A través de los medios de comunicación se han difundido imágenes y reportajes que muestran las atrocidades que se cometen en contra de los perros callejeros. Es de todos bien sabido que los meten en pequeñas jaulas, los dejan expuestos a la intemperie, sin agua, sin comida y llenos de miedo mientras esperan su violento final. Ese final suele ser a manos de un verdugo lleno de ira e inhumano que suele arrebatarles la vida sin inmutarse ante el dolor y la desesperación que pueda provocarles.
Es a raíz de todo eso que me pregunto: ¿Es esto lo que prometen las autoridades al ofrecer un trato digno a los animales que recogen de las calles?
Lamentablemente, violar la ley de defensa de los animales parece ser una costumbre en la mayoría de los estados y municipios de nuestra república. Me gustaría escuchar algún día que nuestro gobierno es el líder en protección y trato digno hacia los animales. Un gobierno donde haya voluntad para resolver favorablemente la situación de los animales abandonados y a su vez sea capaz de poner en cinta a los dueños irresponsables.
Para empezar considero que las campañas constantes de esterilizaciones tanto de animales de la calle así como los domésticos es una solución efectiva y segura. A su vez reduciría considerablemente el número de perros en la calle y también los accidentes automovilísticos que involucran perros cruzando vías rápidas. Está comprobado que entre tres y cinco años desaparecen los animales de las calles si se llevan a cabo campañas de esterilizaciones masivas bien orquestadas donde se coordinen los municipios, los veterinarios, los medios de comunicación, patrocinadores privados y el público en general.
Entendamos que la matanza de animales solamente ataca las consecuencias del problema y mientras las causas no se controlen o eliminen, el problema seguirá.