Reputado como la maravilla del siglo, que nos coloca al tú por tú en tecnología de punta con el aeropuerto para un millón de pasajeros al año que se construye en Tailandia, hete aquí que el trenecito que conectará las terminales uno y dos del aeropuerto capitalino correrá cada 14 minutos
La capacidad del juguetito elevado que llenará el boquete de quienes añoran el que bordeaba el parque zoológico de Chapultepec, será de 84 pasajeros, es decir la mitad de la capacidad media de un avión en vuelo internacional, digo para no hablar de un jumbo.
Digamos que en lugar de las tres horas previas que reclama la exigencia para pasajeros con proa al extranjero, ahora serán cinco… digo si se ponen abusados para subirse de mosca con todo y maletas.
Naturalmente el instrumento lúdico requirió una multimillonaria inversión a favor del grupo ICA, la firma de trato privilegiado en el ramo durante la alegre gestión del ex secretario de Comunicaciones y Transportes, Pedro Cerisola.
Lo interesante del caso es que intrigado ante lo que apunta al absurdo, el titular actual de la dependencia, Luis Téllez, aprovechó la coyuntura de una reunión de Consejo de Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares, ASSA, para preguntar por el qué, el cuándo y el de a cómo del asuntito. La respuesta del responsable del organismo descentralizado, Enrique Velasco, llegó sin titubeos: —Fue idea de Fox.
Más al detalle, el funcionario señaló que el ex presidente Vicente Fox había planteado la (¿sugerencia? ¿orden?) alternativa tras la revisión del proyecto que en el papel le agregaba al menos 20 años de vida útil al aeropuerto “Benito Juárez” de la ciudad de México, tras el portazo al proyecto para construir una nueva terminal en terrenos ejidales de San Salvador Atenco.
Lo curioso del asunto es que la del trenecito fue la única respuesta directa del funcionario ante la catarata de interrogantes planteadas en torno al proyecto con perfil de elefante blanco. En el resto se salió por chicuelinas, aventándole el capotazo a su segundo de a bordo, el Coordinador de Proyectos.
—No sé… pero está aquí el ingeniero Ortega.
El problema es que éste tampoco sabía las respuestas, lo que provocó una larga carcajada de los presentes, de la cual se pasó a la preocupación. De hecho, se convocó a una reunión extraordinaria del Consejo de Aeropuertos y Servicios Auxiliares con un solo tema en la agenda: la terminal dos.
Naturalmente, Ortega fue cesado fulminantemente, sustituyéndolo el director de Obras, Enrique Mejía. Por lo pronto, si al inicio del proyecto del anexo se calculaba un costo de 450 millones de pesos, hete aquí que el gasto ascienda ya a mil 100, lo que prendió los focos rojos en la Secretaría de la Función Pública.
El sobregiro, pues, es de 650 millones de pesos, en un escenario en que los revestimentos del edificio dejan pálidos de envidia a la residencia más lujosa de Santa Fe, las Lomas de Chapultepec o el Pedregal de San Ángel.
Lo inaudito del asunto, frente a la permanencia transexenal en el cargo de Enrique Velasco, es que el de la terminal II no es el único escándalo que lo persigue.
En alarde de impunidad, por ejemplo, se otorgó a la empresa constructora española, OHL, sin licitación al calce, la posibilidad de operar como socio el aeropuerto de Toluca, cuya propiedad compartían Aeropuertos y Servicios Auxiliares y el gobierno del Estado de México.
El caso es que casualmente el representante de la firma ibérica es José Andrés De Oteyza, otro ex director general de ASSA.
Y si le seguimos, Enrique Velasco compitió por abajo del agua, a través de su amigo Marco Ortiz, por el contrato para diseñar el plan maestro para el frustrado intento de un nuevo aeropuerto en la zona de Texcoco. Ortiz recibiría más tarde un contrato de 150 millones de pesos por la supervisión de las obras de remodelación de la terminal I.
Más allá, en una segunda casualidad, hete aquí que otro ex funcionario de ASSA, Pedro Rodríguez, le compró sus espacios a la línea aérea Aeroplazas en los aeropuertos de Puerto Vallarta y Guadalajara en 40 millones de pesos.
Por lo pronto, el PRI colocó en jaque a quienes esperan con ansias el trenecito, al exigir desde el Congreso rescatar el proyecto de un nuevo aeropuerto… en Texcoco. Total, otro barril sin fondo a la bodega.
Balance general
Festinada hasta el escándalo al anunciarse como “historia única en el mercado”, la reciente colocación internacional de acciones realizada por el banco Compartamos, no pareciera justificar la catarata laudatoria.
De entrada, la emisión fue secundaria, es decir no se trató de nuevas acciones para inyectarle recursos a la intermediaria, sino de una operación de venta de las existentes, concretamente la tercera parte del capital.
Los recursos, es decir 407 millones de dólares, se fueron al bolsillo de los socios que abandonaron la nave… a un año escaso de haber recibido de la Secretaría de Hacienda la autorización para operar como banco.
Compartamos, una sociedad financiera de objeto limitado que había operado como oferente de créditos para microempresas, llegó a la escena de banca múltiple en la misma camada que las cadenas mercantiles Wal Mart de México y Famsa.
En su corta operación la intermediaria recibió apoyos de la Corporación Financiera Internacional, el brazo operativo del Banco Mundial, quien se convirtió en su socio con el 10.6 por ciento del capital.
¿Cuántas operaciones similares de pisa y corre nos falta por ver ante la catarata de nuevos bancos?
Por aquellas cosas raras de la vida, hete aquí que por exigencia del contrato-ley los propietarios de los ingenios están obligados a entregarle al sindicato de trabajadores azucareros un apoyo anual de seis millones de pesos para una clínica al servicio de la causa.
El caso es que ésta no existe.
La dirección de la zona de Polanco donde supuestamente se ubica lo llena un cascarón, o si lo prefiere la ruina de lo que fuera un edificio de los 50’s. Ahora que la duda es si los recursos contribuyen a financiar los frecuentes viajes del líder del sindicato, Enrique Ramos, a Suiza para engordar su colección de relojes de oro y de zapatos.
Cuatro meses después el Banco de México sigue sin llenar la vacante de una de las vicegubernaturas ante el desinterés del gobierno por presentar un nuevo candidato al Senado, tras el rechazo de la posibilidad del ex subsecretario de Egresos de Hacienda, Carlos Hurtado… por más que todos los días aparecen nuevos nombres de prospectos.
El último de ellos, Santiago Levy, prepara sus maletas para irse a trabajar a Washington.
Aunque en el escenario el Banco Azteca aparece como uno de los menos capitalizados del sistema, hete aquí que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores le autorizó un modelo interno de calificación de reservas que se compara con el esquema mensual, registrándose el monto que resulte mayor.
El problema es que bajo el marco la exigencia resultó menor de lo que acumulaba semanalmente la intermediaria.
El modelito estará vigente hasta el tercer trimestre de este año.
Azteca mantiene siete millones de cuentas activas, 33 por ciento más allá de las que tenía en mayo de 2006.
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