Se diría que ya no hay una sola empresa gigante privada en el país que no tenga energía propia, así las industrias como las grandes cadenas mercantiles. Más aún, se da el caso que algunos gobiernos municipales generan su propia energía, vendiéndole incluso sus excedentes a la propia CFE
A contrapelo del entredicho en que colocó la Suprema Corte de Justicia de la Nación
a la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica, en que se sustenta la posibilidad de generación privada en sus distintas modalidades, ésta ha alcanzado ya, pian pianito, 24 por ciento de la oferta nacional.
El año pasado, para no ir lejos, del total de 222 terawatts/hora que consumió el país, 60 salieron de las plantas de productores externos, con énfasis en las que mantienen las empresas Electricité de Francia, Unión Fenosa e Iberdrola.
La motivación del boom es simple: a diferencia del trato que se le impone a la Comisión Federal
de Electricidad, las centrales que construye el capital extranjero no pagan nueve por ciento del costo total del proyecto por concepto de derechos.
En el horizonte se ubican además las mil 600 concesiones bajo la modalidad de cogeneración,
generación privada o producción independiente, otorgadas en los últimos dos sexenios por la Comisión Reguladora de Energía.
Se diría que ya no hay una sola empresa gigante privada en el país que no tenga energía propia, así las industrias como las grandes cadenas mercantiles.
Más aún, se da el caso que algunos gobiernos municipales generan su propia energía, vendiéndole incluso sus excedentes a la propia CFE.
Y ya metidos de lleno en la rendija que abrió el ordenamiento aprobado por la aplanadora priísta en el sexenio del ex presidente Carlos Salinas de Gortari en atropello de los artículos 27 y 28 de la Constitución, hete aquí que aún dependencias del gobierno federal están tratando de abrir su propio espacio… bajo el financiamiento de la banca de desarrollo.
De hecho, en este momento la Secretaría de Energía traza un proyecto para construir en el norte del país una planta generadora que alimente a todas las delegaciones del Servicio de Administración Tributaria.
Los recursos los pondría en la mesa Banobras.
La dependencia de la Secretaría de Hacienda le pagaría a la Comisión Federal de Electricidad el porteo o derecho de transmisión para llevar el fluido a lo largo y ancho de la República.
Pese a ello, la exposición de motivos habla de un ahorro de 12 por ciento en el costo de energía eléctrica, dadas las altas tarifas alcanzadas por la Comisión Federal de Electricidad.
De acuerdo con el cálculo de los expertos, el diferencial entre los costos que ofrece ésta y los que se plantean en Estados Unidos, concretamente la zona de Texas, oscila entre 15 por ciento y 20 por ciento.
Ahora que en el país existen dos escenarios perfectamente delimitados: el de la zona norte, con énfasis en Monterrey y su zona conurbada coptada por generadoras privadas, y el del resto de la República, con un diferencial de costo que oscila entre ocho y diez por ciento.
Hasta el 31 de diciembre del año pasado, para hablar en plata, las tarifas eléctricas para uso industrial en el perímetro se ubicaban en 7.80 centavos de dólar por kilowatt/hora consumido, en tanto para el resto del país llegaban a 8.60.
En Texas el monto ascendía a 6.90.
El nivel ha crecido simétricamente a partir del 2002, cuando la escalerita se ubicaba en 4.80, 5.70 y 6.05, saltando a 5.20, 6.00 y 6.50 en el 2003, para llegar a 6.10, 6.90 y 7.40 en el 2005.
Se diría, pues, que al margen del incremento en el precio de los insumos, con énfasis en el gas natural, la eficiencia de la Comisión Federal de Electricidad se ha mantenido en nivel medio frente a otras empresas similares a nivel internacional, en tanto la de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro está muy por debajo de la media.
El problema, lo adivinó usted, es que ni todos los industriales ni todos los comercios ni todos los mexicanos tienen la capacidad económica para plantear sus propios proyectos de autoabastecimiento, lo que genera un escenario de inequidad.
Para no ir lejos, en Chiapas existen miles de demandas contra la Comisión Federal de Electricidad por las elevadas tarifas que cobra en municipios indígenas como Pijijiapan, San Cristóbal, Chiapa de Corzo, Pichucalco, Teupisca, Chamula, Copainalá, Huehuetán…
A título de muestra le diremos que al usuario Sabino Acosta López, habitante de Ostuacán, quien pagaba bimestralmente entre 90 y 100 pesos, le llegó un recibo de 349… que al bimestre siguiente saltó a 120 mil 785, señalándose un consumo de 50 mil 724 kilowatts hora, frente al promedio habitual
de 283.
Así de fácil.
Se diría que la CFE se quiere desquitar de lo que le cobraba a los grandes consumidores cuando la luz era nuestra.
Y háganle como quieran.
Balance general
Lo cierto es que el emplazamiento a un conflicto colectivo de naturaleza económica que colocó en la mesa de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje Mexicana de Aviación, no es el primero de la tarde en materia de líneas aéreas.
Aeroméxico hizo lo mismo hace 26 años al fragor de una de sus crisis recurrentes.
Lo curioso del caso es que en la recta final del procedimiento, es decir a punto de producirse el laudo correspondiente, la empresa logró conciliar con sus sindicatos.
De hecho, hasta donde se acuerdan los expertos jamás se ha llegado a la última fase del esquema previsto en el artículo 900 de la Ley Federal del Trabajo, en cuyo escenario se permite la cancelación de partes de un contrato colectivo que pongan en riesgo la viabilidad de una empresa.
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Elogiado hasta la saciedad durante la reciente visita al país de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, hete aquí que el Tratado de Libre Comercio entre el país andino y el nuestro es abiertamente favorable al primero.
Lo grave del caso es que al nacimiento del acuerdo nuestro país tenía la balanza a su favor.
En el punto más alto de la cima acumulamos un superávit de 376 millones de dólares… que el año pasado se convirtió en un déficit de mil 565 millones.
El país perdió de un plumazo, pues, exportaciones por 2 mil 141 millones de billetes verdes.
¿Nos ponemos a brincar de gusto?
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Finalmente, la asamblea de accionistas de la empresa de telefonía celular Unefon Holdings aceptó fusionarse a Iusacell, en afán de generar sinergias y economías de escala y, naturalmente, incrementar la cobertura de su red de transmisión.
La nueva empresa tendrá 3.4 millones de suscriptores equivalentes al 7% del mercado, con una perspectiva de ventas de 11 mil millones de pesos.
La oferta habla de tecnología de tercera generación para ofrecer servicios de voz, transmisión de datos y una gama de valor agregado.
La firma la seguirá dirigiendo Gustavo Guzmán.
La compañía mantiene 23% de su capital en la Bolsa Mexicana de Valores, perteneciendo el resto a Ricardo Salinas Pliego.
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