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El Buen Caldo / PROTESTA Y REPRESIÓN

Daniel Maldonado

Mira que sigue la lucha

y sigue el pueblo despierto.

No te suplico, te advierto:

no me pongas la capucha.

Del libro Palabras de Emergencia

Mario Benedetti

Los eventos ocurridos el pasado martes protagonizados por miembros del autotransporte y la Policía Municipal de Torreón nos hablan de la línea a seguir por las autoridades en lo referente a la solución de los problemas sociales que aquejan a la ciudad: la represión violenta y el encarcelamiento ilegal. Como ya lo sabe usted, caro lector, la represión sufrida por los transportistas resulta alarmante pues demuestra cómo el diálogo se deja de lado para dar paso a la violencia y a las arbitrariedades del poder. En realidad los transportistas no violentaron ninguna reglamentación, el libre tránsito de la avenida Juárez se vio obstaculizado hasta la llegada de las fuerzas policiales y el trasfondo político son los malos manejos presentes en las cuentas públicas del Ayuntamiento. Si bien la problemática de la modernización es antigua y representa la piedra en el zapato de cada administración, hay que estar conscientes que detrás de ese problema y todas las protestas sociales que vendrán, el aumento en el pasaje y las probables corruptelas que traiga el nuevo sistema de administración del transporte ?la comisión por la compra de unidades nuevas que seguro beneficiará a alguien, la instalación de los contadores de pasajeros, la administración del fondo para el pago de las unidades, la pérdida de las concesiones dejadas en prenda que luego podrían ser otorgadas a empresarios coludidos con los gobernantes- detrás de todos estos detalles se encuentra el bajo nivel adquisitivo y el insultante aumento al salario mínimo. Si el usuario del transporte tuviera el ingreso suficiente, no le dolería pagar más por mejores unidades, a las que habría que enseñarle a cuidar; existiría una correspondencia entre los aumentos a tortillas, luz, gas y demás productos, que cada año sufren una escalada gradual que va del 50 hasta el 200 por ciento, y el salario que sólo crece en un tres por ciento anual, una incongruencia y una agresión inconstitucional. Hay que recordar que del transporte también dependen las familias de los choferes y que el mantenimiento de las unidades, el gasto en combustible y la escalada de precios también les afectan a los concesionarios, ellos como usted y yo, sufren los aumentos en los productos básicos y en los servicios públicos.

La nula respuesta del alcalde José Ángel Pérez y su negativa a dar la cara y responsabilizarse por lo ocurrido asumiendo su papel de gobernante durante la toma simbólica de la presidencia el pasado miércoles, además de las declaraciones del director de autotransporte quien mencionó que trabajaba para el alcalde ?en lugar de hacerlo para el pueblo que paga su salario? sin olvidar la preocupante declaración de Víctor Ramos Galindo, responsable del operativo ejecutado el martes, quien dijo en una entrevista del programa radiofónico La Primera Piedra que de ser necesario utilizaría las armas para cumplir la reglamentación en caso de otra protesta, si así se lo ordenasen; nos hablan de una actitud irresponsable, represora y facistoide y de una lejanía insalvable entre el gobierno y los gobernados que traerá mayores problemas. Y es que la distancia existente entre pueblo y gobierno se refleja en las sumas millonarias que reciben los dirigentes, empresarios muchos de ellos, por un trabajo realizado sin la búsqueda del bien común, las exenciones que otorga el poder en cuanto a impartición de justicia ?como se ejemplifica en la falta de acción para penalizar las corruptelas en la licitación del servicio de limpieza gomezpalatino y el silencio del alcalde torreonense en lo referente al transporte que tomará tres días hábiles, fin de semana no incluido, para dar una respuesta? y la nula representación popular. Debemos estar conscientes que hace falta una renovación en la política nacional, la forma en la que se ejercita la justicia y la distribución del ingreso y que el pueblo no puede seguir siendo exprimido, ni debe continuar perdiendo sus derechos fundamentales ni debe ser reprendido y criminalizado por protestar ante una situación que nos está llevando en picada hacia la revuelta social. Aguas.

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