De hecho, la erupción desaparecería rápidamente en la magia de la consolidación de la audaz operación para hacerse de la propiedad de la firma multinacional australiana Rinker. La razón para soslayar el amago planteado por el presidente Hugo Chávez, en un evento al que acudió el grueso de los altos mandos castrenses, se inscribe en un solo dato frío, se diría helado: Vencemos aporta sólo 6% de las ventas globales consolidadas de Cemex.
Más aún, pese a mantener una posición hegemónica, la empresa mexicana con sede central en Monterrey, el mercado total del país sudamericano, apenas representa 670 millones de dólares al año, es decir, la cuarta parte de las ventas de Cemex en el país. Como quitarle, pues, un pelo a un gato.
Lo cierto, sin embargo, es que Vencemos ha jugado un papel más que estratégico en la consolidación de Cementos Mexicanos como la gran multinacional del país, al lado de Bimbo, Maseca o América Móvil. De hecho, la firma en la que la familia Zambrano mantiene 75 por ciento del capital, representó la tabla de salvación del conglomerado, ante la situación más crítica enfrentada en su historia centenaria.
Estamos hablando del cierre de la frontera de Estados Unidos.
Como recordará usted, hace poco más de 15 años, tras una denuncia interpuesta por cuatro empresas de la zona de Florida por supuestas prácticas de dumping o precio inferior al del mercado de origen, la Comisión. Internacional de Comercio del país vecino le impuso a las exportaciones de Cemex una cuota compensatoria, cuya magnitud las dejaba fuera del mercado.
Estamos hablando de 75 por ciento del precio ad valorem por tonelada de cemento, modificable, al alza o a la baja, cada dos años.
Cerrada, pues, la puerta para exportar sus colosales excedentes de producción, la compañía de Lorenzo Zambrano se encontró con una oferta inesperada: la venta
de una fracción mayoritaria del capital de la principal productora de cemento de Venezuela.
El atractivo fundamental era la posibilidad de exportar sin restricción alguna a Estados Unidos, es decir, sin el fardo del impuesto compensatorio al calce.
Mejor aún, hete aquí que el país de las barras y las estrellas le había abierto a la nación sudamericana cuotas de exportación del producto, es decir, la posibilidad de ingresarlo a su mercado sin arancel o impuesto de importación alguno al calce. Indirectamente, pues, la Casa Blanca le otorgaba un subsidio a las exportaciones venezolanas, dado el tamaño de los aranceles impuestos para el producto a naciones sin acuerdos mercantiles al calce.
Casi el paraíso.
Bajo ese prisma, el precio pagado por las acciones de la compañía venezolana fue lo de menos.
Vencemos, pues, conservada a la letra la razón social por cuestiones estratégicas, se convirtió en la gran exportadora del conglomerado hacia Estados Unidos.
De la importancia de la compañía habla su administración al margen del bloque regional que, para entonces, se había integrado con otras adquisiciones hemisféricas.
Más aún, Cemex envió a uno de sus mejores hombres para dirigir la compañía. Estamos hablando de Francisco Garza, cuyo crecimiento resultó tan espectacular, que actualmente se le ubica como el número dos del conglomerado.
De hecho, se le considera el heredero del poder de Lorenzo Zambrano. El problema es que, engolosinado con la vía libre hacia el mercado mayor del planeta, Vencemos descuidó el mercado interno, rompiendo el equilibrio entre la oferta y la demanda, lo que provocó el encarecimiento del producto.
De hecho, en su discurso en que dejó entrever la amenaza de nacionalización, el presidente venezolano, Hugo Chávez, responsabilizó a los dueños de la cementera de que las Fuerzas Armadas carecieran de un hogar digno; no hay cemento para los venezolanos.
Por lo pronto, la firma de Lorenzo Zambrano, iniciada una batería de auditorías contra su filial del país sudamericano, como parte de un acoso que, desde hace tres años, se vuelve sistemático, mantiene un espeso silencio. ¿Ni cosquillas al gigante?
Balance general
Planteada como la obra máxima de infraestructura del sexenio, la posibilidad de ganar el contrato para construir la hidroeléctrica La Yesca, mantiene activo a un ejército de técnicos de los puntos más disímbolos del planeta.
De acuerdo con la convocante, es decir, la Comisión Federal de Electricidad, serán al menos ocho las empresas que participen en la campal. Del lado mexicano están inscritos el grupo ICA, Ideal, la firma de infraestructura de Carlos Slim; Adesa, Constructora de Proyectos Hidroeléctricos y el grupo Gutsa.
Por parte del capital extranjero, están ya en el ring las españolas OHL y la Peninsular; la brasileña Andrade; la japonesa Sinchydu Corporation, y la italiana Techint. La primera licitación por el contrato de 7 mil millones de dólares, como recordará usted, se declaró desierta.
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Emprendida la graciosa huida de la firma estadounidense AT&T de la pelea por un tercio del capital de Olimpia, una de las accionistas de Telecom Italia, la posibilidad de que la dupla Teléfonos de México-América Móvil mantenga la estafeta implicaría una erogación de cinco mil 200 millones de euros, o si lo prefiere siete mil millones de dólares.
De acuerdo con el compromiso original con la firma Pirelli, controladora de Olimpia, a su vez dueña de 18 por ciento de la compañía de telecomunicaciones del país de la bota, AT&T adquiriría 33 por ciento del capital, en tanto Telmex y América Móvil, 16.5 por ciento cada una.
La ventaja para las compradoras, de acuerdo con los expertos, es que Olimpia controla a la junta directiva de Telecom Italia, es decir, se adquiriría de facto el dominio de la firma, pese a la posición minoritaria. Control con 12% del capital. Ahora que el campanazo proyectaría a Carlos Slim hacia las grandes apuestas en la Unión Europea.
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La buena noticia frente al trago amargo que representó para el Grupo Industrial Minera México, la reinstalación de Napoleón Gómez Urrutia como secretario general del sindicato minero, es que de acuerdo con el cálculo de los analistas, el precio del cobre seguirá elevándose durante este año.
El vaticinio habla de alcanzarse un nivel de entre 2.75 y 3.25 dólares por libra, frente a los 3.65 a que llegó en su cuesta mayor, en mayo del año pasado.
Mexicana de Cobre y Minera de Cananea, sus filiales estelares, producen 80 por ciento del metal que se consume en el país.
Como usted sabe, además del grupo Villacero de Julio César Villarreal, la empresa de Germán Larrea se confabuló con el ex secretario del Trabajo, Francisco Javier Salazar Sáenz, para quitarle la toma de nota a Gómez Urrutia.
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