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EL BUEN CALDO

Daniel Maldonado

En México ahora los ciudadanos somos delincuentes hasta que demostremos lo contrario. El PRIAN en acción, sí señor. Carlos Beas Torres, La Jornada

El Siglo de Torreón

EL FESTÍN DEL OLVIDO No sé qué nos pasa al pueblo mexicano, acaban de anunciar que Carlos Slim ya es el segundo hombre más rico del mundo después de Bill Gates y que pronto se posicionará en el primer lugar, sólo que Slim tiene una labor filantrópica ínfima comparada con el dueño de Microsoft y la diferencia es que Gates vive en una de las principales potencias económicas mientras que el monopolizador dueño de Telmex habita una nación de millones y millones de pobres. Mientras tanto, al visitar una biblioteca pública y dar un repaso en Internet por las noticias nacionales gracias al periódico La Jornada, tomo conciencia del alcance de los monopolios, las represiones, las mentiras del gobierno y su contubernio con los distintos poderes fácticos que permanecen detrás de las decisiones en las cámaras altas, también, mediante los reportajes y los cartones de la revista El Chamuco y los hijos del averno, en el número120, me deprimo al conocer la realidad de la nueva ley del ISSSTE y el nebuloso futuro de la nación. ¿Y mientras qué hacemos nosotros; no es la situación tan grave como para que estallara la protesta, para que viéramos en las calles marchas y marchas, tomas de dependencias públicas, huelgas y saqueos en masa en empresas explotadoras y centros comerciales respectivamente; quemas de Judas, en fin, una reacción? ¿Qué nos tiene tan anestesiados, tan preocupados por cuestiones insulsas como el descenso del Santos, los chismes de la farándula y otras veleidades, en lugar de reaccionar ante el robo y el abuso del que somos víctimas a diario? ¿Qué no nos duele la pobreza, la violencia, los aumentos en la canasta básica, el vivir al día, las altas comisiones en los bancos, la entrega de la patria a intereses extranjeros, el bajo salario, el futuro vendido a plazos voraces, la mala distribución de la riqueza, tanta injusticia validada ahora hasta por la Comisión Nacional de Derechos Humanos; por qué los obreros no se dan cuenta de que ellos son los que controlan los medios de producción y no son un simple engrane desechable sino un organismo vivo que pone en marcha las labores empresariales y que sin ese conjunto de elementos laborales no puede funcionar ninguna empresa? ¿Por qué el egoísmo y el festín del olvido? ¿Cuál es el miedo, qué esperamos, por qué alguien más tiene que venir a decirnos que el cambio es posible o tiene que marcar la dirección cuando lo único que se necesita es un poco de inteligencia, sentido común y mucha unidad? ¿Por qué les creemos a las religiones explotadoras, a Televisa y a Tv Azteca y a todos los medios que se benefician con la creciente ignorancia de la audiencia además de fomentarla? ¿Qué nos pasa a algunos de los artistas, que preferimos el cobijo de instituciones culturales de resultados charros antes que el fomento de las ideas libertarias; por qué algunos creen, como yo llegué a creer estúpidamente, que las utopías se abolieron a finales de los sesentas y hay otros que son izquierdistas de dientes para afuera desde su cómodo escritorio? ¿Cuál será nuestro punto de quiebra y qué reacción violentísima dará? Ah México, no sé si aún creer en ti, tanta riqueza que ha engendrado multimillonarios y aún no se acaba el país. ¿Dará frutos la lucha presente pero silenciada? ¿Todavía tiene vida la palabra o la imagen la silenció con su discurso apabullante de entretenimiento? ¿Mejorará la educación y por fin formarán los educadores seres pensantes, críticos y conscientes de su realidad, de su futuro de desempleados? ¿Habrá un mundo mejor o nos quedaremos suplantados por las realidades controladoras predichas por Huxley y Orwell? ¿Y la ecología, y los cambios climáticos, el problema del agua, tan infranqueable en nuestra región, los tomaremos en cuenta? Y no, caro lector, no soy fatalista ni pesimista, tan sólo me he informado bien, aunque nunca lo suficiente, y me doy cuenta que las cosas van mucho peor de lo que parecen, la libertad se ve amenazada y el ascenso de la ultraderecha nos ha devuelto al Siglo XVIII, con condiciones de esclavitud, censura y opresión, y encima hay quienes creen todavía en el gobierno y su labor mínima. “Sin duda todo está muy bien y todo está muy mal, sin duda”, dice Neruda en unos versos que no puedo dejar al lado, si algo le pido es que se informe, que se dé cuenta de la realidad y le invito a que en la medida de nuestras posibilidades, hagamos algo para difundir la unión social y la toma de conciencia para darnos cuenta que tenemos una responsabilidad histórica como ciudadanos que no podremos abandonar y que las desigualdades pueden ser derruidas únicamente con la unión y la respuesta en conjunto de la sociedad. De otro modo, seguiremos con un futuro hipotecado a la desgracia y a la explosión violenta que llegará irremediablemente, recuerde que la cuerda se rompe por lo más delgado y la realidad mexicana adolece de anorexia. Comentarios, sugerencias, invitaciones al cine y a comer: ajasgallina@yahoo.com.mx

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