Emprendida la graciosa huida del pleno de la Comisión Federal de Competencia ante la bravura del toro que representa el caso Mary Nour, al desaliento del respetable surgió un destello torero: cancelar la posibilidad de penosos episodios similares hacia el futuro
Dicho con todas las letras, aunque la instancia antimonopolios no le quiso hacer frente al poderío de Cementos Mexicanos, se intentará cerrar el paso a nuevos intentos de ésta o de firmas similares para obstaculizar a la competencia… en complicidad con las autoridades.
La propuesta la planteó directamente el presidente del órgano en custodia de la Ley de Competencia Económica, Eduardo Pérez Motta.
Como recordará usted, el barco-silo griego de bandera panameña Mary Nour llegó al país el 27 de julio de 2004 con un cargamento de 27 mil toneladas de cemento ruso y una oferta en la proa: vender el producto 15 dólares debajo de su costo por tonelada en el país.
La intención, naturalmente, era abrir una ruta permanente en desafío a la competencia.
El navío, fletado por la compañía Comercio para el Desarrollo Mexicano, cuyos socios eran tres ex ejecutivos de Cementos Mexicanos, se regresó por donde vino en mayo del año siguiente sin haber logrado descargar un gramo de mercancía.
La odisea podría llenar más de un tomo de la colección de Ripley.
De entrada, la tripulación del Mary Nour se encontró con la novedad de que no podía anclar en el puerto de Tampico, dado que los espacios los mantenía permanentemente ocupados Cementos Mexicanos. De hecho, la firma de Lorenzo Zambrano había interpuesto un reclamo judicial para impedir el arribo, bajo el argumento de obstaculizar sus propias maniobras.
Ante el imprevisto, se giró el timón para alcanzar un recinto fiscal ubicado en la desembocadura del río Pánuco, es decir entre los puertos de Tampico y Altamira, propiedad, por cierto, de los deudos del ex secretario de Hacienda, Julio Rodolfo Moctezuma.
El caso es que ni ahí. Peor aún, dado que se trataba de un recinto no autorizado, la Secretaría de Hacienda le impuso a los importadores una multa de 11 millones 276 mil pesos “por intento de descarga”.
Más allá, Comercio para el Desarrollo Mexicano, que jugaba en sociedad con la firma española Tradeland Commodities y la griega Segur Holding, debió pagar 3 millones de dólares por renta del barco anclado durante diez meses en el recinto equivocado. Estamos hablando de diez mil dólares diarios.
Ahora que desbocada, descarada, la complicidad del gobierno foxista en el bloqueo orquestado por Cemex, hete aquí que la Administración de Aduanas le impuso a la compañía de la discordia una multa de un millón 650 mil dólares por haber tramitado el permiso de importación a nombre de otra.
En apariencia la razón social de ésta es Máquinas, Carros y Camiones. Adicionalmente, el Servicio de Administración Tributaria impuso una multa a la importadora por entero extemporáneo del Impuesto al Valor Agregado y el Impuesto General de Importación, con un recargo de 150 por ciento… más actualizaciones.
El colmo llegó cuando la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) le impuso otra colosal multa “por obstruir la zona navegable del río Pánuco”.
El caso es que tras un farragoso periplo de litigios cuyo costo infló al infinito la factura de la frustrada travesía del Mary Nour, se logró finalmente que el navío pudiera ingresar al puerto de Tampico… para encontrarse con nuevos obstáculos.
De entrada, hete aquí que la estiba de la mercancía en peligro de volverse piedra se volvió misión imposible ante la negativa de los sindicatos del ramo, controlados por la Confederación de Trabajadores de México, de quedar mal con las cementeras que les ofrecen trabajo permanente.
La amenaza hablaba de huelga si alguien ajeno realizaba la tarea.
Desde otro ángulo, resultó que las empresas ferroviarias privadas concesionadas no tienen furgones propios acondicionados para transporte específico de cemento, es decir, los existentes son propiedad de Cementos Mexicanos, Holcim Apasco, Cementos de Chihuahua, Lafargue Cementos y Cementos Portland Moctezuma.
Y como el flete por carretera es incosteable…
Digamos que al margen de las mermas por la estiba de los sacos, el peso promedio que puede transportar un camión es de 24 toneladas.
Agotada, pues, la posibilidad de batalla, el Mary Nour se regresó por donde vino… con su carga a cuestas, conformándose la empresa importadora con colocar en la mesa una denuncia ante la Comisión Federal de Competencia por supuestas prácticas monopólicas relativas de Cementos Mexicanos.
La querella se planteó en abril del año pasado, con la novedad de que un año después no existen suficientes elementos para soportar una resolución.
Gigantes intocables.
Balance general
Lo cierto es que en el papel, conciliados la mayor parte de sus reclamos de reducción de costos, el eje para plantear un conflicto colectivo de naturaleza económica en que se fundamenta Mexicana de Aviación equivale a sólo 0.47% de su gasto de operación.
Estamos hablando de su exigencia de cubrir horas extras a los sobrecargos sólo a partir de 77 horas de vuelo, frente a las 90 exigidas.
De acuerdo con la norma internacional el máximo que reclama la jornada mensual de servicio en el aire para este tipo de trabajadores es de 72… base a partir de la cual se requiere el pago de horas extras.
La empresa, pues, se quiere ahorrar cinco.
El caso es que el costo laboral de Mexicana de Aviación equivale a 26% de su gasto de operación, con la novedad de que 19% corresponde en estricto a salarios y prestaciones de los sobrecargos.
Bien, pues de éste las horas extras de la discordia representan sólo 0.47%.
La línea aérea, pues, se va al pleito por centavos.
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Dígase lo que se diga, entre el dicho y el hecho sobre la supuesta venta de Líneas Aéreas Azteca a un magnate del transporte terrestre, presumiblemente el ex presidente de Bancrecer, Roberto Alcántara, hay un largo trecho.
De entrada, la operación la debe autorizar la SCT para certificar la solvencia del nuevo dueño ante el monto de las deudas de la empresa aérea suspendida.
Estamos hablando de mil millones de pesos.
Más allá, se exigirá un compromiso de inversión en equipos para garantizar la operación de la compañía propiedad aún de Leonardo Sánchez Ávalos, dado que de sus nueve aviones cinco están fuera de servicio, incluso uno de ellos fue incautado por la autoridad aeronáutica de Estados Unidos.
De hecho, pese a que la línea aérea tiene autorizadas 50 rutas para operar, sólo lo hace en 20.
La posibilidad de que Aerocalifornia volviera a volar tras una suspensión por causas similares requirió una inversión de 750 millones de pesos.
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Pues ahora resulta que a la línea aérea de bajo costo Volaris le saldrá el chirrión por el palito por lanzar la casa por la ventana con motivo de su primer aniversario.
Hete aquí que la firma encabezada por Pedro Aspe Armella ofreció una tarifa inigualable de 250 pesos en boleto sencillo a cualquiera de sus 12 destinos, incluidos, naturalmente, Cancún, Guadalajara, Torreón o Monterrey.
El caso es que el anuncio provocó la saturación de su página de internet, lo que provocó molestias de los usuarios, algunos de los cuales colocaron su queja por supuesto engaño ante la Procuraduría Federal del Consumidor.
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