El Pachucha se impone 1-0 a Chivas y lo elimina de la Super Liga de Futbol. (Jam Media)
MÉXICO, DF.- La imagen se ha repetido tantas veces que ya no sorprende a nadie, ni a los aficionados más fieles del Guadalajara.
Una vez más, José Manuel de la Torre y sus jugadores se retiraron al vestuario con las miradas absortas, mientras los integrantes del Pachuca festejaron en el centro del campo.
Bastó un servicio de Christian Gímenos para fulminar los sueños de las Chivas en la Super Liga. El Chaco puso un gran balón a Rafael Márquez Lugo, quien no lo desaprovechó y marcó el gol con el que el campeón del futbol mexicano superó a los rojiblancos (1-0), accedió a la siguiente fase y mantuvo vivo el sueño de ganar el millón de dólares que obtendrá el monarca del evento.
Los Tuzos demostraron ser un equipo que sabe perfectamente afrontar cada partido. Anoche, la victoria era lo único que les valía y la buscaron desde el silbatazo inicial de Marco Antonio Rodríguez, prueba de ello fueron los cinco saques de esquina que cobraron antes de que se cumplieran los primeros cinco minutos de juego.
No obstante, la dinámica del Guadalajara los fue envolviendo, al menos durante gran parte del duelo. Sí, el Chepo volvió a prescindir de Omar Bravo como titular, pero la velocidad de Omar Arellano y Sergio Santana (dos hombres formados en las fuerzas básicas de los hidalguenses) fue veneno para la zaga rival.
El Rebaño Sagrado no abandonó la vocación ofensiva, estaba consciente de que sería un suicidio ante un contrincante tan calificado, pero dejó que los pupilos de Enrique Meza hicieran el gasto. A final de cuentas, la igualada les daba el boleto a las semifinales. Por eso, la labor de Ramón Morales y Omar Esparza era tan determinante.
Los dos son hombres a los que atacar suele seducirlos, pero ayer no había espacio para equivocarse, para caer en el garlito. Su prioridad era evitar que el arsenal tuzo se mostrara a plenitud y prácticamente cumplieron con la misión. Cuando no lo lograron, Luis Ernesto Michel confirmó lo consolidado que está como arquero tapatío.
Quizá, por su mente pasaban los recuerdos de las eliminaciones en las semifinales del Clausura 2006 y la Copa de Campeones de la Concacaf 2007, por lo que se esforzó al máximo para atajar los disparos de Giménez y Damián Álvarez. Hasta que el Chaco sacó de la chistera ese preciso toque que Márquez mandó a las redes.
Y entonces, las Chivas se vieron cegadas por su desesperación durante los minutos finales, en los que no pudieron evitar volver a ser eliminadas por su bestia negra contemporánea.
