Los delirios chavistas llegan a México
Como probablemente lo sepa el amable lector, en estos momentos en Venezuela se está desarrollando un proceso político que puede tener amplias repercusiones. No sólo se está discutiendo el futuro de ese país, a través de los debates sobre cómo deberá ser una nueva Constitución, a ser redactada en unos meses. Sino que muy probablemente ésta le dará poderes extremos al presidente venezolano Hugo Chávez… el cual ya está viendo cómo los ejerce no sólo en su casa, sino en el resto del continente. Y si me apuran tantito, hasta en el resto del planeta.
Trascendió que Chávez tiene previsto dedicarle una buena suma de dinero a apoyar a grupos “antiimperialistas” en México y Centroamérica. Esto, como parte de su audaz cruzada en contra de los Estados Unidos, a los que ve como auténticos demonios… aunque a la mera hora no se queje de los muchos dólares que recibe por la venta del petróleo venezolano a los detestados yanquis.
Esos apoyos, según el planteamiento dizque estratégico de Chávez, serían parte de una cadena de resistencia antiyanqui, que incluye a Bolivia y Ecuador, con la cual Estados Unidos vería desarticulados sus proyectos de dominio continental, global y del sistema solar.
Por supuesto, eso de andar subvencionando grupos políticos en otros países huele horrendamente a intervencionismo. Especialmente porque no queda claro a qué rayos se refiere Chávez cuando habla de grupos antiimperialistas.
¿Los macheteros de Atenco, que se las ingeniaron para que el Distrito Federal no tuviera un nuevo aeropuerto, entran en esa clasificación? Después de todo, son anticapitalistas y portan muy proletarios aperos de labranza.
Los pseudoanarquistas que destrozaron vitrinas y automóviles en el centro de la capital del país el pasado dos de octubre, logrando así que el día no se les olvidara a quienes vieron destrozados sus bienes, ¿quedarían dentro de los grupos a ser apoyados con el dinero venezolano?
Si se fijan, uno se pone a temblar ante las implicaciones de esa ayuda. No sólo porque esos grupos no sirven sino para desestabilizar el país; sino porque obrarían de acuerdo a las ideas e instrucciones del Mesías Tropical: con dinero baila el perro y el que paga es el que pone la música. Y porque, no lo duden, contarían con el apoyo de la izquierda más primitiva de este país… la misma que el año pasado fue a despedir al aeropuerto al embajador venezolano, que había sido puesto de patitas en la calle por resultar persona non grata.
Si bien nunca quedó claro si Chávez había aportado dinero a la campaña de Lopejobradó, ahora sí parece muy evidente que pretende meter sus narices en nuestro país… usando sus peones con el disfraz del antiimperialismo y la muy mentada iniciativa bolivariana. Habrá que estar alerta.