IMÁGENES DE FOLCLOR NACIONAL SON DEMANDADAS POR LOS AMANTES DEL "TATOO".
Cada vez hay más gente que ha dejado de lado los dragones o los demonios de tazmania por las pirámides, símbolos y guerreros aztecas y de otras culturas prehispánicas.
Notimex
México.- Con antecedentes en las primeras civilizaciones, el tatuaje es considerado por unos un arte y para otros su uso es propio de vagos y ex reos; en México adquiere niveles profesionales hace unos 15 años y en la actualidad se encamina a adquirir un lenguaje propio del mexicano, con recuperación de imágenes populares.
Consultados tatuadores profesionales y amantes de portar gráficas en "el lienzo vivo de su cuerpo" comentaron que lo que se ve ahora son imágenes de culto popular, como luchadores, la santa muerte, calaveritas de azúcar y, por supuesto, reproducciones prehispánicas.
Sin embargo, no para todos es claro que el tatuaje que se hace en el país tiene rasgos distintivos, propios de los mexicanos, aunque si cada vez es mayor el número de personas que piden un "tatoo" y demandan figuras que tienen relación con el folclor nacional.
La profesionalización
De acuerdo con los consultados, la profesionalización de esta práctica se remonta a unos 15 años atrás, cuando se instalaron los primeros estudios o locales en la Ciudad de México y en Guadalajara, Jalisco.
Antes, recordaron se hacía de manera rudimentaria, amateur, con instrumentos y preparación para el trazado de figuras deficientes, que por lo general se había aprendido en las calles, los barrios o en la cárcel.
Sobre el punto, el tatuador con 15 años de experiencia Alan Cruz, conocido como "El Muerto", dijo que para hacer una relación de esta práctica se debe tomar en cuenta "el antes y el después de la profesionalización" en el país.
Añadió que antes de la instalación de los primeros locales se llevaba a cabo una práctica que ahora se conoce como "la vieja escuela", a la que pertenecen tatuadores que de manera empírica y rudimentaria aprendieron la técnica.
Estas personas fuero, a su vez, influenciados por el estilo estadounidense, principalmente de la ciudad de Los Angeles, en California.
La vieja escuela
"La vieja escuela son los que aprendieron en la calle, en sus barrios e incluso en la cárcel, y por lo mismo no había una técnica ni medidas de seguridad adecuadas; además, la iconografía era muy básica, como corazones, rosas, dagas y dragones", indicó Cruz, quien estudió artes visuales.
En ese tiempo, en la década de los 80, el tatuaje era una práctica a la que, por lo general, acudían habitantes de sectores marginales de la sociedad, como ex presidiarios, que dependiendo del delito cometido era la imagen.
Después se trasladó a los barrios populares, como Tepito o Neza (Estado de México), y también dependiendo de la banda a la que se pertenecía se hacía el tatuaje.
"El Muerto" recordó que ambas manifestaciones fueron adquiridas por la influencia de los chicanos, ya que ellos fueron los que trajeron esa práctica a México.
Mientras que al haber una difusión mayor del tatuaje, tanto de la técnica como de la iconografía, comenzaron abrirse estudios y, con ellos, la práctica mejoró y se adquirieron medidas de seguridad más higiénicas.
La nueva escuela
De ahí que con la profesionalización llegó "la nueva escuela", compuesta según Cruz por tatuadores que aprendieron de "la vieja", pero con trazos más finos y artísticos debido a que eran jóvenes con estudios en artes visuales o plásticas, dibujo e incluso dermatología.
"La nueva escuela se formó en la academia, en carreras que tienen que ver con el tatuaje, o también por su cuenta estudiaban en revistas y libros los orígenes en otros países o culturas, como en las tribus de Nueva Zelanda", anotó.
Esa nueva generación empezó a plasmar imágenes en el cuerpo humano de una manera más profesional, lo quie atrajo a nuevas personas, "como fue mi caso, porque había más aceptación, entonces ya no era propiamente de los marginados sino inició a extenderse a todos los sectores".
El reconocido tatuador comentó que "la nueva escuela" busca retomar imágenes de la cultura mexicana, sobre todo las prehispánicas, como parte de las raíces y la identidad propias.
Por ello, como país "somos una potencia en iconografía, por lo tanto no podemos permitir que otras tendencias, como la japonesa y estadounidense, se apoderen (del ámbito nacional), por eso queremos que resurgan las imágenes mexicanas", aseveró Cruz, quien tiene 25 gráficos en su piel.
Al respecto, "Beto", perforador profesional y quien tiene el 60 por ciento de su cuerpo tatuado con motivos mexicanos, dijo que el motivo para plasmarse esas figuras fue el identificarse con sus raíces, ya que algo que se va a traer permanentemente en el cuerpo debe ser significativo.
"Mi familia es de origen purépecha y de ello partí para que me tatuaran deidades prehispánicas y como soy mexicano, también llevo en mi lienzo vivo (cuerpo) calaveritas de dulce y luchadores, entre otros" motivos, anotó.
Identidad nacional
Coincidió en que en los últimos años el tatuaje que se hace en México adquiere identidad propia a nivel nacional, debido al regreso que hay en el gusto por la cultura autóctona, lo que también se protecta en el extranjero.
"Beto" ha participado en exposiciones de tatuajes en Europa como representante del trabajo que se hace en el país, el cual, aseguró él mismo, es cada vez más aceptado e incluso en otros países han llevado a cabo concursos con categorías de "íconos mexicanos".
Sin embargo, para "Alfredo", mejor conocido como "El Carro", tatuador desde hace 10 años, no hay una identidad propia en el tatuaje mexicano, lo que para él se debe a que la profesionalización de esta práctica lleva poco tiempo como para hablar de un estilo autóctono.
Aclaró que, a pesar de que en su opinión no se ha consolidado el tatuaje propio del país, cada vez hay más gente que ha dejado de lado los dragones o los demonios de tazmania por las pirámides, símbolos y guerreros aztecas y de otras culturas prehispánicas.
Coincidió en que con la inserción de "la nueva escuela" el tatuaje se ha abierto a otros sectores, aunque siguen teniendo más gráficos en su piel los sectores pertenecientes a lo que el sociólogo francés Michel Maffesoli definió como "tribus urbanas": cholos, punks o darks.
De ahí que en cuanto existan cambios en la sociedad que permitan la aceptación de prácticas que antes rechazaban, el tatuaje también se abrirá, tanto a nuevas técnicas y motivos como incluso a los sectores femeninos.
Al respecto, cabe anotar que no obstante que uno de los vestigios más antiguos del tatuaje fue encontrado en la imágen de una diosa egipcia, en la actualidad aún no es bien aceptada una mujer con gráficos en la piel.
Sin embargo, "Elui" es una chica con casi el cien por cierto del cuerpo tatuado, excepto manos y cara, y para ella la gráfica "no te da identidad, sino que es una obra de arte en un lienzo vivo, es darle otro tipo de expresión a la piel".
En torno a dicha idea, Noe Alberto Vásquez Cortés, quien tiene 20 gráficos en su piel y estudió Informática Administrativa, consideró también que esa práctica es "una expresión artística que portaré para siempre en mi cuerpo".