Expectativas de vida
Dice el dicho que si uno quiere vivir una vida larga y fructífera, hay que comer una manzana al día. También convendría residir en un país pequeñito o en una isla.
Tales son las conclusiones a que se llega leyendo un reciente informe del Buró de Censos de EUA sobre la expectativa de vida en todo el mundo.
Y es que, de los cinco países en que la gente tiende a ser más longeva, cuatro tienen un territorio inferior en tamaño al municipio de Torreón.
La expectativa de vida más alta es la de Andorra, una pequeña anomalía política enclavada en los Pirineos, hecha sándwich entre España y Francia. En ese montañoso enclave, la población puede esperar vivir hasta los 83.5 años de edad. Le siguen Japón, Macao, San Marino y Singapur. Como se puede ver, casi puros países chiquitos. Quizá por serlos, las broncas son menos… o tal vez las tonterías de los políticos no desgastan tanto.
Los países con menor expectativa de vida son los sospechosos de siempre: el África Subsahariana, abatida por una epidemia de VIH-Sida, enormes niveles de pobreza, escasa infraestructura educativa y sanitaria y numerosos conflictos violentos. En ese sentido, los países en que uno puede esperar durar menos son Swazilandia (en donde la expectativa promedio es de apenas 34.1 años), Zambia, Angola y Liberia.
Lo que sorprende es encontrar a los Estados Unidos situados en el lugar 42 de la lista. El norteamericano promedio puede esperar vivir hasta los 77.9 años, menos que prácticamente toda Europa y otros países aparentemente menos desarrollados.
Las explicaciones que se dan para este fenómeno son muy variadas. Algunos apuntan a que muchos norteamericanos no tienen seguro social y la atención médica es tan cara que ello incide en la salud general de la población. Otros, menos politizados y con un ojo en lo social, apuntan a los pésimos hábitos alimenticios y vitales de buena parte de la población: dos de cada tres adultos tienen sobrepeso y de ellos la mitad están obesos… con todo lo que eso implica para la salud. Por no decir nada de la gente que para ir al súper de la esquina saca el automóvil en lugar de caminar.
Tampoco habría que perder de vista el daño que hace el consumo de alcohol y drogas, problemas que se presentan en amplias capas de la población norteamericana.
México se halla un poco debajo de Estados Unidos, pero cabe hacer notar que ha venido subiendo peldaños, poco a poco, en las últimas dos décadas. Pero ya deberíamos irle poniendo atención a problemas que ya tienen nuestros vecinos, como la obesidad… una plaga potencial e irónica, en un país con tantos desnutridos.
