Los tonos claros o neutros aportan elegancia y distinción, además de aumentar la luminosidad y agrandar visualmente el espacio.
El estilo decorativo que hemos elegido para nuestro hogar es muestra del gusto y personalidad de cada uno.
Una de las tendencias que van ganando más adeptos es el romanticismo: la vuelta a los ambientes cálidos y acogedores que invitan a la tranquilidad y al descanso.
Es una mirada al pasado que se vuelve contemporánea si recurrimos a las últimas tendencias en revestimientos, textiles y complementos.
Las cortinas, los blancos y los muebles son sólo alguno de los componentes de los que nos serviremos para lograr este tipo de entorno; incluso los baños y cocinas pueden ambientarse de acuerdo a este estilo.
Los tonos claros o neutros aportan elegancia y distinción, además de aumentar la luminosidad y agrandar visualmente el espacio.
El ambiente íntimo lo podemos lograr a través los colores que utilicemos y del diseño del mobiliario y textiles. El resultado puede ser inmejorable si las paredes se rematan con molduras que se colocan entre el techo y la pared", explica el interiorista Alberto Fernández, de "A decorar".
El experto afirma que una chimenea en el salón ayudará sin duda a crear un medio ambiente cálido.
"Para lograr un efecto romántico las paredes deben ser blancas, beige o de colores pastel, ya sea en pintura, papel tapiz o textiles; los motivos pueden ser florales o inspirados en la naturaleza.
"Las ventanas se visten con cortinas o visillos vaporosos y traslúcidos elaborados en organza, por ejemplo, o con estores de lino con pequeñas iniciales o motivos bordados.
"En tapicerías para sofás, sillas y butacas imperan materiales como el terciopelo y o el jacquard, en tonos lisos o florales.
"Las mantas y cojines pueden ser de algodón, lana o seda, tejidos que combinan elegancia y suavidad. Debemos procurar un contraste entre la tapicería y los complementos", explica el decorador.
Las alfombras de lana y las mesas cubiertas con manteles de lino o algodón añadirán un toque romántico a cualquier salón o comedor.
La madera siempre presente
La gran protagonista en un ambiente acogedor es, sin duda, la madera de tonos claros, con aspecto natural, en ocasiones, envejecido.
En la sala y comedor "conseguiremos calidez colocando cojines a rayas, con estampados de flores o cuadros clásicos en habitaciones donde haya credenzas, cómodas y mesas de madera en tonos claros.
En los dormitorios, la encontramos en las mesitas de noche, estantes, cómodas y camas" comenta el
profesional.
Otro detalle importante son las cabeceras forradas de tela o en forja pintada de blanco o negro. "Sin duda, una pieza imprescindible en un dormitorio al más puro estilo romántico es el dosel o mosquitero, el cual aporta a nuestra cama una innegable distinción", afirma Fernández.
Para completar este aspecto en un dormitorio, hay que añadir cortinas, cojines y edredones, lisos o con flores.
Las lámparas deben llevar pantallas de tela. Las flores, recién cortadas o secas, aportan calidez al ambiente.
Los cestos de mimbre o rafia son una buena idea en los baños, tanto para guardar las toallas como para los productos de aseo. También podremos colocar portarretratos de estilos clásicos y cajas decoradas de diferentes tamaños.