En los próximos días se abrirá de oficio una investigación para ubicar los cuellos de botella en materia de comercio exterior, en un escenario en que se impide la competencia internacional que llega lealmente al país
Herida en su orgullo ante la imposibilidad de castigar la evidente confabulación entre empresas cementeras y autoridades que impidió descargar la mercancía del célebre barco-silo griego de bandera panameña “Mary Nour”, la Comisión Federal de Competencia va por la revancha.
En los próximos días se abrirá de oficio una investigación para ubicar los cuellos de botella en materia de comercio exterior del país, en un escenario en que se impide la competencia internacional que llega lealmente al país.
La indagación alcanzará, naturalmente, la operación de las aduanas, aún cuando se tocarán los recintos alternos, es decir las terminales portuarias, las bodegas alternas de contenedores, los recintos no fiscalizados…
La presunción habla de trato preferencial hacia un puñado de empresas hegemónicas, a quienes se rentan los espacios sin derecho de ocupación alterna; de convenios oscuros con los sindicatos de estibadores para obstaculizar la descarga de mercancía ajenas a la causa, y de colocar obstáculos para el transporte terrestre.
Las conclusiones de la pesquisa, dada la inexistencia de facultades de la dependencia encabezada por Eduardo Pérez Motta, se entregarán a las autoridades a título de recomendación.
Lo interesante del asunto es que fue el propio presidente de la instancia en lucha contra los monopolios quien planteó la urgencia de la indagación… en evidente presión ante el fracaso para plantear una resolución ante el caso “Mary Nour”, dada la ausencia de evidencias sólidas.
La historia usted la conoce.
Fletado por la Compañía Comercio para el Desarrollo Mexicano, cuyos socios eran tres ex ejecutivos de Cementos Mexicanos, el barco de la discordia llegó al país el 27 de julio de 2004 con un cargamento de 27 mil toneladas de cemento ruso y una oferta en la proa: vender el producto 15 dólares debajo de su costo en el país.
De hecho, la importadora tenía ya tres clientes a los que se entregaría el producto… con la idea de abrir una ruta para alcanzar cinco millones de toneladas al año.
El caso es que casi un año después el navío debió regresar por donde vino con su mercancía a cuestas y sus colosales pérdidas en la popa… por más que se habla de un arreglo económico con las firmas cementeras instaladas en el país para cancelar planes futuros.
El pacto se habría firmado en París.
El caso es que de entrada el “Mary Nour” no pudo atracar en el puerto de Tampico ante una orden judicial tramitada por Cementos Mexicanos, bajo el alegato de que el banco obstaculizaría sus propias maniobras.
Así las cosas, se giró el timón para alcanzar un recinto fiscal ubicado en la desembocadura del río Pánuco… que resultó balín.
Ahí se inició el infierno.
Acusado de obstaculizar un canal navegable, el barco fue multado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en una cadenita que se volvió interminable: 11 millones 276 mil pesos por parte de la Administración General de Aduanas por “intento de descarga en un recinto no autorizado”.
Y más: una multa de un millón 650 mil dólares por haber tramitado el permiso de importación del cemento a nombre de otra empresa.
Más aún, la Secretaría de Hacienda aplicó una multa más por supuesto entero extemporáneo del Impuesto al Valor Agregado y el de General de Importación, con un recargo de 150 por ciento… más actualizaciones.
Todo el peso del Estado, pues, contra el navío.
El caso es que pasaron 10 meses, tres millones de dólares al calce por la renta del activo, para el que “Mary Nour” pudiera atracar en el puerto de Tampico… con la novedad de que los sindicatos de estibadores, controlados por la Confederación de Trabajadores de México, se negaron a descargar.
Ahora que, aún descargada la mercancía, hete aquí las compañías ferroviarias que realizarían el traslado por tierra no tienen furgones propios acondicionados para transporte específico de cemento, es decir los existentes son propiedad de las principales cementeras.
Y como el flete por carretera es incosteable.
Ahora que la indagación de la CFC se plantea en otra coyuntura casi idéntica: la presión de las armadoras automotrices instaladas en México para impedir la llegada al mercado interno de 16 mil vehículos de bajo costo fabricados en China.
La mercancía se encuentra detenida en el puerto de Manzanillo.
Como lee usted, la indagación sacará chispas.
Balance general
La buena noticia, en un escenario en que las malas llegan por carretadas, es que de acuerdo a un informe de la firma de consultoría internacional con oficinas en 112 países, Grant Thernton, las “economías emergentes de la próxima generación” son México, Indonesia, Pakistán y Turquía.
El informe señala a la letra que éstas “lograrán impactar significativamente a la economía mundial”.
De hecho, se estima que desplacen a Brasil y Rusia en términos de fortaleza económica.
En el caso concreto de México, se subrayan sus ventajas derivadas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte; de ser receptor de los mayores flujos de inversión extranjera directa en Latinoamérica, y tener el mayor crecimiento en su PIB per cápita.
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La noticia es que en el actual sexenio se ha elevado al infinito el robo de cables de cobre que transmiten el fluído eléctrico que administra la Compañía de Luz y Fuerza del Centro. El ilícito, en los primeros tres meses del año, alcanzaba un monto inaudito de mil 800 kilómetros de cable, asaltando lo mismo instalaciones subterráneas que aéreas.
Dicho con todas las letras, la delincuencia organizada se sube a torres de alta tensión para descolgar el botín con la evidente complicidad de empleados de la empresa pública.
De ahí viene, pues, los frecuentes apagones.
El atractivo para los actos ilícitos es el elevado precio alcanzado por el metal, a cuya vera resucitaron empresas como Mexicana de Cobre y Minera de Cananea, para no hablar del auge del grupo IUSA de Carlos Peralta.
De hecho, encendidos la totalidad de los focos rojos del tablero, la Compañía de Luz y Fuerza del Centro está exigiendo a sus proveedores que demuestren el origen de los cables que les venden, es decir las facturas de compra de la materia prima.
Digamos que la mula no era arisca…
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El compromiso de la Cámara Minera de México que encabeza Xavier García de Quevedo es invertir en los próximos cinco años tres mil millones de dólares para mantener a Sonora como la entidad federativa líder en la actividad extractiva.
Más de la mitad de las apuestas, exactamente mil 800 millones, los apostará el Grupo Industrial Minera México para construir una planta Concentradora de Cobre en Cananea, que producirá 180 mil toneladas al año; una carboeléctrica con capacidad de generación de 450 megawatts, y la apertura de la mina productora de zinc Buenavista.
A su vez, Industrias Peñoles invertirá 35 millones de dólares en actividades de exploración de sus minas. Por lo pronto, están en la mesa 51 proyectos adicionales de exploración.
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