Uno de cada cuatro mexicanos tiene una mala imagen de Pemex, la CFE, el IMSS y el ISSSTE.
¿Cuál es la imagen de los principales organismos autónomos del Estado mexicano? ¿Cuál es la imagen de algunas de las principales dependencias federales? ¿Cuál es la imagen de organismos autónomos y dependencias, en comparación con el Ejército y la Iglesia católica?
Sabemos por estudios previos, que el Ejército mexicano y la Iglesia católica son las instituciones con mejor imagen en nuestro país. La encuesta más reciente de Ipsos-BIMSA así lo corrobora. Los resultados de la encuesta muestran que siete de cada 10 mexicanos (67 por ciento) tienen una opinión positiva del Ejército; cifra cinco puntos porcentuales mayor a las opiniones favorables que recibió la Iglesia católica (62 por ciento).
Considerando que en promedio 44 por ciento de los ciudadanos de América Latina confía en las fuerzas armadas (Latinobarómetro 2006), los datos de la encuesta indican que el Ejército goza de una imagen muy saludable en comparación con sus pares de la región. A diferencia de otros ejércitos latinoamericanos, el Ejército mexicano ha respetado la vida institucional del país y esto, sin duda, se traduce en un excelente posicionamiento público.
La mayoría de los mexicanos tiene también una imagen positiva de instituciones y organismos autónomos. La lista la encabeza la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con 61 por ciento de opiniones favorables. Le siguen el Instituto Federal Electoral (IFE) con 60 por ciento, el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI) con 55 por ciento, y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) con 53 por ciento. La CNDH y el IFE tienen el mayor número de opiniones negativas (17 y 15 por ciento, respectivamente). En meses recientes, ambos organismos se han visto involucrados en diversos debates. El IFE sigue recibiendo críticas por su desempeño en la pasada elección presidencial y, más recientemente, la CNDH ha recibido también críticas por su papel en el caso de la indígena veracruzana, y por solicitar la revisión de la constitucionalidad de la despenalización del aborto en el DF.
Los organismos autónomos cuentan con gran aceptación entre la población joven y educada pero, sobre todo, entre los panistas; por el contrario, con excepción de la UNAM, los perredistas tienden a tener una imagen negativa de éstos (particularmente del IFE). Lo anterior sugiere que la opinión de los ciudadanos sobre las instituciones evaluadas está estrechamente relacionada con su visión del sistema político en conjunto.
Uno de los factores probables detrás de la buena imagen de los organismos autónomos es que no producen bienes ni ofrecen servicios públicos. Además, no están sujetos a la esfera gubernamental; es decir, “no son del gobierno”. En contraste, las dependencias gubernamentales evaluadas reciben un mayor número de opiniones negativas que los organismos autónomos. Uno de cada cuatro mexicanos tiene una mala imagen de Pemex, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en tanto, 21 por ciento tiene también una imagen negativa del ISSSTE.
No obstante, si calculamos el balance de opiniones positivas y negativas, destaca que el diferencial es siempre positivo. A pesar de las críticas, las opiniones positivas siempre exceden a las negativas. Pemex y el IMSS tienen el balance de opinión menos favorable de todos los organismos y dependencias aquí evaluados (+18 y +16, respectivamente).
Llama la atención la evaluación de las empresas paraestatales. Su imagen es positiva pero con un alto nivel de críticas, lo que refleja insatisfacción con los servicios que ofrecen. Sin embargo, de acuerdo con otras mediciones de Ipsos-BIMSA, la mayoría de los ciudadanos está en desacuerdo con la privatización de Pemex o de la CFE. Esto sugiere que, a pesar de todo, los ciudadanos prefieren que sigan en manos del Estado. La privatización no se percibe como una solución a las deficiencias en la calidad del servicio que ofrecen las dependencias gubernamentales.
