Pendiente aún la puesta en marcha del Programa Nacional de Bioenergía, la Secretaría de Agricultura ya le dio luz verde a la instalación en el país de 37 plantas productoras de biocombustibles, con lo que México se sube, a contrapelo de las críticas, a la ola mundial
De hecho, se espera que en su próxima visita al país el presidente de Brasil, Luis Inacio Lula da Silva coloque la primera piedra de una de ellas a instalarse en Veracruz.
Al igual, pues, que el país carioca, México empleará caña de azúcar para producir etanol, pero a diferencia de Estados Unidos no utilizará maíz como materia prima.
La posibilidad plantea sólo tres alternativas adicionales: sorgo dulce, yuca y remolacha azucarera.
En el caso del biodiesel, se utilizarían como materias primas la palma africana, jaltropha, higuerilla, girasol, canola y cártamo.
La intención, lo adivinó usted, es no modificar la estructura de producción actual del campo, buscando escenarios de siembra en regiones tradicionalmente marginadas.
En el caso de la higuerilla, por ejemplo, su producción plantea un potencial de diez millones 783 mil hectáreas diseminadas a lo largo de las costas del golfo de México y el océano Pacífico, con extensión hacia el sur-sureste del país.
A su vez, para la yuca se han identificado cuatro millones 528 mil hectáreas en un área que se extiende de Veracruz a Yucatán y de Tamaulipas a Campeche.
Ahora que la remolacha se produce en los seis estados de la frontera norte y San Luis Potosí, en tanto la palma africana se cultiva en Chiapas, Campeche, Veracruz y Tabasco.
La decisión de México de ingresar a la moda de trocar comestibles por combustibles, que según expertos de la Organización de las Naciones Unidas provocará más temprano que tarde hambrunas en el planeta, se sustenta en razonamientos de carácter estrictamente pragmático.
De acuerdo con el cálculo gubernamental, en los próximos años, dada la exigencia de incorporarse al menos 6% de etanol a las gasolinas para actuar como oxigenante, habrá una demanda de 640 millones de litros del combustible… sólo en las tres principales ciudades del país, es decir la capital, Guadalajara y Monterrey.
Adicionalmente, en Estados Unidos la demanda se volverá explosiva en una década, dada la exigencia de sustituir 25 por ciento de las gasolinas para 2017 con biocombustibles.
Se calcula que para entonces el país del norte habría acumulado en déficit de 300 millones de galones al año.
En el caso de la Unión Europea se estima un faltante actual de 228 millones de galones.
Y si le seguimos el mercado asiático tendrá un déficit de 106 millones de galones para el año próximo, que se duplicará en 2010.
Las plantas en lista de espera, pues, tendrán juego para abastecer el mercado interno y exportar excedentes… por más que la mitad plantea producir sólo para el mercado exterior.
La oferta gubernamental habla de plantear incentivos, vía programas de fomento, para quienes aprovechen las tierras subutilizadas en cultivos seleccionados, en afán de aumentar la productividad por hectárea, mejorando la rentabilidad y diversificación económica del productor.
De acuerdo con el Programa Nacional Bioenergético en ciernes, se creará una comisión intersecretarial para vigilar el cumplimiento de los objetivos, además de un consejo regulador del sector.
En términos gruesos, las metas por cumplir serían reducir la contaminación ambiental; darle mayor valor agregado a la producción del campo y encontrar nuevos nichos de mercado; obtener mayor seguridad energética por la menor dependencia de hidrocarburos del exterior y mejorar la economía rural, al detonar regiones marginadas del país, hoy sumidas en la pobreza.
Casi el paraíso.
México, pues, ingresa a la moda con un esquema que en teoría evitaría mayores estragos.
Siempre sí.
Balance general
La manzana de la discordia en el diferendo que mantiene la empresa estadounidense Genesse y Wyming, aún concesionaria del Ferrocarril Chiapas-Mayab, con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, se ubica en la pretensión de ésta de responsabilizar del mantenimiento y cuidado de las vías a la firma concesionaria.
Dicho con todas las letras, que la compañía debió hacerse cargo de las reparaciones de los tramos de vía dañados ante la furia del huracán Stan que arremetió hace dos años contra la zona del Soconusco.
Para eso están los seguros, dice la lógica de la dependencia.
El problema, de entrada, es que según el título de concesión con que ha operado desde hace ocho años la ruta las vías son propiedad del Gobierno Federal, que en tal caso le otorga a las firmas el derecho de utilizarlas.
Más aún, no hay una sola aseguradora en el planeta que venda pólizas contra desastres naturales en favor de vías férreas, por tratarse de infraestructura mayor.
Como le informamos, ayer, 29 de julio, venció el plazo para que la dependencia le diga sí o no a la pretensión de la empresa estadounidense de entregar la concesión
22 años antes de su vencimiento.
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En lo que apunta a un esfuerzo de promoción sin precedente, la Secretaría de Finanzas del gobierno capitalino que encabeza Mario Delgado ha editado un lujoso folleto en español e inglés con el sugerente título Capital de inversión.
El promocional señala 10 razones para sembrar apuestas en la ciudad de México, entre ellas el que mantiene el principal aeropuerto de América Latina, además de constituirse en puerta natural para los mercados del Hemisferio en lo general y Norteamérica en lo particular.
Más allá, se destaca que la metrópoli, de acuerdo con el despacho Price Waterhouse Coopers, es la octava más rica del mundo, generando 21 por ciento del PIB nacional, y 34 considerando su área metropolitana.
Su población económicamente activa es de cuatro millones de personas, equivalente a 9.2 del total nacional.
Adicionalmente, se destaca que el Instituto Mexicano de la Competitividad ubicó a la urbe en primer lugar en la materia por su facilidad para hacer negocios. En paralelo, se le ubica entre las cinco primeras ciudades del mundo con mayor potencial económico, y entre las cinco con la mejor relación costo-eficiencia.
El cobijo alcanza ya a 127 mil 940 empresas.
Más aún, la ciudad de México es la principal receptora de inversión extranjera en el país, con un acumulado de 80 mil millones de dólares entre 2000 y 2006.
Finalmente, se subraya la calidad crediticia triple A, es decir, óptimo grado de inversión que le otorgaron a la urbe las calificadoras Standard & Poor’s y Ficht Ratings, además de ubicarse en el primer lugar en inversión de obra pública.
Ahora que la oferta habla de subsidios de hasta ciento por ciento en el impuesto sobre nómina para pequeñas y medianas empresas que inicien operaciones, y de hasta 75 en el caso de operaciones de alta tecnología, además de 50 en materia de reducción del impuesto predial.
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En más de lo mismo de su expansión acelerada hacia el Hemisferio, el Banco Azteca recibió una autorización preliminar para operar en Brasil, por parte del Consejo Monetario Nacional. La intermediaria opera en Panamá, Guatemala, Honduras y El Salvador.
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