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El desdén por el medio ambiente| Periférico

Arturo González González

En los últimos meses hemos sido testigos de situaciones que han vuelto a poner en evidencia el desdén de las autoridades por el cuidado del medio ambiente en la Comarca Lagunera, una región que por sus condiciones climáticas y geográficas debería tener como prioridad en su agenda el tema de la ecología y el cuidado de los recursos naturales.

El hecho más reciente sucedió ayer por la mañana, cuando trabajadores de la empresa Grúas Fabián pretendían trasplantar por lo menos cuatro palmeras de la zona Centro de Torreón al Club Campestre Montebello. Al intentar sacar la primera palmera del lugar que ha ocupado, según versión de los vecinos, desde hace más de cuatro décadas, en la calzada Colón frente al número 558 Norte, los empleados la rompieron y no sólo eso, sino que ocasionaron una serie de daños en los alrededores.

Cuando se les cuestionó a los empleados si tenían autorización, mostraron documentos con firma y sello de la Dirección Municipal de Medio Ambiente, a cargo de Susana Estens de la Garza. En el papel concerniente a la palmera de la Colón, se observa que el solicitante del “trasplante” es el director de Urbanismo, Alberto Guillermo Hermosillo Morales. Es decir, un funcionario municipal pidió permiso para mover una palmera de casi 30 metros de altura de un paseo público a un club privado y la dependencia responsable simplemente se lo concedió. Creo que ambas autoridades deben una amplia explicación sobre el “curioso” incidente.

Lo anterior trae a la memoria otras situaciones que han ocurrido en Torreón. Por ejemplo, nadie sabe en dónde quedaron los árboles que fueron removidos desde el año pasado para la construcción del par vial Paseo del Tecnológico-Manuel Gómez Morín, la modernización de la avenida Juárez Oriente y del par vial Madero-Comonfort. También está el intento del Ayuntamiento de recortar las áreas verdes que rodean la Alameda Zaragoza para construir estacionamientos, proyecto que quedó a medias por la oposición de los vecinos.

Todo esto resulta muy grave si consideramos que la ciudad está por debajo de las normas nacionales e internacionales en cuanto a las áreas verdes que deben existir. Mientras que la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) pide a los municipios que destinen un tres por ciento del territorio a parques y espacios ecológicos y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) recomienda que sea un siete por ciento, Torreón apenas cuenta con el dos por ciento de áreas verdes.

Pero del otro lado del sucio y seco lecho del Nazas también ocurre este tipo de “delicadezas”. Cómo olvidar el “festejo” del pasado 12 de julio, Día del Árbol, en el que personas talaron a machetazos 14 árboles en los alrededores de la réplica a escala de la Torre Eiffel ubicada en la prolongación del bulevar González de la Vega en Gómez Palacio. Para reponer estas especies, el Municipio informó que había comprado 40 huisaches, de los cuáles sólo hay 15 y permanecen arrumbados en una bodega. De los que cometieron el ecocidio nada se sabe y por lo tanto a nadie se ha sancionado.

A principios de septiembre, otro hecho llamó la atención en la vecina ciudad: 60 eucaliptos fueron retirados del bulevar Ejército Mexicano (periférico) con la intención de plantarlos en otro lugar. Hasta hoy, se desconoce en dónde quedaron esos árboles.

Y Lerdo no se queda atrás. En las últimas semanas se ha agravado el problema del deficiente servicio de recolección de basura. Colonias enteras se quedan esperando hasta una semana a que el camión pase para llevarse los desechos, los cuales se acumulan e inundan calles y banquetas. Los que se desesperan, recurren a la vieja práctica de ir a los baldíos a arrojar las bolsas de sus desperdicios. Es decir, todo un “bonito” espectáculo.

Los hechos arriba narrados hablan por sí solos de que en La Laguna hay un evidente desprecio por el medio ambiente. Pero no hay que olvidar la sobreexplotación de los mantos acuíferos, los tiraderos de escombros y basura a pie de carreteras federales y estatales, la contaminación sin control de muchas industrias y talleres mecánicos y las emisiones tóxicas de los camiones del transporte urbano y suburbano. En fin, nada de qué sentirse orgullosos y sí mucho para exigirles a las autoridades de los tres niveles de Gobierno y reprocharles su falta de sensibilidad en el prioritario asunto del medio ambiente.

Correo electrónico:

argonzalez@elsiglodetorreon

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