Mantenida en la congeladora durante tres años en la magia del poderío aplastante de los bancos, finalmente el Senado sacó
la cabeza para aprobar la Ley de Transparencia y Ordenamiento de los Servicios Financieros, que plantea frenar la catarata en materia de comisiones.
Aunque el paso pareciera titubeante, dada la negativa a imponer topes o al menos parámetros, tampoco podría desdeñarse la exigencia de desnudar uno por uno los cobros para evitar sorpresas con la letra chiquita.
Más aún, las instituciones financieras que se nieguen a mostrarse tal cual primero ante el Banco de México y luego ante el público, serán sancionadas con multas que oscilan entre 500 y 10 mil salarios mínimos.
Lo inaudito del caso es que el ordenamiento había sido aprobado por la Cámara de Diputados en diciembre de 2003, al fragor de las denuncias del Banco de México sobre cobros exagerados de comisiones.
¿Se acuerda usted cuando los banqueros se persignaban a la vista de los papeles con que llegaba al podium de sus convenciones anuales el gobernador del Banco Central, Guillermo Ortiz, para lanzarles una filípica que se volvió tradicional?
Lo inaudito del asunto es que tan fina tendió su red de cabildeo la Asociación de Banqueros de México, que el propio instituto central daba como un hecho que las de las Cámaras legislativas le habían dado el sí al ordenamiento.
Ahora que la exposición de motivos de éste hablaba de cuatro objetivos: Regular el cobro de comisiones y cuotas interbancarias; fomentar la transparencia en las comisiones; evitar prácticas discriminatorias, y evaluar las condiciones de competencia en el sistema bancario.
Al fragor del cometido, se le otorgan nuevas facultades a la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de Usuarios de Servicios Financieros; a la Procuraduría Federal del Consumidor y, naturalmente, a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
Lo cierto es que la descongelación del ordenamiento llega en medio de un fuego cruzado contra lo que se ubica como abusos de los bancos que en algunos casos cobran hasta tres o cinco tantos por idénticos servicios que ofrecen sus matrices en el exterior. No es extraño, por ello, con ello, ante ello, que el peso de las utilidades del Citicorp de los Estados Unidos, el Bilbao-Vizcaya o el Santander de España se finque en las obtenidas por sus filiales en México.
Por lo pronto, el Banco de México pian pianito ha estado colocando piedra tras piedra en el camino.
Así, en noviembre del año pasado lanzó una circular para obligar a las emisoras de tarjetas de crédito a entregar a los clientes una copia del contrato y una tabla de amortización de cara a sus disposiciones.
La exigencia era que los contratos incluyeran la tasa de interés ordinaria y moratoria y los conceptos, montos y periodicidad de las comisiones, en el entendido que no podrían aplicar nuevas en el camino.
Más allá, se debía especificar que el cálculo de los intereses se efectúa sobre saldos insolutos, abriéndose, naturalmente, la posibilidad de pagos anticipados.
Adicionalmente, el instituto central ordenó suprimir los acuerdos bilaterales de transferencia electrónica de fondos entre bancos; permitió a los comercios optar por aceptar pagos con tarjetas de crédito o de débito, y obligó a los intermediarios a recibir cheques y órdenes de transferencias de fondos interbancarios para el pago de créditos.
Ahora que en octubre de 2005 se llegó al inaudito al limitarse a 11 pesos la comisión por transferencias electrónicas interbancarias menores a 100 mil pesos con fecha de liquidación al mismo día.
Adicionalmente, se limitó a cinco pesos la comisión por transferencias electrónicas con fecha de liquidación al día siguiente.
En otro plano, se exigió que todos los bancos aceptaran transferencias electrónicas interbancarias menores a 50 mil pesos.
Y si le seguimos, las comisiones interbancarias por tarjetas de débito no podrán rebasar en ningún caso un monto de 13.50 pesos.
Ahora que también se metió al ring la Comisión Federal de Competencia al emitir su opinión sobre el tema ante los presidentes de la Comisiones de Hacienda del Congreso.
De entrada, el documento lamenta que pese a un volumen de transacciones que se vuelve explosivo, los bancos no han reducido el monto de sus comisiones.
En el caso concreto del crédito al consumo, el monto de éste llegó ya a representar 3.4 por ciento del PIB, frente al 2.4 de Italia y 2.8 de Bélgica, aunque muy lejos aún del 21.1 de Canadá; el 10.8 de Austria; el 10.5 de Grecia, o el 10.3 de Irlanda.
El gran problema es la excesiva concentración del mercado. Hasta el año pasado, señala el texto, los dos bancos más grandes, es decir Banamex y Bancomer, acaparaban el 54 por ciento del crédito al consumo, en tanto los cuatro más grandes, es decir Santander y Banorte, llegaban al 76, y los seis más grandes, incluídos Scotiabank y HSBC, al 89.
De hecho, el primer grupo concentra el 58.2 por ciento de la utilidad de operación de la totalidad del sistema bancario; el segundo el 80.2, y el tercero el 92.5, con la novedad de que los seis primeros acaparan el 90.1 por ciento de las sucursales y el 87.2 de la captación de recursos.
Digamos que aunque se está muy lejos aún de meterse en cintura a los bancos, al menos se apretó dos hoyitos el cinturón.
Balance general
Aplaudida por propios y extraños la llegada al país, concretamente a Querétaro, de una planta de la división fabricante de aviones de la empresa canadiense Bombardier, ahora resulta que la firma enfrenta ya la furia de sus trabajadores ante lo que se califica de abusos laborales, engaños y tratos despóticos.
De hecho, ya se han realizado dos manifestaciones al interior de la factoría ubicada en el parque industrial El Marqués, la última de ellas el viernes de la semana pasada.
El eje de la inconformidad se ubica en la afiliación forzosa a un sindicato integrado a la Confederación de Agrupaciones Sindicales Mexicanas, cuya sede central se ubica en Monterrey.
El caso es que con la complacencia de éste, para acceder a trabajar a la planta se reclama ingresar a un curso de entrenamiento previo de entre tres y cuatro meses en las instalaciones de la Universidad Tecnológica de Querétaro… cuyo costo por aspirante es de dos mil pesos.
El problema es que la institución educativa no avala documentalmente la capacitación, es decir es sólo para trabajar en Bombardier.
Más allá, aunque la promesa hablaba de un salario de nueve mil 500 pesos mensuales, entre el dicho y el hecho éste alcanza un máximo de cinco mil 300… menos la cuota sindical.
De 400 trabajadores contratados, hasta hoy han renunciado 30.
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En lo que pareciera un balazo en el pie, el Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo, conocido como ConMéxico, está promoviendo una campaña denominada Alianza por la Vida Saludable, cuyo objetivo es combatir la obesidad infantil.
El caso es que entre las 36 firmas que integran el organismo están Sabritas, Bimbo, Canel's, Adams, Nestlé y, naturalmente, los fabricantes de refrescos y cervezas en el país.
Ahora que la campaña que incluye la promoción de una amplia gama de productos reducidos en calorías, grasas y azúcares, se plantea como reacción frente al amago del Congreso de promover una ley que prohíba la comercialización de alimentos chatarra al interior de las escuelas.
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El banco Santander está planteando a sus accionistas reinvertir sus rendimientos trimestrales en la compra de más valores que llegarían a sus manos libres de gastos y comisiones.
El precio de los papeles se calculará en base a la media aritmética de los cambios medios ponderados en el Sistema de Interconexión Bursátil Español.
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