Jamás te separes de tu mascota, no la regales ni la avientes a la calle.
Dale tiempo y paciencia para que entienda qué esperas de ella.
Confía en tu mascota, en sus instintos y en su lealtad.
No te enojes ni le guardes rencor aunque se haya comido tu camisa del domingo. No la encierres como castigo y recuerda que ella sólo te tiene a ti.
Háblale. Aunque parezca que no entiende tus palabras recuerda que los perros entienden la voz de quien les habla.
Dale un buen trato, mantenlo limpio, sano y lleno de amor.
Antes de que le pegues, ten en cuenta las reacciones ante una agresión y piensa si vale la pena resolver la situación con golpes.
Aprovecha el tiempo para salir a pasear con tu mascota, que conozca a tus amigos y familiares y que haga ejercicio junto a ti.
Encárgate de él cuando envejezca, recuerda que tú también envejecerás algún día.
Y no lo abandones en su último viaje. Nunca digas “no podría verlo”, u “ojalá que ocurra en mi ausencia”. Todo es más fácil para él si tú estás ahí.
No olvides que pase lo que pase siempre estará a tu lado; por eso es llamado “El mejor amigo del hombre”.
wolfschauze@ieee.org