Benedicto XVI (d) y Felipe Calderón (i), durante su audiencia en el Vaticano, hoy. El pontífice y el mandatario mexicano, analizaron el problema de la emigración, la situación de las poblaciones indígenas y la lucha contra la violencia y el narcotráfico, informó la santa sede. (EFE)
Benedicto XVI recibió al presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, y a su familia durante la visita de trabajo que realiza el mandatario mexicano, en su segunda gira a Europa.
El papa Benedicto XVI se reunió este lunes con el presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, en audiencia privada por espacio de 22 minutos en su biblioteca personal del Palacio Apostólico del Vaticano.
Poco antes de las 12:00 horas local (10:00 GMT) la comitiva del mandatario mexicano ingresó, escoltada por un operativo de seguridad de la policía italiana, a los Jardines Vaticanos a través del Arco de las Campanas, junto a la Basílica de San Pedro.
De ahí se trasladaron hasta el Patio de San Damaso, ubicado en el edificio central del palacio papal donde esperaba a los invitados especiales, sobre una alfombra roja, el Prefecto de la Casa Pontificia James Michael Harvey.
Junto a él un "piquete" de la Guardia Suiza Pontificia, una formación de 12 soldados papales en vestidos de gala amarillos y azules quienes portaban cada uno en su mano una alabarda, la famosa arma tipo lanza con una punta hachada.
Subieron hasta el segundo piso donde fueron recibidos por los "gentiluomini" (gentilhombres del Papa), quienes escoltaron a Calderón y a sus acompañantes a través de una serie de habitaciones con decoraciones artísticas del Renacimiento.
De dos en dos formaron una escolta, adelante un grupo de gentilhombres, después el presidente y el prefecto Harvey, y más atrás el resto de la comitiva conformada por la esposa del presidente Margarita Zavala con sus tres hijos María, Luis Felipe y Juan Pablo.
Además de Patricia Espinosa, secretaria de Relaciones Exteriores; Juan Camilo Mouriño, jefe de la oficina de la Presidencia; Eduardo Sojo, secretario de Economía; y Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública.
Luis Felipe Bravo Mena, embajador mexicano ante El Vaticano; Maximiliano Cortázar, vocero; general Jesús Castillo, jefe del Estado Mayor Presidencial; y Dionisio Pérez Jácome, coordinador de Asesores de la Presidencia.
También estuvieron presentes los presidentes de los partidos Revolucionario Institucional, Beatriz Paredes Rangel; de Nueva Alianza Tomás Ruiz, y del Verde Ecologista, Jorge Emilio González Torres.
Cerraron la comitiva el teniente Mario Castro, jefe de ayudantes del presidente y Eduardo del Río, jefe de Protocolo.
Caminaron lento, ceremoniosamente y pasaron por diversas salas: primero la Clementina, después la de los Sediarios, de San Ambrosio, del Angulo, de los Papas, de la Capilla de Urbano VIII, del Trono, de los Embajadores, de la Virgen, de Santa Catalina hasta llegar a la Sala del Troneto.
En ese lugar Calderón fue recibido por el papa, quien estaba vestido de blanco con una "mozzeta" (sobrecapa) roja y la tradicional estola papal; ambos personajes se saludaron animadamente y se dejaron fotografiar.
"Gusto en verle, es un honor", señaló el mandatario mientras los flashes fotográficos centelleaban, "cómo se encuentra", agregó a lo cual Benedicto XVI respondió "muy bien". Todo se llevó a cabo en idioma español.
Ingresaron así a la Biblioteca Privada donde se sentaron uno frente al otro en un largo escritorio de madera, "es un honor su Santidad", dijo Felipe Calderón; "es un honor también para mí", fue la respuesta del Pontífice.
El selecto grupo de periodistas ubicados en el lugar, dejó solos a ambos personajes quienes tuvieron, cara a cara, una conversación privada.
Una vez terminado el encuentro el Pontífice informó a sus ayudantes del fin de la conversación a través de un timbre y se abrieron así las puertas del estudio, en el fondo de este sobre una gran alfombra estaban parados a izquierda Calderón y a derecha Benedicto XVI.
Se pasó así a la presentación de los integrantes de la comitiva, primero la esposa Margarita Zavala, luego sus hijos y, finalmente, los funcionarios.
Los hombres vestían trajes oscuros y las damas faldas o vestidos negros; a medida que iban saludando al papa éste les entregaba una medalla conmemorativa de su pontificado y les dirigía unas breves palabras.
Tras esto se pasó al intercambio de dones, de parte de México el líder católico recibió dos candelabros de cobre de Michoacán mientras, en contraparte, Calderón recibió una medalla apostólica grande en una base de madera dentro de una fina caja de piel.
Todos los presentes se tomaron la foto del recuerdo junto a Benedicto XVI y tras esto salieron de la sala para dirigirse un piso abajo, donde el mandatario se reunió en privado con el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone.
La gira del presidente de México continuará este lunes en Italia con una audiencia a las 13:30 horas local (11:30 GMT) con el primer ministro Romano Prodi y un encuentro con autoridades sobre la lucha contra el crimen por la tarde.