El dictador se ha quitado la máscara
Al grito de “¡Fuera máscaras!”, Hugo Chávez ahora sí que se descaró y puso en evidencia lo que ya nos sospechábamos todos: que pretende ser dictador perpetuo de Venezuela… de manera legal.
En su bosquejo de reforma constitucional, dado a conocer recientemente, Chávez propuso extender el periodo presidencial a siete años y permitir la reelección ilimitada del Ejecutivo… que es él. Así pues, Venezuela contempla como posibilidad un futuro en manos de un demagogo que pretende retener el poder durante unos veinte años más… si es que para entonces sigue existiendo el país.
Como apuntábamos antes, el anuncio no nos tomó muy por sorpresa que digamos: este Mesías Tropical ya había insinuado en no pocas ocasiones su ambición de no dejar el poder por ningún motivo. En esto, como en otras cosas, quiere ser un fiel imitador de su tutor, Fidel Castro. Pero se había esperado que, mínimo, le despistara. Por ejemplo, extendiendo el periodo presidencial, pero poniendo un límite a las posibilidades de reelección. Pero no. Chávez no se anduvo con tiquis-miquis y se abrió de capa: él quiere ser el dictador narcisista-leninista de Venezuela hasta que muera.
La propuesta debe pasar primero por el Poder Legislativo, lo cual no le quita el sueño a Chávez: todos los diputados son partidarios suyos, dado que la Oposición cometió la burrada de boicotear las elecciones del año 2005 como protesta. De esa manera, la aprobación del plan chavista en el Congreso es un mero trámite. Pero luego esa reforma tendría que ser sometida a referéndum entre toda la población. Y a lo mejor es allí donde las cosas se le complican a Chávez.
Y es que, según sondeos, sólo uno de cada cuatro venezolanos está de acuerdo con esas reformas que apuntan a una dictadura vitalicia. Casi la mitad se opone rotundamente. Ello implica que incluso entre los seguidores de Chávez hay serias dudas sobre si permitir o no su perpetuidad en el poder.
Después de todo, Chávez se ha encargado de recordarle a sus compatriotas lo que ocurre en esos casos, dejándose retratar con un Fidel decrépito y digno de lástima. Algunos venezolanos se han de preguntar si no irá a seguir su país ese camino.
De esa incomodidad se puede agarrar la Oposición, que tan malas decisiones ha tomado en el pasado, para detener la intentona chavista de crear una dictadura constitucional. Claro que su margen de maniobra será menor que antes, dado que Chávez, como lo dejó ver el caso de RCTV, no se anda con chiquitas y empieza a enseñar más seguido los colmillos.
Así pues, se avecinan días decisivos para Venezuela. Esperemos que Chávez no se salga con la suya… digamos que el mal ejemplo puede cundir en este continente que a veces parece de opereta.
