Día de la Independencia
El día de hoy México cumple 186 años como país independiente. Y es que en un día como hoy, pero de 1821, luego de once años y once días de pleitos, gritos y sombrerazos, Nueva España rompió definitivamente sus ligas con la Madre Patria. En esa fecha, encabezando al Ejército Trigarante, hizo su entrada triunfal a la Ciudad de México quien le diera la independencia a este país: Agustín de Iturbide.
¿Iturbide?, se preguntarán muchos. Sí, fue Iturbide quien consiguió que la Nueva España dejara de ser un virreinato más de la Corona Española y adquiriera el rango de país libre y soberano. Cabe recordar que Hidalgo fue fusilado menos de diez meses después de que empezara, de manera tan irresponsable, un movimiento que en unos días se le salió de control. Que Morelos había sido fusilado más de cinco años antes de ese día de 1821. Y que Guadalupe Victoria, quien sería nuestro primer presidente, en esos momentos estaba viviendo en una cueva como ermitaño. Fue Agustín de Iturbide quien concluyera, de una manera pactada y prácticamente sin derramamiento de sangre, la lucha por la independencia.
¿Por qué, entonces, no se conmemora esta fecha? ¿Por qué nadie (o poca gente) se acuerda de Iturbide? ¿Por qué otros que muy poco hicieron en realidad por alcanzar el objetivo último, la independencia, tienen nombre de calle y estatua decorada por los chanates en alguna oscura plaza y en cambio Iturbide no?
Iturbide tiene dos problemas que lo hacen políticamente incorrecto: por un lado, movió sus fichas para ser nombrado emperador y eso lo hace impresentable ante los historiadores republicanos y a los ojos de todos aquellos que se tragan la patraña de que los héroes deben ser impolutos. Que haya tenido ambiciones y las haya satisfecho jugando rudo, les resulta imperdonable.
Por otro lado, Iturbide es un incómodo recordatorio de que la guerra de Independencia terminó con un acuerdo entre las partes, lo que hoy llamaríamos una concertacesión, palabreja que este México es sinónimo de traición, mientras que en otros lados a eso se le llama hacer política. ¿Cuál fue la batalla decisiva de la guerra de Independencia de México? Ninguna, porque ninguna hizo falta. Y algo me dice que sobra quien vea feo a Iturbide porque no tuvo que matar mexicanos para lograr algo de importancia… al contrario de lo que ocurre con casi todo nuestro santoral cívico.
Habría que recordar que esto no siempre fue así. Y que la avenida principal de Torreón cuando pasó de villa a ciudad, se llamaba, precisamente, Iturbide… antes de que la rebautizaran como Presidente Carranza: signo de los tiempos y de las fobias y complejos de esos tiempos.