El monarca se oxigena en la altitud, con un marco espectacular como lo es el Puente de Ojuela. (Fotografías de Jesús Galindo López)
Cristian Mijares se prepara en La Laguna para su próxima contienda ante el japonés Teppei Kikui.
MAPIMÍ, DGO.- ¿Importa si hay que levantarse de madrugada todos los días para correr? ¿Es mucho el sacrifico para mantener la velocidad y vencer a sus oponentes? Las respuestas las tiene el campeón mundial supermosca, Cristian Mijares.
Sabe que como monarca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), lo más complicado pasa en este momento, ya que debe mantenerse como titular de la faja de las 115 libras (52.163 kilogramos), donde todos los púgiles a los cuales les brinde una oportunidad, buscarán aprovecharla, tal como lo hizo él en septiembre de 2006, cuando venció en Japón al local Katsushige Kawashima. Tanto fuera como dentro del cuadrilátero, el gomezpalatino es disciplinado en todos los aspectos y por eso, aun cuando el cielo se mantiene oscuro antes de las seis de la mañana, pone el ánimo en la camioneta que lo traslada junto a sus sparrings y equipo de trabajo, a la carretera Bermejillo-Mapimí.
No es la primera vez que Cristian viaja a la cima de las grutas de Rosario, ya que desde 2004, cuando le quitó el campeonato nacional al veracruzano Tomás “Gusano” Rojas, realiza su preparación física en el noreste del estado de Durango. Son siete kilómetros los que tiene que correr cuando los rayos del sol se asoman por el horizonte, tres en carretera y cuatro en camino sinuoso, todos en pendiente hacia arriba. Oxigenarse a dos mil 600 metros sobre el nivel del mar, ha sido un éxito en cuanto a rendimiento físico, aunque si fuera futbolista, estaría en duda su participación, debido a las infames modificaciones realizadas por la FIFA.
El dueño del cinto del CMB, va en el camino bien despierto, a diferencia de sus sparrings mexiquenses como lo son Óscar “Cariñoso” Arenas y Felipe Orucuta, además del aspirante a la faja minimosca, el también oriundo del Estado de México, Érik Ramírez, quienes se encuentran “en los brazos de Morfeo”. Mijares comienza a recordar sus primeras preparaciones de hace tres años en aquella desértica región, sin soltar una botella de agua, a la cual le da tres tragos en los más de 50 kilómetros de trayecto.
Mientras está en la amena charla, no le quita el ojo a su promotor Ignacio Huízar y en broma le dice: “No te duermas Nacho, ya nos levantaste temprano”.
Con el ímpetu desbordado, decide bromear con los boxeadores dormidos, a quienes les arroja unas gotas del vital líquido para despertarlos, causando un pequeño enfado con ellos, el cual es pasajero, ya que es parte del ambiente en este deporte. Después de ajustar un pequeño desperfecto del escape del vehículo, sobre el entronque a La Torreña, el contingente llega todavía de noche, a la pequeña caseta que se ubica antes de llegar a Mapimí, con destino al Puente de Ojuela y un señalamiento lo deja muy claro: siete kilómetros.
Los púgiles junto al primo del campeón, Gerardo “Halcón” Mijares, comienzan en un clima fresco su calentamiento, rodeados de perros propiedad del velador que cuidan la pasada, donde incluso Cristian se da el lujo de juguetear con un cachorro. Al transcurrir algunos minutos, inicia la travesía y delante de los boxeadores se ubica la camioneta, que los trasladó hasta el hermoso escenario natural. Mijares vestido en playera gris y short negro, se acerca al vehículo y exclama sonriente: “¿no me llevan? ¿me dan un aventón? Nacho Huízar y el entrenador Ricardo “Pajarito” Mijares, deciden caminar cerca de un kilómetro, aprovechando el aire limpio del majestuoso lugar, que se ilumina poco a poco con la presencia del astro rey. El “Halcón” presume su condición física con un gran paso y se adelanta al contingente, incluso termina el recorrido 15 minutos por delante de sus compañeros de profesión.
Los deportistas bromean y dicen por la zancada: “parece caballo”. En pleno ascenso, el campeón mundial se despoja de su playera sudada por el intenso esfuerzo, la cual lleva consigo en la mano y al final del trayecto, levanta las manos en señal de victoria. Posteriormente aguarda en silencio y contempla los cerros cubiertos por las nubes. Mijares decide concluir su sesión matutina, con un pequeño trote por el Puente de Ojuela y al mismo tiempo, advertir que se prepara a conciencia, para defender con éxito su título universal, frente al japonés Teppei Kikui, en su natal Gómez Palacio.
No hay mucho tiempo para admirar una vez más la naturaleza de esta región, ya que los púgiles deben regresar a la Comarca Lagunera, para después de un ligero desayuno, baño y siesta, adentrarse al gimnasio por la tarde, para sostener prácticas de boxeo. El regreso es pesado y la gran mayoría con excepción de Gerardo Aguilera, quien conduce la camioneta y el mismo Cristian Mijares, son presa del sueño y deciden cerrar los ojos por algunos minutos, situación que aprovecha el monarca, para fotografiarlos con una cámara y soltar las carcajadas. Se ve entero después del esfuerzo físico a lo cual responde: “esto indica que voy bien, además no me gusta desvelarme, para eso ya tuve mis vacaciones, las cuales disfruté al máximo sin excesos, no me gusta tomar y eso es importante”. Hay planes futuros para el gomezpalatino, pero él solamente se concentra en la contienda del próximo viernes 13 de julio, no quiere distracciones y busca refrendar ante su afición el campeonato mundial.
En caso de ganar, pelearía en octubre frente al capitalino Martín “Gallito” Castillo, en Vancouver, Canadá. Por lo pronto, el comarcano se prepara a conciencia para medirse al nipón. Lunes, miércoles y viernes se alista con corridas matinales en el Puente de Ojuela, mientras que martes, jueves y sábados lo hace en el Bosque Venustiano Carranza.
Las sesiones de box las realiza después de la una de la tarde, en el gimnasio El Séptimo Round, propiedad de su tío Vicente, pero a partir de la próxima semana, se mudará al Rochmar de bulevar Constitución, como lo ha hecho tradicionalmente de cuatro años a la fecha. En la actualidad Mijares boxea de cuatro a seis rounds diarios, con sparrings de lujo como Frankie Soto y Jesús Urzúa (supermosca), Óscar Arenas (supergallo), Felipe Orocuta (gallo) y Gerardo Mijares (superpluma). Precisamente con Orocuta tuvo un entrenamiento feroz el pasado martes, que resultó sangriento para ambos púgiles de las fosas nasales. El lagunero se quejó ayer de pequeños dolores en la nariz, pero nada de consideración que ponga en riesgo su participación el próximo mes.
Fuerte rutina
Esta es la ardua sesión matutina que realiza Cristian Mijares.
Hora Actividad
06:00 Salida a Mapimí de Gómez Palacio
06:10 Pequeño desperfecto en carretera
06:15 Se retoma el camino
06:20 Pasada por Punto de Revisión Carretero (Precos)
06:34 Pasada por Bermejillo
06:48 Llegada al entronque al Puente de Ojuela
06:50 Calentamiento de boxeadores
07:08 Inician corrida
07:41 Gerardo Mijares arriba al Puente de Ojuela
07:55 Cristian termina su recorrido sin playera