¡Regresan los viejitos!
Es una cuestión cultural recurrente: cada generación se queja de que la música, las modas, las costumbres de los jóvenes de hoy resultan de muy mala calidad en comparación con las de sus buenos tiempos. Especialmente enervante resulta la confrontación en lo referente a los gustos musicales. Los adultos suelen decir que los grupos y estilos del presente son simple basura, que no tienen comparación con los de hace veinte, treinta años, y que los greñudos de estos días tienen bastante cosas que aprender de sus ancestros. Los jóvenes a su vez contraatacan llamando achacosos y atados al pasado a quienes cuestionan los gustos actuales.
Por supuesto, como futuro candidato a portar la credencial del INSEN, me uno a los de mi generación que le hacen muecas y detestan a los raperos y otros engendros musicales de esta era, que despedazan armonías, oídos y nervios. Pero además tengo buenos argumentos para decir que todo tiempo pasado fue mejor… sobre todo cuando hablamos de la música popular.
Y es que, ¿qué nombres importantes y perdurables recuerda usted de los últimos veinte años? ¿Britney Spears? ¿Las Spice Girls? ¿De veras se lo creen? Y no me salgan con que Madonna, porque esa señora ha andado dando la función desde hace más de un cuarto de siglo… puedo decir que es de las mías.
Con otra: los clásicos más veteranos siguen arrastrando multitudes. Los sexagenarios Rolling Stones continúan haciendo tours mundiales, tocando, cantando y brincando como si no fueran ya (algunos de ellos) bisabuelos. Y esas giras suelen tener éxitos rotundos… llenando estadios con jovenazos que no habían nacido cuando Jagger y compañía ya eran famosos. Ya quisieran la mayoría de los grupos actuales tener esos seguidores.
Otra prueba de que los grupos viejitos de la época clásica (de 1960 a 1980) siguen teniendo más pegue que muchos recién emergidos, es la respuesta que tuvo un concierto benéfico realizado el pasado lunes.
Resulta que el viejo grupo rockero Led Zeppelin se reunió, luego de 27 años de haberse separado, para una tocada con la finalidad de recabar dinero para un fondo de becas. Lo interesante es que los 18,000 boletos para el concierto fueron sorteados entre… 20 millones de solicitantes, vía Internet.
¡Veinte millones de personas querían ver otra vez (y quizá por última ocasión) a un grupo disuelto hace casi tres décadas! Ustedes dirán qué permanece y qué no. Quiénes tenían calidad, y quiénes son un simple engendro de la publicidad y la mercadotecnia.
Sí, ya sé: nos estamos volviendo viejos. Pero al menos hemos venido escuchando buena música desde hace ya buen rato. Y eso refina el gusto: viejitos, pero elegantes.