Aunque en el papel tradicionalmente las firmas mercantiles ajustan sus plantillas en enero, tras las contrataciones extraordinarias de la temporada decembrina, el hecho es que hasta el 15 de enero pasado el gobierno panista contabilizaba una merma de 256 mil plazas? en su mayoría de empresas productivas.
El énfasis, durante los primeros 45 días del sexenio del presidente del empleo, apunta a dos ramas específicas: industria de transformación y construcción.
Estamos hablando de la cuarta parte de los empleos constituídos en el último año del gobierno foxista, justo en el que se alcanzó la cosecha más abundante.
De acuerdo a cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social, si al 30 de noviembre del año pasado había 14 millones 145 mil 371 trabajadores registrados, monto que un mes después había descendido a 14 millones 80 mil, para alcanzar el 15 de enero sólo 13 millones 884 mil 242.
El gobierno panista, pues, enfrenta el reto de remontar el bache y de pasadita justificar el slogan en lo que resta del año, con la novedad de que el foxismo le dejó un boquetazo equivalente al 69.74 por ciento de los tres millones 579 mil empleos que estaba obligado a promover? por más que la promesa hablaba de un millón 250 mil al año.
Peor aún, hete aquí que al inicio del alocado gobierno anterior se arrastraba a su vez un déficit de tres millones 142 mil plazas.
Y a lo mejor usted estará pensando con justeza que el brutal rezago no se refleja en las cuentas del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática. La razón, empero, se explica por el incontenible crecimiento de la economía informal y el éxodo masivo de migrantes hacia el incierto del American Way of Life.
De acuerdo a un estudio realizado por Santiago Levy, ex director general del Instituto Mexicano del Seguro Social, dos de cada tres empleos en el país se constituyen en los laberintos de la informalidad.
Las estadísticas hablan de una población económicamente activa de 44 millones 706 mil mexicanos. Sin embargo, no llega a 14 millones el número de inscritos en el Seguro Social, en tanto la nómina del sector público alcanza dos millones 657 mil, lo que daría un total de 16 millones 656 mil empleos formales.
Más aún, según el INEGI en el país existen tres millones 236 mil empresas, de las cuales sólo 810 mil cotizan en el IMSS.
La paradoja del caso es que el desfase entre empleos formales e informales se inició en 1993, justo en la antesala de la entrada en escena del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, cuya principal motivación hablaba de multiplicar la oferta de plazas bien remuneradas.
En los 13 años de vigencia del acuerdo mercantil, pues, mientras la población crecía en 18 millones 247 mil y los mexicanos en edad de trabajar en 11 millones 114 mil, el país sólo logró generar cuatro millones 343 mil plazas formales.
El déficit, pues, es de seis mil 771 millones de empleos, de los cuales más de la mitad, exactamente tres millones 579 mil, se generó en el gobierno foxista.
Lo dramático del asunto es que colocadas como paladines de la causa, las maquiladoras sólo lograron aportar entre 1993 y el 2006 un total de 670 mil nuevos empleos, por más que en términos porcentuales el crecimiento fue de 123.62.
Lo curioso del caso es que la burbuja se desinfló dramáticamente durante el foxismo.
Si en los primeros siete años se incrementó la nómina en 749 mil plazas, en los seis siguientes se abatió en 79 mil.
Se diría, pues, que el país perdió gas, tantito por la falta de reformas estructurales, tantito por la pérdida vertiginosa de competitividad, y tantito por la falta de timón.
Se diría que el incremento de las exportaciones, eje en que se sustenta el crecimiento económico del país, obedeció a una inercia más que a una estrategia.
De hecho, México está perdiendo gradualmente valor agregado en sus productos con proa al exterior, incrementándose en forma peligrosa el volumen de insumos fuera de la región que se incorpora a productos procesados o ensamblados en el país, vía programas de maquila o Pitex (Programas de Importación Temporal para Exportación).
De hecho, el 49.5 por ciento de nuestras ventas al exterior está constituído por insumos importados temporalmente; 24.5 por ciento por productos netamente mexicanos, y 21.01 por artículos con valor agregado a la reexportación.
Dicho con todas las letras, el 70.5 de nuestras ventas al exterior están condicionados a la incorporación de insumos extranjeros.
De dónde, pues, saldrán los empleos.
Por lo pronto, el gobierno derechista entró con el pie izquierdo.
Balance general
Sería mala suerte o simple descuido de sus abogados, el caso es que la empresa japonesa Nissan se metió en un problemón al contratar a la firma Auto Convoy Mexicano para trasladar su producción de vehículos vía camiones nodriza o madrinas.
Hete aquí que la contratante enfrenta un litigio de años con la empresa Daimler Chrysler, quien le adeuda 35 millones de dólares justo por la adquisición de buena parte de su flota.
La firma estadounidense logró una orden judicial para que se embargaran a los vehículos nodriza o tractocamiones donde quiera que se les localicen.
Así las cosas, Nissan lleva varios días sin poder enviar al mercado 100 vehículos nuevos producidos en su planta de Aguascalientes? más los que se acumulen esta semana.
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La noticia es que la empresa constructora Tribasa resucita tras la debacle financiero que obligó a una venta de garage de sus activos no estratégicos a favor del magnate Carlos Slim Helú, que incluyó el troncal de carga ferroviaria Ferrosur y la participación en el Grupo Aeroportuario del Sureste.