La lucha por Colón
Mañana se celebrará un aniversario más de la llegada oficial (digámoslo de alguna manera) de los primeros europeos al Nuevo Mundo. Como lo sabe todo el mundo, esos audaces aventureros estuvieron liderados por un tal Cristóbal Colón… un hombre del que no sabemos gran cosa en realidad.
Sin duda a usted le contaron en primaria que Colón era genovés, hijo de un cardador de lana. Y sí, en Génova hay varios documentos referidos a un tal Cristóforo Colombo, nacido en el Siglo XV. El problema reside en saber si se trata del mismo hombre que condujera sus tres carabelas ONAPPAFA a través de la Mar Océano.
Y es que otras ciudades y regiones del sur de Europa se disputan el honor de ser la cuna del gran navegante. Dada la oscuridad que reina sobre buena parte de su vida, como si él hubiera deseado ocultar a propósito sus orígenes, la teoría genovesa no es tan irrefutable como podría pensarse.
Así, hay muchos catalanes que argumentan que Colón era en realidad Colom, habría nacido en Cataluña, comería alioli y le iría al Barca. Apuntan al hecho de que su caligrafía es típicamente catalana y sus errores ortográficos y gramaticales al escribir en castellano se explicarían porque ése no sería su idioma materno.
Por su lado, algunos portugueses aseguran que Colón es el hijo bastardo de un príncipe portugués… lo cual explicaría cómo fue que Colón terminó casándose con una dama de la pequeña nobleza lusitana.
Para acabar de complicar las cosas, en la isla de Mallorca se asegura que, de nuevo, Colón es la bala perdida de un rey de por esos andurriales, pariente de Fernando de Aragón. Ello serviría para entender la facilidad que tuvo Colón para entrevistarse con los Reyes Católicos y engatusarlos con lo del viaje a Occidente para llegar a Oriente.
Y claro, está la vieja teoría de que Colón en realidad era un judío sefardita, del sur de España o el norte de África, que habría adoptado un nuevo nombre e identidad para sacarle la vuelta a la Inquisición, que en esos días andaba haciendo estragos entre la población de fe mosaica.
Ante tanto alegato, lo más sensato es que la ciencia eche una mano. Y en ésas anda el doctor que en 2004 analizara los restos de Colón depositados en la catedral de Sevilla, de los que extrajo unas briznas de ADN… con las que comprobó que, en efecto, el que estaba enterrado en esa horrenda iglesia era Colón.
Ahora anda recolectando muestras de saliva de personajes apellidados Colom en Cataluña y Colombo en Génova. Si encuentra un nexo genético entre los huesos y esa gente viva en el siglo XXI, quizá pueda resolverse el origen de Colón de una buena vez por todas… o quizá no.
La verdad, dónde nació y de quién, son datos importantes sólo para fanáticos regionalistas. Lo interesante es que un hombre tan famoso, del que hemos oído hablar toda nuestra vida… nos resulte en realidad un perfecto desconocido.