Febrero: elecciones en el PRI
Continuamos haciendo un repaso a algunas de las principales o más interesantes noticias de cada mes de este año que está por terminar. Hoy toca el turno a febrero.
Ese mes se llevó a cabo el proceso interno priista para la selección de su nueva dirigencia. Y pudo decirse que, como el Gatopardo de Tomasi di Lampedusa, cambió todo para que no cambiara nada.
Y es que entre los contendientes a la presidencia del PRI no se veían ni ánimos ni retórica ni apariencia siquiera de transformar a un partido que, a nivel nacional, parecía estar en franca agonía, hasta la relativa oxigenada que le dieron las elecciones locales de este 2007.
Quizá lo único rescatable de los resultados de esos comicios internos hayan sido tres cosas: la ausencia de irregularidades, con excepto de un puñado de casos aislados; el hecho de que Enrique Jackson reconoció rápidamente su derrota a manos de Beatriz Paredes, sin impugnar, llorar ni quejarse de jugadas sucias; y que la señora Paredes rápidamente declaró que buscaría trabajar con el Gobierno de Calderón.
Que Beatriz Paredes haya ganado con más de un 60% de los votos emitidos, en un sistema normal, parecería darle un mandato contundente para tomar con firmeza las riendas del partido y conducirlo a una nueva etapa. Pero este es el PRI; el mismo viejo PRI de siempre, que parece encaprichado a seguir creyendo que la realidad es una miscelánea o un ejido, y no la serie de fenómenos que han ido destruyendo el poder que antaño detentaba.
De manera tal que, con las mismas reglas y mañas de siempre, se pretende proyectar al tricolor en el Siglo XXI. Si algo nos dice la historia es que quienes no se adaptan a las nuevas realidades, tienden a padecer el destino de los dinosaurios. Y no por nada desde hace ya un buen rato le llamamos así a la Vieja Guardia del PRI.
Aquí la pregunta es: ¿y dónde está la nueva guardia, el relevo generacional, la sangre fresca que salve al PRI de su propia pudrición? ¿Dónde está el equivalente de Felipe González, de Tony Blair, para darle nueva vitalidad a un partido muy longevo y al que se le notan las décadas de vida… y de decadencia? ¿Alguien conocía a los otros candidatos aparte de Jackson y Paredes? Me dirán que el primero traía como compañera de fórmula a una jovenaza. Pero seamos francos: era una simple pantalla, para taparle el ojo al macho de la igualdad de géneros. Ninguna novedad por ese lado.
¿Qué hizo Beatriz Paredes con su triunfo? Poco. Nos quedamos esperando las reformas y transformaciones que le dieran una buena remozada a ese anciano septuagenario y lo prepararan para el siglo XXI. Ello en gran medida, porque muchos poderes fácticos dentro del PRI impiden realizarla. Y, la verdad, las perspectivas no se ven mejores en 2008. Somos pesimistas.
