PARECE QUE ahora sí le entrará el Congreso al estudio de la traída y llevada reforma fiscal, tema en donde existen más opiniones que contribuyentes. Cada uno de nosotros tiene al respecto su muy panicular punto de vista, pero siempre enfocado a sus personales intereses sean éstos de comerciante, industrial, empresario, trabajador o profesionista.
DE AHÍ QUE la reforma que se discutirá en estos días, será buena o mala, todo dependiendo de cómo me afectaría o no, los muy personales intereses.
POR LO QUE se ha podido saber hasta hoy, del proyecto enviado por el presidente Calderón al Congreso, se desprende y como siempre, que se sigue recurriendo al viejo expediente de crear o modificar impuestos para los mismos causantes cautivos. Poco o nada se advierte en el proyecto de cómo incorporar a ese 50% por ciento de la economía informal al padrón de contribuyentes.
LAS LEYES FISCALES en México tienen un sistema muy bien elaborado para que el contribuyente cautivo sea el que finalmente resuelva el problema de la recaudación que el fisco federal y local necesita para cubrir sus gastos.
EN EL FONDO el Gobierno Federal es muy flojo y comodito para eso de recaudar impuestos. Le gusta cobrar solamente aquellos que forman parte de una cadena de obligaciones fiscales ineludibles. Daremos un ejemplo: El de tenencia de vehículo: si no lo pagas no puedes vender al auto ni podrás verificarlo lo que se traducirá en que no podrás circular con tu automóvil. Como éste, existen muchos cientos de impuestos que siempre se referirán a los causantes cautivos.
LA REFORMA FISCAL debe empezar por meter al sistema tributario a los más de cinco millones de evasores que diariamente se ríen del SAT y sus computarizados sistemas de control fiscal.
PERO LA REALIDAD de este problema radica en que Pemex no puede seguir siendo la empresa pública que aporta más del 40% de todos los ingresos que recauda el fisco federal y gran parte de los estatales. Esto quiere decir, que por cada peso que gasta el Gobierno Federal en educación, seguridad, en el ejército, obras, presas, caminos, desarrollo social, poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial etc., sólo por mencionar algo, 40 centavos los paga Pemex.
ESTE PROBLEMA es bien conocido por los señores de Hacienda, pero no quieren ni tocarlo. Para hacer una reforma realmente congruente, se deberá pensar primeramente en la manera y forma de cómo incorporar a esos millones de evasores fiscales que representan más del 40% de la actividad económica del país, a un padrón fiscal de contribuyentes y paguen sus impuestos. Una vez logrado lo anterior, relevar a Pemex de seguir aportando mas del 40% del ingreso de la Federación.
TODO LO QUE no se haga en ese sentido, no será nada más que “la misma gata, pero revolcada”. No se recabará más dinero, no aumentará el padrón fiscal y finalmente, Pemex seguirá hundiéndose hasta su extinción total y con él, todo el país.
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