Si la democracia cojea y da tumbos en capítulos prioritarios, en la dimensión social se halla semimuerta, paralizada por los contratos de protección, el clientelismo, el desempleo, que multiplica la marginalidad y la economía “informal”, el combate contra la contratación colectiva y los salarios mínimos, la avaricia de un sindicalismo nacido para sojuzgar no para redimir.
Adolfo Sánchez Rebolledo
Ahora resulta que ni el Himno Nacional es nuestro. Leo en La Jornada, uno de los pocos periódicos con verdadera libertad de prensa que quedan, que los derechos de autor los tiene la compañía estadounidense Wagner Lieven, y resulta que en cada ocasión que se cante fuera de nuestro país el himno, la empresa recibirá pago por regalías.
Poco a poco, desde hace años y gracias a la continuidad del sistema neoliberal que impera y con el fraude electoral del dos de julio pasado, la nación ya es un territorio económico para beneficio de intereses particulares y extranjeros: FOBAPROA, importaciones hasta de granos básicos, rescate carretero, monopolios voraces, corporaciones con condiciones de empleo cercanas a la esclavitud, televisoras con grandes ingresos por publicidad gubernamental y permisos para la instalación de juegos de azar y casinos, medios impresos y radiales cuyo beneficio económico les impide la verdadera defensa social y la cobertura de eventos de protesta, extensión de impuestos a través de redondeos, y no pare usted de contar ejemplos. Pero ¿y la gente? Ah, bien gracias, en lo local, preocupados principalmente por el descenso del Santos Laguna; en lo nacional, absortos por la novedad del hijo de Luis Miguel, rara vez conscientes de su capacidad de organización y participación y mejor convencidos de un destino falso de agachados, de esperanzados alimentando a pastores, padres y obispos que mediante la fe les prometen un paraíso hasta después de la muerte, pero como el placebo es dulce y les da una buenaventura momentánea, lo siguen tomando junto con las dosis de entretenimiento mediático idiotizante; y algunos de los intelectuales, que por definición desde el caso Dreyfus son los pensadores, escritores y artistas -verdaderos creadores de arte, no faranduleros- que se comprometen con las causas sociales, en muchos casos no dicen nada acerca de la situación por miedo a incomodar a los dirigentes de los aparatos culturales que les pagan sus viajes, comidas y sueldos y se escudan bajo el pretexto de que no se puede criticar la casa que se visita, aunque se pida un comentario sobre todo el vecindario, incapaces de darse cuenta que todo el dinero que auxilia en su comodidad y privilegios viene del pueblo y los impuestos.
Ahora la más novedosa reforma que conlleva un beneficio privado son las modificaciones a la ley del ISSSTE. Herencia de los compromisos electorales de la maestra Gordillo, las reformas a la seguridad social son otro fraude en el que los principales afectados serán los trabajadores. No sé si usted ha notado cómo en las televisoras de alcance nacional se informa con parcialidad, se mencionan todos los supuestos beneficios y cuando se trata de cubrir las protestas y los choques no se indican los argumentos de los manifestantes. El perjuicio de la nueva ley, que, como es costumbre de los gobiernos nacional y local, no tomó en cuenta a los principales afectados, los trabajadores; consiste en que “La reforma al régimen de pensiones del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) traslada a los trabajadores el costo de la crisis que vive el instituto, vía la baja de beneficios (esquema de mínimo en pensiones y salud). Además, no aclara el destino de las reservas ni el uso que se hizo de las aportaciones y recursos, sino que opta por el ‘borrón y cuenta nueva’. Según el análisis denominado “La reforma de pensiones del ISSSTE: Ayala-SHCP-Banco Mundial; reflexiones para el debate”, elaborado por Miguel Alonso Raya y Odilia Ulloa Padilla, quienes fueron presidente y secretaria técnica, respectivamente, de la Comisión de Seguridad Social de la Cámara de Diputados durante la 59 Legislatura (2003- 2006).” (Fuente:
http://www.jornada.unam.mx/2007/03/23/index.php?sectionpolitica&article005n2pol
Lo que hará que las cuentas de los trabajadores pasen a un organismo llamado Pensionissste y de ahí al sistema de Afores que cobran grandes comisiones y otorgan bajos rendimientos anuales, lo que producirá generaciones de empleados que se retirarán empobrecidos con pensiones mínimas. Las leyes además instituyen la creación de convenios con proveedores privados y el traslado de áreas y funciones públicas al mercado, no contemplan inversión y contratación de personal y provoca el adelgazamiento del estado y la seguridad social.
Con esto las reformas a la ley del ISSSTE resultan otro fraude que terminaremos pagando los ciudadanos sin importar si estamos afiliados o no. Las protestas por tal abuso son minimizadas y la participación ciudadana debe presentarse en respuesta ante el clientelismo político de nuestros supuestos representantes y el servilismo hacia la privatización que el gobierno con cinismo glorifica.
Y luego se preguntan los porqués del resentimiento social y la nula confianza en el país y sus instituciones.
CODA: Para reírnos un poco y conocer la crítica de las gracias gubernamentales a través de la caricatura política, le recomiendo la revista quincenal EL CHAMUCO y los hijos del averno. Búsquela en su puesto de revistas, sólo invertirá veinte pesos.
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