LA GUELAGUETZA
Comparto con usted, caro lector, algunos datos sobre la Guelaguetza que se festejará en la ciudad de Torreón los próximos 25 y 26 de agosto en la Alameda Zaragoza. El día 25 habrá una calenda, recorrido de trajes típicos y música de la avenida Allende hasta llegar a la Alameda y el sábado será la presentación de la Guelaguetza con orquesta en vivo a partir de las 18:00 horas:
La Guelaguetza nació en 1932 por iniciativa del gobernador Francisco López Cortés y fue apadrinada por el presidente interino Abelardo Rodríguez. Después de un terremoto que en 1931 dañó gravemente a Oaxaca y la Federación le tendió la mano a los habitantes de la región, se pensó en una festividad para rendir “homenaje racial” a los oaxaqueños de abajo, lo que le da un origen racista.
La fiesta se originó en las tradiciones festivas de los valles centrales del Estado, mayoritariamente zapotecas, siempre ha sido una fiesta popular basada en el regalo y la cooperación comunal. Guelaguetza es una palabra de origen zapoteco y se refiere a la cortesía, a la delicadeza y atención con que se debe tratar a los demás.
Más tarde, Guelaguetza fue la denominación que se dio a los sistemas de cooperación indígena, tanto a la ayuda que se prodigaban entre sí durante la siembra y la cosecha como la que se proporcionaba a las parejas recién formadas y a los parientes enfermos. La Guelaguetza evolucionó con actos ceremoniales y rituales dedicados a Centéotl y Xilomen, dios y diosa de la agricultura y el maíz, los que también incluían a Huitzilopochtli, dios de la guerra. Este ceremonial, en el que se llevaban ofrendas a los dioses, también comprendía danzas y música ritual.
La evangelización llevada a cabo durante la Colonia le dio un nuevo giro a la Guelaguetza, aunque guardando algunos de sus elementos: la cortesía proverbial entre los zapotecas se transformó en un acto de bienvenida dedicado a personajes importantes y para rendirle homenaje a la Virgen del Carmen.
A esta tradición se le conoce también como lunes del Cerro y se efectúa en las cercanías de Oaxaca, precisamente los dos lunes siguientes al 18 de julio.
Es importante recordar que el 18 de julio se conmemora la muerte de don Benito Juárez y es posible que actualmente la Guelaguetza también lleve implícito un homenaje al Benemérito de las Américas. Esta importante tradición ha saltado los límites regionales para convertirse, por la belleza y colorido de sus trajes, por su música, coreografía y danzas, en una muestra de la tradición y folclore nacional.
El bello espectáculo de la Guelaguetza se integró en forma natural con la música y las danzas tradicionales de las regiones indígenas de Oaxaca. La Guelaguetza se inicia con el paseo de todos los participantes ataviados con los trajes correspondientes a su región. Cada región presenta su danza y toca a las chinas oaxaqueñas, el Jarabe del Valle. De la Sierra de Juárez son los Sones Serranos y el Jarabe de la Botella. Desde Tuxtepec llega La Flor de la Piña y de Huautla de Jiménez, los Sones Mazatecos. Pinotepa Nacional participa con varias danzas, entre otras, La Chilena, La Malagueña, El Pandero, etc. Huajuapan de León presenta el Jarabe Mixteco. El istmo de Tehuantepec interviene con La Sandunga y La Tortuga. El Palomo y El Jarabe Chenteño corresponden a Ejutla. La Guelaguetza da fin con La Danza de la Pluma, cuyos participantes van tocados con grandes y coloridos penachos, adornados con espejos.
Cada región lleva su propia banda para acompañar a los danzantes. Recientemente se han agregado a estas fiestas otros espectáculos folclóricos para esparcimiento popular, tales como el desfile de las delegaciones organizado a la manera de la calenda tradicional y que se lleva a cabo el sábado anterior al primer lunes. Esta calenda la encabeza la “marmota”, que es un gran farol esférico cubierto de tela, los “gigantes”, las “chinas oaxaqueñas”, mujeres de la ciudad portando canastas enfloradas acompañadas de su banda de música y los coheteros; les siguen las demás delegaciones, cada una de ellas precedida de la música propia de su región. Al día siguiente que es domingo, se realiza en la Plaza Central la elección de la representante de la Diosa Centéotl que presidirá las fiestas. En este acto contienden una aspirante de cada delegación. En este certamen no se busca elegir a la más bella o a la más suntuosamente ataviada, sino a la más representativa y conocedora de la tradición de su pueblo. Por las noches ese mismo día se realiza el “Bani Stui Gulal” (repetición de la antigüedad), que es una representación de la historia de los Lunes del Cerro en sus diferentes épocas.
El lunes a las 5:00 de la mañana, los “chirimeteros” de los Valles Centrales tocan Las Mañanitas al cerro, con pitos, tambores y chirimías, mientras la gente empieza a llegar al cerro, en donde toman un suculento almuerzo oaxaqueño, antes de entrar al auditorio en el que la marimba y los chirimeteros ofrecen una audición a los asistentes. A las 10:00 de la mañana da inicio la Guelaguetza. Por la tarde, en el mismo auditorio tiene lugar la presentación de la leyenda de la Princesa Donají, hija del rey zapoteca Cosijoezay de la princesa Coyolicatzin. Entre el primer lunes y su octava tienen lugar diversas actividades tales como muestras gastronómicas y artesanales y representaciones costumbristas de las más diversas comunidades del Estado, así como exposiciones, conciertos y otra serie de eventos de trascendencia cultural organizada por las instituciones que difunden la cultura de Oaxaca en todas sus manifestaciones.
En la “Octava” o segundo Lunes del Cerro, se repiten el “Bani Stui Gulal”, la “Guelaguetza” y la “Leyenda de la Princesa Donají”. En las fiestas del Lunes del Cerro se vuelca el entusiasmo popular por continuar con las antiguas tradiciones.
Estos dos últimos años, al ser la Guelaguetza un festejo de carácter popular, se vio amenazada con no celebrarse debido al conflicto magisterial y a la permanencia del gobierno cacique de Ulises Ruiz en la entidad. Este año el gobernador “acarreó” a cerca de ocho mil burócratas a la celebración. Es contradictorio que un gobierno represor y abusivo festeje al Benemérito de las Américas, y quizás por ello la celebración se presenta en el exilio.
CODA: Se anunciaron ya los festejos para el Centenario de Torreón, es una lástima comprobar cómo actos y presentaciones que no tienen relación con los cien años de la ciudad se pretextan, utilizan y catalogan como pertenecientes al festejo y sorprende aún más el hecho de que casi ninguno de los artistas laguneros sea tomado en cuenta habiendo tanto talento que presumir musical, pictórica, literaria, dancística y fotográficamente. Mero populismo apantalla zoquetes. Ahora todo se le puede adjudicar a la celebración. Qué Centenario tan mediocre y lamentable, como el Gobierno y el Estado de la ciudad.
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