“¿Cuándo encontramos un pueblo gobernante?... La respuesta es: en las elecciones”.
Giovanni Sartori
Está concluyendo la temporada política de este 2007. Este domingo pasado hubo elecciones en cuatro estados y los resultados fueron los que se esperaban. Leonel Godoy del PRD ganó el Gobierno de Michoacán, el PRI barrió en las elecciones legislativas y municipales de Puebla y Tamaulipas, mientras que el PAN triunfó en Tlaxcala.
El factor que une a estas últimas elecciones del año es que en todas ganaron los partidos en el poder. De hecho, cada vez es más claro que en México, a menos de que se cometan grandes errores, los partidos de Gobierno renuevan sus mandatos de manera casi automática. Sólo ha habido dos excepciones en las elecciones estatales de este 2007.
El PRI ha sido el gran ganador de los procesos electorales de este año. Se está repitiendo, de hecho, la tendencia que tuvimos al inicio del sexenio de Vicente Fox. Después de que los electores se inclinaron por un candidato panista en los comicios a la Presidencia de la República, en las elecciones locales subsecuentes los votantes regresaron a sus viejas lealtades.
Los triunfos del PRI de este año han tenido lugar a pesar de que los gobernadores de los estados involucrados han sido objeto de fuertes críticas en los medios nacionales de comunicación. Estoy hablando de gobernadores como Fidel Herrera de Veracruz, Ulises Ruiz de Oaxaca y Mario Marín de Puebla. El PRI no sólo ganó las elecciones locales en esos tres estados sino que lo hizo de manera contundente, lo cual contrasta con los procesos cerrados en que cada uno fue electo hace tres años. Quizá las críticas de los medios nacionales fortalezcan en vez de debilitar a los gobernadores.
El PAN puede ser visto como el gran perdedor de este 2007. Le tocó sufrir los únicos dos casos en que un partido en el poder sufrió derrotas en procesos electorales en el año. Yucatán fue un golpe especialmente brutal. La derrota del candidato a gobernador, Xavier Abreu, a manos de la priista Ivonne Ortega, fue una verdadera tragedia para el partido. Quizá no fue tan sentida la caída en las elecciones intermedias de Aguascalientes, pero sólo porque el Gobierno del Estado no estaba en la balanza. La pérdida de la capital hidrocálida, que desde hace tiempo estaba en manos panistas, resultó sin embargo dolorosa para Acción Nacional.
Sólo en dos casos logró el PAN salir adelante este año en estados que ya gobernaba. Uno de ellos fue Baja California, donde los errores del candidato priista, Jorge Hank Rhon, influyeron de manera decisiva en la elección. El otro fue este domingo pasado en Tlaxcala, donde el PAN obtuvo su mayor avance del año en cualquier estado. Pero no podemos olvidar que un ex priista, el gobernador Héctor Ortiz Ortiz, ha llevado al PAN una parte importante de la maquinaria política que el PRI tenía en Tlaxcala.
Para el PRD 2007 ha sido también un mal año. Si bien los perredistas nunca sintieron la necesidad de hacer un examen de conciencia por su derrota en la elección presidencial de 2006, debido a que asumieron el dogma de que Andrés Manuel López Obrador ganó la elección pero le fue arrebatada con malas mañas de Felipe Calderón y Vicente Fox, la derrota fulminante en Tabasco el 15 de octubre de 2006 lanzó una señal de que algo andaba mal. En 2007 esta señal fue confirmada con una serie no sólo de derrotas sino en algunos casos de desaparición virtual de la vida política del estado.
El esperado triunfo del PRD en Michoacán le da cuando menos un nuevo aire al partido. También recalca algunas conclusiones inevitables. Una de ellas, por supuesto, es la ventaja que le da a cualquier partido de Gobierno el tener a un gobernante sensato como lo ha sido Lázaro Cárdenas Batel. Otra es que es importante tener candidatos que unan al partido, como Leonel Godoy, y no que lo dividan.
¿Por qué están obteniendo los triunfos electorales en México los partidos que ya están en el poder? En parte, porque esto es una tendencia mundial. Siempre es difícil desplazar a un partido que ya ejerce un Gobierno, incluso en sociedades democráticas maduras.
Otra razón es que los gobiernos estatales están aprovechando los tiempos que tienen en los medios de comunicación para promoverse a sí mismos. Es una lástima, porque el origen de los llamados tiempos de Estado y fiscales de la radio y la televisión era dar a conocer información de salud y educación para beneficio de la sociedad. Sin embargo, hasta este momento, todos los órganos del Estado que tienen acceso a ellos, y todos los gobernantes, simplemente los usan para promoverse a sí mismos.
CARTEROS
Ayer se festejó en México el Día del cartero, pero en un momento en que el futuro del correo está en tela de duda. Nuestra Constitución sigue dándole al Servicio Postal Mexicano un monopolio que nadie respeta y que no se debe respetar porque, de aplicarse, dañaría severamente la competitividad de nuestro país. Hay políticos que quieren impedir que las empresas de paquetería sigan entregando cartas, como lo han venido haciendo; pero mientras el Servicio Postal Mexicano siga siendo ineficiente e inseguro, esto le haría un enorme daño a la economía nacional. Mucha gente prefiere pagar 20 veces más por un servicio, siempre y cuando éste sea oportuno y seguro.
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