¿Qué será de Putin? ¿Y de Rusia?
Si bien por razones obvias el domingo la atención de Latinoamérica se centró en el referéndum venezolano, cabe hacer notar que ese mismo día hubo otra jornada electoral, muy distinta… e igualmente importante.
Hubo elecciones generales en Rusia. Y los resultados no parecen augurar estabilidad ni orden. Al menos para el futuro próximo.
La mayoría de los observadores internacionales y buena parte de la Oposición estuvieron de acuerdo en que fueron unos comicios marranísimos, en los que el Estado no dudó en darle todo su apoyo al partido del presidente, y los opositores fueron hostigados continuamente. Para acabar pronto, hablamos de elecciones que no fueron ni justas, ni libres, ni limpias.
El partido de Vladimir Putin, “Rusia Unida”, barrió con más del 64% de los votos: hagan de cuenta el PRI en Oaxaca… y más o menos igual de moderno. Junto a sus coaligados, tendrá una mayoría tan amplia que será capaz de alterar la Constitución… lo que puede llevar a Rusia a una situación no muy diferente de la venezolana.
Y es que aunque la actual Constitución rusa prohíbe que Putin se reelija cuando termine su periodo en marzo del próximo año, no hay muchos que piensen cantarle Las Golondrinas al hoy mandamás del Kremlin.
De hecho, ésa es la gran pregunta: qué rayos va a hacer Putin para aferrarse a un poder al que le ha sacado mucho jugo, y al que le ha tomado un cariño sencillamente devoto.
Él ha dicho que no piensa buscar la reelección, lo cual es una obviedad en vista de la prohibición constitucional. Pero ha insinuado que no piensa dejar el candelero. ¿Cómo? Bueno, podría ser nombrado Primer Ministro por el próximo presidente… quien sería, por tanto, un títere suyo. O quizá se le pueda conferir un título honorario como Padre de la Patria… en serio, ha llegado a decir eso.
En todo caso, las leyes e instituciones rusas no parecen representar un obstáculo para las ambiciones del hombre fuerte de ojillos astutos y boca de buñuelo. A ver qué se le ocurre de aquí a tres meses.
Para colmo, en las elecciones fue electo diputado un tal Andrei Lugovoi… quien es requerido en Londres, acusado de haber tenido algo que ver con el asesinato por envenenamiento radiactivo del disidente Alexander Litvinenko, un asunto que ha tensado las relaciones entre los gobiernos británico y ruso.
Total, que aunque Rusia ya no se halla en el lamentable estado en que lo dejó Yeltsin, resulta evidente que a su joven democracia no le esperan días muy tranquilos. Ya veremos.