El presidente Hugo Chávez impulsa una cruzada moral en Venezuela que busca combatir desde el consumo excesivo de alcohol hasta el colesterol alto y con ese fin amenaza con suspender las importaciones de whisky y prohibir la venta de cerveza en la calle.
El Gobierno anunció que a partir del 15 de octubre aumentará el impuesto sobre una gran variedad de licores hasta un 50%. El impuesto sobre las cajetillas de cigarrillo subirá del 52% al 70% y también aumentarían los impuestos sobre los artículos suntuarios y las obras de arte.
Este es otro esfuerzo del mandatario venezolano por promover la idea del Hombre nuevo, un revolucionario socialista que ha alcanzado el más alto grado de pureza, casi como un monje. A menudo Chávez pone a Ernesto “Che” Guevara como el ejemplo ideal y se queja de que muchos venezolanos no están a la par de este ícono de la revolución cubana.
“Somos uno de los países que más whisky consume per cápita en el mundo, eso tiene que darnos pena a los venezolanos”, dijo Chávez recientemente por televisión. “Yo no estoy dispuesto a seguir dando dólares para importar whisky en las cantidades que están dando”. “¿Qué revolución es ésta, la del whisky, la de los Hummers? ¡No! Ésta es una revolución de verdad”.
Pero las ventas de whiskies caros y de vehículos como el Hummer están en aumento y los venezolanos no sienten la menor pena por ello. A Chávez le está costando convencerlos de que dejen de lado el materialismo de los centros comerciales y la costumbre de beber.
“Si tomo mi botella de whisky es porque trabajé por ello, hice el sacrificio, así que puedo tomar lo que me da la gana”, dijo Ernesto González, un comerciante de 49 años. Como él, muchas personas estaban embobadas con Hummers y coches de lujo en un espectáculo de exhibición de autos de lujo en Caracas. Abundaba la gente en el sitio que bebía “piñas coladas” y cerveza de barril.
Chávez también está preocupado por la frecuencia con la que los venezolanos beben cerveza en las esquinas. Molesto por las ventas de cerveza ilegales en la calle, advirtió el mes pasado que decomisaría tales negocios o ventas ambulantes. “Los que quieran beber pueden hacerlo en sus propias casas”, dijo.
El presidente tiene una larga lista de recomendaciones a los venezolanos: no empapar los alimentos con mucha salsa picante, mantenerse saludable con ejercicios y comidas bajas en colesterol, respetar los límites de velocidad al manejar. Insta a los padres a dejar de comprarle muñecas Barbies e implantes de silicón a sus hijas.
El mandatario considera que los venezolanos se han corrompido por los valores capitalistas estadounidenses y necesitan un nuevo código moral humanista.