En defensa de los animales (me refiero a los inocentes)
Quizá no lo parezca, pero uno de los aspectos en que la Humanidad ha progresado más en los últimos… digamos… cien años, es en la noción de cómo debemos tratar a las otras criaturas que comparten con nosotros el planeta, esta nave espacial llamada Tierra en la que viajamos todos juntos, dependiendo unos de otros.
Y no se trata únicamente del movimiento ecologista, que desde hace cuarenta años nos ha abierto los ojos a la necesidad de cuidar el medio ambiente, en el que se incluyen plantas, animales y hasta glaciares. No, también ese cambio de perspectiva tiene que ver con el trato cotidiano que le damos a los demás seres vivos que nos acompañan.
De manera tal que el maltrato a los animales, algo que se daba por sentado y era considerado de lo más normal hace apenas unas décadas, en muchas sociedades se ha vuelto sencillamente inaceptable. Y no nos referimos solamente a patear perros o azotar caballos escuálidos para que halen una carreta. Tiene que ver también con espectáculos que, en muchos casos, conllevan la tortura y la muerte de bestezuelas que no han hecho ningún daño, cuyo único pecado es comportarse y sacrificarse de una forma que emociona, vaya uno a saber cómo o por qué, a ciertos hombres.
En España, por ejemplo, hay una guerra civil soterrada entre los amantes de la fiesta brava y quienes consideran que las corridas de toros son un espectáculo sanguinario y deshumanizante y que por tanto, deberían prohibirse. Como en Filipinas hay una pugna abierta entre buena parte de la población y las autoridades, que ven feo al deporte nacional filipino: las peleas de gallos.
Ahora tenemos otra muestra de que el maltrato a los animales, en ciertos países, puede tener profundas implicaciones, importantes consecuencias.
La semana pasada, la National Footbal League, la famosa NFL, dictaminó que el quarterback de los Halcones de Atlanta, Michael Vick, no podría reportarse a prácticas con su equipo y quién sabe si vaya a jugar esta temporada. Este atleta multimillonario, quien a muchos les parece el más interesante en su posición de toda la Liga, está siendo investigado por su participación en un espectáculo particularmente indignante: los combates a muerte de perros de pelea. Según investigadores federales, Vick participó varias veces en ese tipo de eventos, en el que perros de pelea son azuzados a despedazarse unos a otros, con apuestas de por medio. Los canes que resultan demasiado cateados para continuar con su carrera, son electrocutados para ponerle fin a sus sufrimientos.
La lección es muy clara: la NFL no permitirá que sus jugadores den malos ejemplos y si Vick llegara a ser convicto, como puede ocurrir, la enseñanza será todavía más contundente para los aficionados, sean niños o adultos: maltratar animales por diversión… es una actividad de animales. Y se tendrá que pagar un precio muy alto por ello. Bien por la NFL, que una vez demuestra ser la mejor organización deportiva del mundo… en más de un sentido.
(¡Sólo seis semanas para que empiece la temporada, aleluya!)