Se endurece la retórica anti-iraní
Parte del berenjenal en el que Estados Unidos está sumido en Irak, tiene que ver con el vecindario de ese sufrido país árabe. Al oeste, la frontera siria es una auténtica coladera por la que ingresan clandestinamente terroristas y guerrilleros extranjeros, dispuestos a hacerle la vida de cuadritos al Imperio. Y por el oeste, se encuentra Irán… país que lleva una generación confrontando a los Estados Unidos y cuya población es mayoritariamente shiita... como lo son dos de cada tres iraquíes. De hecho, en el mundo musulmán, sólo Irán e Irak tienen al shiismo como la rama del Islam seguida por una mayoría.
Por ello no es de extrañarse que los norteamericanos acusen a los iraníes de estar armando, entrenando y financiando grupos insurgentes en Irak. Y que éstos tengan mayor capacidad operativa… haciendo más daño y saliendo mejor librados, que otros.
Si de por sí los Estados Unidos no requieren de muchas provocaciones para lanzarse contra Irán, ahora su intervención indirecta en la confusa guerra iraquí les da múltiples pretextos. Y el apoyo iraní a la insurgencia árabe no es la única.
Y es que desde hace buen rato, Estados Unidos ha venido presionando a Irán para que abandone su programa nuclear, acusándolo de tener como objetivo fabricar la Bomba. Y ese diferendo puede escalar a niveles imprevisibles.
Lo interesante es que, en este asunto, Estados Unidos no está solo. De hecho, en lo referente al programa nuclear iraní, los más ruidosos opositores suelen ser los países de Europa Occidental. ¿Por qué? Porque ellos sí estarían al alcance de un ataque nuclear iraní con misiles de mediano alcance. En cambio, la Casa Blanca es inalcanzable por los iraníes con la tecnología a la que tienen acceso en estos momentos. Así que son los europeos los más alarmados a medida que pasan los días y semanas e Irán refina más y más uranio.
Tan asustados están, que incluso tradicionales rivales o estorbos de los Estados Unidos han elevado el tono de su retórica. Nada más y nada menos que Francia, a la que bien sabemos le encanta llenarle el buche de piedritas a los gringos, es la más vocal enemiga del programa nuclear iraní. Y muy vocal. Quizá hasta rayando en la imprudencia.
En menos de dos semanas, tanto el presidente francés Nicolás Sarkozy, como su ministro del Exterior, Bernard Kouchner, han expresado la misma idea y casi con las mismas palabras. “O dejamos que Irán tenga la Bomba; o vamos a bombardear a Irán”. Así. Con todas sus letras. Ni el tonto de Bush ha llegado tan lejos.
Viniendo de quien viene y con ese tipo de retórica, al parecer las cosas entre Irán y Occidente no han hecho sino empeorar… y seguirán haciéndolo en el futuro cercano.
