La presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Ruth Zavaleta, abandona la sesión donde el presidente Felipe Calderón entrega su Primer Informe de Gobierno. (El Universal)
A diferencia de los últimos 20 años durante el Informe no hubo interpelaciones, gritos, pancartas y confrontaciones en el salón de plenos.
En sólo tres minutos y con un breve discurso, el presidente Felipe Calderón, desde la máxima tribuna de la Nación, entregó su Primer Informe de Gobierno, convocó a los legisladores al diálogo y atestiguó el fin del rito de ese acto.
Ceremonia inédita. De declinaciones como la de la presidenta de la Mesa Directiva, Ruth Zavaleta, quien se excusó y dejó su lugar al vicepresidente y panista, Cristian Castaño, para que recibiera el documento del Ejecutivo Federal.
Calderón rompió con la tradición de acudir primero al Palacio Nacional a recoger la banda presidencial y llegó al lugar antes de lo previsto, al filo de las 17:40 horas y de inmediato se enfiló, acompañado por legisladores del PRI, PAN y Nueva Alianza, al Salón de Plenos de donde minutos antes los perredistas se salieron.
A diferencia de los últimos 20 años, no hubo interpelaciones, gritos, pancartas y confrontaciones en el salón de plenos.
Durante la apertura del periodo ordinario de sesiones de la 60 Legislatura, los grupos parlamentarios declinaron a su derecho de exponer su posición sobre los primeros nueve meses del Gobierno de Calderón, excepto el partido Convergencia.
El senador Dante Delgado adujo en tribuna que su partido no compartía “el pacto de silencio complaciente”, y dijo que la crisis política, que partió al país el 2 de julio de 2006, no se ha resuelto.
Antes de la llegada de Calderón, la presidenta de la Mesa Directiva, la perredista Ruth Zavaleta, dirigió un breve mensaje para decir que no aceptaba recibir el Informe “de quien proviene de un proceso electoral legalmente concluido, pero cuestionado en su legitimidad por millones de mexicanos”.
Su mensaje fue interrumpido de la trasmisión en vivo y en cadena nacional. La diputada abandonó el salón de plenos, junto a sus compañeros de bancada.
La salida de la bancada perredista no estuvo exenta de conflictos. Los diputados Gerardo Villanueva, identificado con René Bejarano y Francisco Santos Arreola, se liaron a golpes; el primero defendía las declaraciones de Gerardo Fernández Noroña, vocero perredista.
Ante el abrupto corte del discurso de Zavaleta, los líderes de las bancadas del PAN, PRD y PRI reprobaron el hecho, sin tener detalles de lo sucedido con la trasmisión de televisión. “Lo lamento”, dijo el panista. “Sería una ‘traición y una barbaridad”, dijo el perredista. “Sería un grave error”, comentó el priista Emilio Gamboa.
El Canal del Congreso sí dio cuenta de la breve exposición de la perredista.
En la última semana, los grupos parlamentarios del PRI, PAN y PRD negociaron el formato del Primer Informe presidencial, que incluyó la entrega del documento en tribuna, sin la posibilidad de un mensaje político del mandatario y la ausencia de los diputados y senadores perredistas.
El acuerdo por escrito se alcanzó la noche del viernes y fue firmado por los coordinadores del PAN, Héctor Larios y Santiago Creel y del PRD, Javier González Garza y Carlos Navarrete, para asegurar su cumplimiento. Por un lado que Calderón no dirigiera un mensaje político al pleno. Por el otro, para que los perredistas permitieran la llegada del mandatario a tribuna.
Al final, la bancada del PRI se mantuvo al margen de la negociación.
Durante la sesión de Congreso General, sus legisladores estuvieron en sus lugares.
El presidente Calderón salió de la residencia oficial de Los Pinos al filo de las 17:00 horas, abordo de un autobús blanco, acompañado de una comitiva de legisladores. El mandaario portaba la banda presidencial y no hizo escala en Palacio Nacional, para evitar conflictos con un grupo de perredistas que se manifestaba en el zócalo.
Antes de iniciar el recorrido hasta el Palacio Legislativo, lamentó que los diputados y senadores perredistas no estuvieran presentes en la entrega de su Informe, según comentó a los legisladores que lo acompañaron.
Cuarenta minutos más tarde, llegó a la entrada principal de San Lázaro. La sesión plenaria había iniciado a las 17: horas sin contratiempos y con la entonación del Himno Nacional. En el vestíbulo, rindió honores a la bandera mexicana e ingresó al salón de plenos por la entrada central, donde había una valla de cadetes.
Calderón estuvo en la sesión después de un acuerdo para permitirle el uso del micrófono. El compromiso adelantó la ceremonia, que estaba programada para las 19:00 horas.
En tribuna, convocó: “Reitero mi respeto y consideración absolutos a los legisladores del Congreso de la Unión y quedo a la espera y a las órdenes de lo que este Honorable Congreso de la Unión determine para tener un diálogo público y directo sobre el estado que guarda la nación”.
Castaño recibió el documento con pasta roja y respondió: “Esta presidencia recibe del presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, el licenciado Felipe Calderón Hinojosa, el Informe del estado general que guarda la administración pública del país”.
Momentos después, al filo de las 17:48 horas, Calderón descendió de la tribuna de San Lázaro y saludó a los vicepresidentes y secretarios de la Mesa Directiva, para bajar por la escalinata del lado derecho del recinto y saludar a la bancada panista.
Después estuvieron la salida, con más saludos y abrazos de senadores y diputados del PAN. La tormenta que amenazó toda la tarde y durante semanas a San Lázaro se disipó. Calderón abordó, acompañado por la comisión de cortesía, dejó el recinto legislativo.
