Costos de la esquizofrenia perredista
A la hora de casarlo a uno, el cura dice algo así como que cuando se era niño, uno actuaba y jugaba como niño; pero que ya estando grandecito, se supone que hay que comportarse como adulto, con todas las circunstancias y responsabilidades que ello implica. Lo cual, supongo, es ley de la vida: no se envejece de oquis y hay que apechugar los cambios y compromisos que implica el madurar.
Por ello, pienso que los adultos en su mayoría, se sentirían ridículos si algún amigo, dolido por ofensa real o imaginada, les saliera con aquella sentencia infantil de “¡Córtala, córtala!” o con la muy temida amenaza de “Te voy a aplicar la ley del hielo”, significando que el insultado no volvería a dirigirle la palabra. Ese tipo de anuncios y condenas pertenece al mundo de los críos, de los inmaduros, de quienes no saben procesar problemas ni diferencias de manera sensata y como fruto de la experiencia vital.
Pero con esa clase de amenazas se destapó el cada vez más descarrilado Andrés López, que continúa con su patética gira por un país que quiso dirigir y al que entiende menos cada día que pasa.
Y es que en días pasados les dirigió a los legisladores de los partidos que lo apoyan una amenaza francamente infantil: si entran en componendas con el Gobierno Federal en lo relacionado a la reforma hacendaria, ¡no les volverá a hablar! Mira tú, qué malote.
Por supuesto, más allá de lo ridículo de la declaración, la amenaza deja traslucir, una vez más, la vena autoritaria del Presidente Patito: o me hacen caso o son traidores y como tales serán fustigados con el látigo de mi desprecio. Asimismo, en su delirante encarnación del “pueblo”, López deja caer sus sentencias sin ningún tipo de argumento o discusión. No ha hecho el mínimo análisis de la propuesta de Carstens ni de ninguna otra. Sencillamente los perredistas deben seguir en su postura de que el Gobierno constitucional no existe.
Semejante esquizofrenia no resulta sólo patética, sino peligrosa. Y quienes corren más peligro son, precisamente, los correligionarios del Mesías Tropical. Las elecciones locales recientes son una prueba de ello. En Yucatán, Baja California y Aguascalientes, el PRD fue borrado del mapa, no llegando ni al 3% de la votación. En Oaxaca, pese a la simiesca conducta de Ulises Ruiz, fueron derrotados de manera aplastante por el mismo PRI mañoso al que casi le ganan la gubernatura hace un par de años. ¿Conclusión? Síganle dando por su lado al Caudillo, y la ciudadanía los seguirá condenando al basurero electoral. Y luego se van a quejar de que hay complós en su contra. El único conspirador contra la relevancia y pertinencia de la izquierda mexicana tiene acento tabasqueño y habla mal el castellano. Así de simple. A ver cuándo dejan de tomarlo en serio.