Lo cierto, frente a las versiones que califican de oportunistas los reclamos de incremento salarial de emergencia para paliar la escalada de precios en productos básicos de básicos, es que la ola se plantea como la puntilla frente a un deterioro permanente en el poder adquisitivo.
Medido bajo la fórmula simple de empatar el crecimiento del salario mínimo y la inflación, el nivel de vida de los mexicanos enfrenta rezagos históricos que hasta el año pasado lo ubicaban al 72.42 por ciento del que se mantenía en 1952, y el 24.18 del de 1975.
En los últimos 30 años, pues, se perdió más del 75 por ciento de la capacidad de compra. La peor etapa de la historia reciente llegó en el sexenio del ex presidente Ernesto Zedillo, justo en la etapa posterior a la macrodevaluación de 1994, cuando la inflación alcanzó 52 por ciento, y el incremento a los salarios mínimos apenas 7.1.
Y aunque durante el alocado gobierno foxista llegó de entrada una ligera recuperación que ubicó al poder de compra en el 74.62 por ciento del de 1952, último año del sexenio del presidente Adolfo Ruiz Cortines, en los años subsecuentes el globo se desinfló para llegar al 72.42 por ciento.
El deterioro sexenal fue de 0.76 por ciento. Naturalmente, habrá quien piense que la medición no cumple con total certeza los esquemas ortodoxos, incluso hasta se podría tacharla de arbitraria. El caso es que el incremento refleja necesariamente la línea para los porcentajes en las revisiones contractuales.
De hecho, se llega al grotesco de que la representación obrera ante la absurda Comisión Nacional de Salarios Mínimos se enfrente al imposible de remontar el veto en contra de gobierno y empresarios.
Más aún, el Instituto Mexicano del Seguro Social maneja las cotizaciones para sus 12.3 millones de afiliados en función estricta al número de salarios mínimos que perciben.
Y si nos metemos de clavado en las estadísticas, hete aquí que aunque en el papel sólo el 4.24 por ciento de los aportantes recibe un salario mínimo, el 31.62 alcanza dos; el 22.50 tres; el 12.46 cuatro, y el 13.68 cinco. Dicho con todos los números, el 78.10 por ciento de los asegurados, es decir 4.6 millones de trabajadores, recibe hasta cinco salarios mínimos.
La paradoja del caso es que hasta 1975 la carrera precios-salarios la ganaban de calle estos últimos. Colocándole una base 100 a 1952, en los 23 años transcurridos el nivel de vida de la población registró un incremento permanente hasta alcanzar un máximo de 281.92 por ciento.
Más aún, en los primeros cinco años del sexenio echeverrista, cuando las revisiones eran aún bianuales, los salarios crecían al menos un tercio más allá de la inflación.
El problema es que en el camino nos alcanzó una devaluación del 100 por ciento que borró de golpe la inflación de un dígito y frenó la posibilidad de empate. El cuesta abajo se profundizaría en el gobierno del ex presidente José López Portillo, justo cuando se convocaba al país a administrar la abundancia.
¿Se acuerda usted los llamados a los trabajadores para cargar en la espalda con las vacas flacas? Bien, pues el deterioro fue de 78.10 por ciento, con la novedad de que con la llegada del ex presidente Miguel De la Madrid se atenuó ligeramente la paliza, por más que el desgaste alcanzó 43.72 por ciento.
Con el ex presidente Carlos Salinas De Gortari la caída fue de 21.07 por ciento.
Reunidos en un solo ramillete los cinco sexenios, la erosión en el poder de compra de la población fue de 174.81 por ciento, con un promedio sexenal de 35 por ciento.
Así, en el año 2000 el nivel de vida del mexicano sujeto a ingresos basados en salarios mínimos era equivalente al 73.18 por ciento del de 1952, y al 23.18 respecto a 1975.
Ahora que medido en dólares, si en 1952 un mes de salario mínimo equivalía a 23.24, con una paridad de 8.50 pesos, la relación fue creciendo vertiginosamente hasta alcanzar un máximo en 1982 de 316.6.
Sin embargo, colocado en la escena el tobogán, durante el sexenio zedillista que ofrecía bienestar para los mexicanos, se llegó a sólo 128.43, para crecer en el foxismo a 133.82?
Digamos que los trabajadores mexicanos ganan en un mes lo que los de Estados Unidos perciben en ocho o 10 horas de trabajo.
¿Demagogos y oportunistas los que planean tomar la calle para pedir un incremento salarial extraordinario?
Balance general
Ahora resulta que ya le surgió un nuevo frente de batalla al programa ?El que llama paga nacional?, éste en los Estados Unidos.
Hete aquí que la Oficina de Representación Comercial de la nación de las barras y las estrellas acaba de presentar un reporte bajo el título de ?Revisión del Cumplimiento de Acuerdos de Comercio en Telecomunicaciones 2007?, en el cual se queja de discriminación.
Textualmente se plantea que con la implementación de la modalidad nuestro país incumplió con la resolución de un panel de solución de controversias en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Más al detalle, se asienta que el esquema encarece la tarifa de terminación de llamadas para las operadoras de allende el Bravo.
El documento lo avalan firmas como Cisco, Sprint, Vonage, Bellsouth y Qwest. La presión, pues, será de antología.
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Hete aquí que del plato a la boca se le podría caer la sopa al grupo Alfa en su pretención de comprarle a la empresa TK Aluminium seis plantas diseminadas en China, Polonia, Brasil, Argentina, Estados Unidos y nuestro país.
La operación se había pactado en 500 millones de dólares, además de cederle a la vendedora el 11.5 por ciento del capital de la filial del emporio con sede en Monterrey, Nemak. El problema es que la empresa europea cayó en default al incumplir el pago del cupón anual de una emisión de deuda prevista para amortizarse en el 2011, ante la negativa de los tenedores de revenderle los papeles? con los recursos que le pagaría Alfa.
El embrollo necesariamente obligaría a aplazar la operación y con ello desvanecer la coyuntura.
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Una pregunta recorre el ámbito financiero: ¿Por qué la tardanza del gobierno panista en nombrar al subgobernador del Banco de México cuya plaza está vacante desde hace 24 días?
Las versiones hablan de la exigencia de la Presidencia de la República de dar un golpe mediático con la llegada a escena de alguna mujer? que todavía no ubican. Imagínese la ceguera, en un horizonte en que sobrarían candidatas para cancelar el Club de Tobi.
Ahí está, para no ir lejos, la ex asesora del ex secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, Rayo Angulo Sánchez, hasta hace poco presidenta de la sociedad de ex alumnos del Instituto Tecnológico Autónomo de México. El candidato del gobernador del banco central, Guillermo Ortiz, es Manuel Ramos Francia.
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Curioso que ni la Secretaría de Agricultura ni los administradores de los ingenios involucrados estén enterados del emplazamiento a concurso mercantil o procedimiento de quiebra ordenada que promovió el gobierno contra las nueve unidades productivas del Consorcio Azucarero Escorpión.
La intención, como lo señalamos en su momento, es ubicar las vías para saldar deudas con el fisco, el Seguro Social y los propios proveedores.
albertobach@yahoo.com.mx
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