y de empleado y se puede alegar los costos de producción de bienes, mantenimiento y servicios; la correspondencia entre el ingreso para la empresa y los sueldos de los colaboradores distaba y aun dista mucho de ser justa, esto sin contar las rentas de salones, los ingresos por restaurante, bar, lavandería y eventos. En La Laguna los empleos temporales son los que abundan, lo que no crea en el empleado la antigüedad que garantice un mayor desarrollo y capacidad de ingreso, sin olvidar que en las empresas de la industria abundan los recortes de personal y que muchas de ellas tienen un eterno cartel de vacantes y que otras no cumplen con los pagos a los servicios de seguridad social y vivienda. Obviamente no generalizo, pero el entreguismo y la mala distribución del ingreso es común en la región.
Sobre los problemas de la pavimentación, el tránsito y la excesiva semaforización no ahondaré mucho en ellos. Basta que se dé una vuelta por las calles y avenidas de la ciudad y padezca los embotellamientos, los baches, la mala pavimentación, el nulo recarpeteo y los semáforos inútiles como los ubicados en Águila Nacional y calle 32.
Para este centenario el gobierno está atendiendo las prioridades equivocadas. Mientras se utilice una promoción mediática para hacernos creer que todo va por buen camino y las sonrisas del alcalde nos saluden desde lo alto en los espectaculares y en cada parada de autobuses destartalados, la frase del Ayuntamiento Juntos Logramos más por Torreón será un eslogan pasajero más y un reflejo de la percepción irreal que se tiene sobre los problemas de una ciudad en la que el único que sonríe eternamente es el gobernante.
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