Un amplio despliegue policial se realizó ayer ante el Tribunal Supremo, cuyo funcionamiento fue boicoteado por un grupo de letrados que protestaba contra el estado de excepción en Lahore, Pakistán. (EFE)
Las elecciones generales en Pakistán se celebrarán en enero próximo como están programadas, informó ayer el primer ministro paquistaní Shaukat Aziz, pese al estado de excepción declarado el sábado, que ha causado más dos mil detenciones.
Aseguró que los comicios, previstos para mediados de enero, se celebrarán conforme al programa, rectificando sus declaraciones de la víspera respecto a que las elecciones podrían ser aplazadas un año por la instauración del estado de emergencia.
Poco antes, Musharraf defendió, ante los representantes del cuerpo diplomático extranjero, el estado de excepción, al argumentar que la judicatura superior había paralizado varios órganos del Estado y creado impedimentos en la lucha contra el terrorismo.
Destacó que continúa comprometido con una transición completa a la democracia, reiteró que las elecciones se deben celebrar y exhortó a la comunidad global a entender las “realidades sobre el terreno” en Pakistán.
Explicó que los motivos que lo llevaron a proclamar la medida, es para ayudar al país a superar los retos que afrontaba “por ciertas decisiones de la judicatura superior” y aseguró que se están haciendo esfuerzos hacia una “democracia completa” desde 1999.
La primera fase, según Musharraf, se llevó a cabo entre 1999 y 2002, cuando él mantenía “pleno control” de los asuntos del Gobierno.
Una segunda fase tuvo lugar entre 2002 y 2007, agregó, cuando un Parlamento electo funcionaba con asambleas provinciales y gobiernos locales para asesorar al Gobierno central en asuntos de importancia nacional. Agregó que las nuevas medidas, tomadas en interés nacional para asegurar una gobernabilidad efectiva, asegurarán que los principales pilares del Estado y las Fuerzas Armadas funcionen en armonía.
Desde la imposición del estado de excepción entre mil 500 y dos mil personas han sido arrestadas, incluidos líderes de la Oposición, abogados y activistas de derechos humanos, según una fuente del Ministerio del Interior en condición anónima.
En tanto, la ex primera ministra paquistaní Benazir Bhutto pretende viajar en las próximas horas a Islamabad para reanudar los contactos con Musharraf, pero antes exhortó a sus seguidores a estar preparados para emprender movilizaciones contra el estado de excepción.
Bhutto aseguró que la acción “desesperada” de Musharraf ha saboteado en la práctica el proceso de diálogo entre ambos, que tenía como objetivo evitar que Pakistán fuera sometido a una “ley marcial” como la que rige ahora.
La ex primera ministra insistió en que las medidas aplicadas por el general son inconstitucionales e inaceptables, y aseguró que ella se unirá a otros partidos para oponerse al estado de excepción.
