Aunque en el papel, de aprobar el Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito un proyecto de resolución en la mesa, el grupo fabricante de fertilizantes Fertinal resultará vencedor en su pleito con la aseguradora ING, que en realidad ya había sido derrotada
De hecho, la firma que surgió tras la privatización de Fertilizantes Mexicanos como Agroindustrias del Balsas dejó de operar totalmente al inicio del litigio, cuya historia se remonta a seis años.
Dicho con todas las letras, de condenarse a la compañía de seguros de capital holandés al pago de 300 millones de dólares, el monto extremo de la póliza contratada con cobertura para “todo riesgo”, el dinero apenas servirá para cubrir adeudos… y pago de abogados.
Colocada en el tobogán tras la negativa de ING a pagar una parte de la póliza para levantar escombros tras la destrucción de su filial en Baja California Sur, Roca Fosfórica Mexicana, ante la furia del huracán Juliette en septiembre de 2001, Fertinal entró a la antesala del infierno.
De entrada no pudo hacer frente al reclamo de pago de sus acreedores, lo que provocó, por ejemplo, que al año siguiente uno de ellos, el banco japonés Nissho Iwai, le demandara en reclamo de un préstamo refaccionario de 54 millones de dólares, cuyo juicio perdió de calle.
Los derechos de cobro los asumió la empresa NPK Chemical, quien meses después, concretamente el 21 de julio de 2006, le compró al Instituto para la Protección del Ahorro Bancario 47 por ciento del capital de la firma productora de fertilizantes fosfatados.
El precio pactado convocaba a la risa: 81.9 millones de pesos, es decir, menos de la cuarta parte de lo que pagó Fertinal por la póliza de la discordia.
Meses antes, en su calidad de socio minoritario de la firma, el gobierno, vía la Procuraduría General de la República (PGR), había demandado un concurso mercantil o procedimiento de quiebra ordenada ante un juez federal.
El reclamo, al que se sumaron el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) y Petróleos Mexicanos (Pemex) por adeudos que en conjunto alcanzan 150 millones de dólares, además de diversos acreedores por 300 millones de pesos, fue admitido el 26 de diciembre de 2006.
La resolución judicial habla de un año a partir de la fecha para que se reestructure la totalidad de las deudas o se declare la disolución y liquidación de la empresa.
Adicionalmente, el principal accionista de Fertinal, Fabio Covarrubias Piffer, está obligado a hacer cuentas con el gobierno federal frente al pago de la liquidación de 500 trabajadores sindicalizados de su principal planta, ubicada en Lázaro Cárdenas, Michoacán.
Y por si le faltara un pelo al gato, hete aquí que la firma enfrenta litigios ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje en demanda de la indemnización de los 250 trabajadores de confianza.
La rebatiña, pues, va a ser feroz… digo si finalmente ING cubre la póliza de la discordia, aún con un sobrepago de 50 millones de dólares.
Ahora que, más allá del evidente golpazo a sus reservas, la compañía holandesa enfrenta un costo extra de proporciones brutales: el desprestigio.
La firma lleva en la frente el estigma de tramposa, tras las acusaciones de Fertinal de haber cobrado en tiempo y forma los reaseguros correspondientes de la póliza; de haber alterado el contrato; de haber planteado supuestos endosos de la empresa de fertilizantes a favor de terceros; de haber amañado los peritajes… y de haberse cobijado con la complicidad del gobierno foxista.
Lo inaudito del caso es que el principal damnificado del juicio del siglo en materia de seguros, Fabio Covarrubias Piffer, costeó de su bolsa en su momento la estancia en Italia de la primera esposa del ex presidente Vicente Fox, Lilian De la Concha, durante el periodo en que éste buscó la Presidencia de la República y hasta su boda con Marta Sahagún Jiménez.
Como usted sabe, Fertinal logró que se emitieran 21 órdenes de aprehensión por parte de un juez de Morelos contra funcionarios, peritos e intermediarios de ING, empezando por el director general de la compañía, Adrián Páez.
Algunos de ellos, en el largo proceso que culminó con la exoneración total, permanecieron prófugos durante años; otros fueron apresados.
Más allá, el propio togado, José Bernabé García García, emitió una orden para congelar las cuentas de la firma hasta un monto de 300 millones de dólares, golpe que se prolongó durante varios meses.
La inaudito del asunto, además, es que ING había tasado la reclamación original en 13 millones de dólares… que depositó en un juzgado en afán de garantizar su pago.
Ahora que en el camino perdió también la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), al mostrarse incapaz de comprometer a las partes a una solución salomónica.
Sin embargo, la principal derrota se llama confianza.
Balance general
Empresario de arraigadas convicciones sociales y nacionalistas, Gilberto Borja Navarrete nació y creció al cobijo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la que sería integrante de su patronato y presidente de su equipo de futbol.
Su padre, Ángel Borja, fue un destacado maestro en la facultad de Ingeniería.
En 1950, a los 21 años de edad, el entonces pasante de ingeniería fue invitado a integrarse a la cooperativa de profesionistas que derivó en el Grupo ICA (Ingenieros Civiles Asociados), de la que sería su presidente 40 años después.
Entre las tareas encomendadas al profesional que se adelantó el lunes pasado al viaje eterno están las presas de los ríos Tepalcatepec y Jicalán, en Michoacán, donde se haría amigo del ex presidente Lázaro Cárdenas Del Río.
De ahí, su pasión por las obras de infraestructura lo llevó a Cobalto, El Infiernillo…
Nombrado a su retiro de ICA director general de Nacional Financiera, Borja renunció a la jubilación que le ofrecía el banco de desarrollo, en un gesto de dignidad.
Amigo entrañable del empresario Gonzalo Río Arronte, éste le confiere a su muerte la responsabilidad de encabezar una fundación filantrópica integrada con su legado.
Gilberto Borja Navarrete recibió la medalla “Belisario Domínguez” hace dos años por su vida al servicio de México.
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A propósito del puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán, que tras el cierre de Fertinal, los paros locos en la Siderúrgica Lázaro Cárdenas Las Truchas (Sicartsa) y la debacle de las siderúrgicas anexas se volvió prácticamente una ciudad fantasma, hete aquí que el gobierno está planteando su revitalización, o si lo prefiere su resurrección.
La intención es inyectarle inversiones conjuntas, es decir públicas y privadas, por mil 500 millones de dólares en los próximos tres años.
En la lista de apostadores, naturalmente, está Mittal Steel de Lashmi Mittal, quien le compró Sicartsa a los hermanos Villarreal, además de HPM de México de Jorge Licona y el Grupo Mexicano de Desarrollo que encabeza Manuel Gómez.
Más allá, Kansas City Southern México plantea construir una terminal de carga ferroviaria a la vera de la Administración Portuaria Integral que se construye.
Adicionalmente, están previstas inversiones de la cadena de tiendas Wal Mart de Eduardo Solórzano; de General Motors, y la naviera Macrak Sealand.
La intención es crear más de 10 mil empleos directos e indirectos.
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La sorpresa es que la Cervecería Cuauhtémoc-Moctezuma, subsidiaria de Femsa, se adelantó por horas al grupo Modelo al lanzar un nuevo producto al mercado. Estamos hablando de la cerveza Sol Cero, la primera sin alcohol que se produce en el país.
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