Siempre anda con una galleta para perros en su cajuela o en su bolso o cartera.
Su auto siempre huele a animal y esta llenó de pelos.
Él o ella huele a perro.
Cuando encuentra a un perro desnutrido, atropellado o abandonado llora y luego lo recoge hasta sanarlo y dejarle un buen hogar.
Más de una vez ha estado endeudado con el veterinario a raíz de la ayuda a un amigo perruno.
Generalmente se rodea de personas que quieren a los perros.
Primero fue un perro, luego dos y tres, y no se da cuenta cuando tiene a toda una familia viviendo en su patio.
A menudo se siente impotente ante el sufrimiento de los perros de la calle, y la indiferencia social sobre esta situación.
El que vive en un departamento anhela vivir en una casa para tener patio y poder adoptar a muchos más.
Si conoces a alguien o tú estás dentro de este perfil, no dejes de ayudar y de promover el respeto y trato digno a los perros.
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