El brutal contraste entre el repudio de la población y la cortesanía del gobierno con que se recibirá hoy en Mérida al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se explica por una razón simple: la dependencia
asfixiante de México en la economía de su vecino del norte.
De no registrarse un holgado superávit en la relación comercial con el país de las barras y las estrellas, el déficit global de la balanza de México alcanzaría niveles imposibles de financiarse.
El desequilibrio a nuestro favor es de 81 mil 640 millones de dólares, en tanto el flujo de divisas por concepto de venta de petróleo alcanza 34 mil 744 millones; por remesas 25 mil, y por inversión extranjera
directa 16 mil 994. Ahora que el segundo renglón sería inexistente de no abrirse, a querer o
no, la posibilidad de ubicar un empleo allende el Bravo ante la raquítica o nula oferta en el país.
Y el tercero, naturalmente, llegaría a la mitad sin el concurso de las apuestas de la nación de las barras y las estrellas... por más que el grueso de éstas apunta a la compra de empresas existentes, no a la
creación de nuevas. Digamos que a contrapelo de la prudencia México juega el 90% de sus cartas a la suerte de Estados Unidos, con la novedad de que China nos está ‘comiendo el mandado’ en exportaciones; la inversión externa no crea empleos; las exportaciones de hidrocarburos no plantean valor agregado, y las remesas se podrían estrellar ante el muro fronterizo. De hecho, al margen de los ladrillos que dividen las fronteras, el Congreso de Estados Unidos analiza la posibilidad de otra barrera: el cobro de un gravamen en los envíos de dólares al exterior. El golpe se plantea justo cuando el envío de remesas alcanza niveles
inéditos. Si en el 2005, de acuerdo con un estudio realizado por el Fondo Multilateral de Inversiones
(Fomin) del Banco Interamericano de Desarrollo, México recibió un flujo de 18 mil 279 millones de dólares, el año pasado superó los 25 mil millones.
De hecho, según el organismo, nuestro país es líder mundial en la materia. El inédito se explica por dos causas: la creciente catarata provocada por el abandono del campo y el que la incontenible miseria en el país
obliga a enviar cada vez más recursos. Si en el 2003 se enviaban siete paquetes de remesas al año, hoy son 10.
De acuerdo con una encuesta realizada por el Fomin, 73% de los mexicanos que trabajan en Estados Unidos envían más dinero y con más frecuencia, con la novedad de que sus familias utilizan los recursos en gastos de
primera necesidad, por más que cuando el flujo es constante ahorran una parte para montar un negocio familiar. Y aunque la mayor parte del éxodo lo explica la falta de oportunidades en el país, un porcentaje menor habla de mejorar la economía, en un horizonte en que en México se ganaba un promedio de 150 dólares al mes, y en Estados Unidos de 900.
De acuerdo con el ejercicio realizado entre agosto y septiembre de 2006 entre dos mil 915 receptores de remesas, una de cada tres familias está por abajo de la línea de pobreza.
Incapaz, pues, de ser profeta en su tierra, México está cada día más ligado a lo que la buena voluntad de Estados Unidos nos ofrezca. De ahí las tanquetas, el desarme de la policía local, el ejército de agentes cubiertos o encubiertos, las incursiones ilegales de policías, el alarde de fuerza con que llega al país el jefe del imperio. Dicen que Porfirio Díaz lanzó una vez la frase que se quedó como estigma: “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”. Welcome mister Bush
Balance general
Bajo la promesa de proveer “todo lo que sea necesario”, aunque sin rebasar los 10 mil millones de dólares —6 mil más de lo colocado en la mesa hasta hoy—, el magnate Carlos Slim Helú extiende su acción filantrópica hacia el resto de América Latina. Habrá, pues, una fundación para cada país en que opere el imperio
empresarial del gigante, con cuatro ramificaciones en cada caso: salud, educación, capacitación y cultura.
En la magia de la bonanza que acompaña al tercer rico más rico del mundo, habrá un millón de computadoras de 100 dólares para comunidades indígenas. Naturalmente, en México habrá un impulso mayor para las fundaciones Carso, Telmex, del Centro Histórico de la Ciudad de México y el Centro de Estudios de Historia de México Condumex. El anuncio lo hizo el magnate en tumultuario encuentro con periodistas, que se prolongó por tres horas, en reacción al espectacular salto de 19 mil millones de dólares de su fortuna, que lo consolida en el tercer lugar mundial y lo ubica a tiro de piedra del líder y sublíder… por más que él mismo cuestione la ética de este tipo de mediciones. De hecho, el magnate dedicó más de una hora a justificar la ubicación de su lugar en la escalera, empezando por señalar que se trata de una fotografía del momento, dado que el precio de mercado de las empresas sube y baja, y continuando por hacer frente a los cuestionamientos sobre la legitimidad de la semilla. Como Bill Gates y Warren Buffet, pues, Slim dona parte de su fortuna
para atenuar la pobreza. La promesa es no heredar riquezas en líquido a sus hijos, “porque se
vuelven vagos”, aunque sí dejarles empresas para que las trabajen, “aunque sea cortando los cupones de los dividendos de las acciones”.
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Acosados por las preguntas de los analistas asistentes a una conferencia en que se explicaría la estrategia de la empresa frente al alza en el precio del maíz, los funcionarios del Grupo Maseca, los convocantes señalaron que ésta en realidad se resumía en dos palabras: subir precios.
El golpe, pues, para las tortillas y harina de maíz nixtamalizado que fabrica la empresa está a la vuelta de la esquina. ¿Se acuerda usted del pacto firmado con el gobierno al principio del año para contener el alud?
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La Comisión Federal de Competencia aprobó una solicitud del Grupo Industrial Saltillo y su filial Cifunas del Bajío para ampliar su participación accionaria en la empresa Castech. El giro de ésta apunta a la producción y venta de monobloques y cabezas de los motores automotrices elaborados con aluminio.
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De acuerdo con los resultados exhibidos, el pasado fue uno de los mejores años para el grupo cementero suizo Holcim que en México opera Holcim-Apasco.
La firma aumentó 29.8% sus ventas netas, entre ellas 140.7 millones de toneladas de cemento, alcanzando el escándalo de 19 mil 200 millones de dólares. En paralelo, su utilidad de operación creció 32.2 por ciento para
alcanzar tres mil 562 millones de dólares. La firma está consolidando su expansión con nuevas inversiones en
Estados Unidos, Marruecos, Rumania, Bulgaria y Francia.
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‘Pian pianito’ el Corporativo Fragua se está convirtiendo en la cadena de farmacias más grande de México, bajo la razón social Superfarmacias, acumulando ya 478 en todo el país.La meta para este año es llegar a 538, vía la apertura de 60 más, a un ritmo de una por cada seis días. La inversión prevista es de 360 millones de pesos.
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