Jorge Kanahuati, director general de Enlaces Ambientales, pionera en la asesoría para el desarrollo de proyectos sustentables explica “que algunas de las empresas “triple A” en México que ya están globalizadas por fin entendieron que el desarrollo sustentable con énfasis ambiental y la Responsabilidad Social Corporativa, no es un asunto de relaciones públicas sino un tema estratégico”.
Hablar del ambiente y de la economía es un asunto muy complicado, las actividades económicas para producir bienes y servicios, utilizan recursos del ambiente y factores económicos (trabajo, capital, conocimiento) pero independientemente de la producción de bienes y servicios producen algo más … deshechos.
Normalmente por sus características dominantes lo anterior lo relacionamos únicamente con las empresas o actividades dedicadas a la producción o a los servicios, olvidando con frecuencia que las propias actividades humanas utilizan también recursos naturales y productos deshechos, ante el crecimiento exponencial de la población se ha ido incrementando el daño ambiental.
Por esta razones ha venido creciendo y multiplicándose los grupos ecologistas en defensa del medio ambiente tratando de acotar las actividades que bajo su punto de vista actúan como depredadores de la naturaleza en general; es incuestionable que en todo el mundo pero refiriéndonos especialmente a nuestro país la velocidad con la que se abaten nuestros bosques y la vegetación significada por el aumento de la contaminación de mantos de agua y otras formas de explotación que van afectando los ecosistemas; recientemente leía en un artículo sobre China que la degradación y contaminación ambiental le cuestan a este país el equivalente a diez por ciento del PIB.
Sin embargo estos temas tan importantes y determinantes en el desarrollo de la civilización, frecuentemente son utilizados por algunos grupos ecologistas recalcitrantes para hacer aparecer a las empresas con determinadas características como si fueran los únicos causantes y responsables de lo que está ocurriendo, por ello conviene también que no caigamos en excesos que provocan división entre la sociedad, ya que no se puede frenar un progreso natural y necesario que nos puede conducir a volvernos primitivos.
Independientemente de que estamos concientes de que no ha existido una claridad en las políticas para evitar el deterioro ambiental, aunado a la injusta aplicación de la ley para quienes abusan de la explotación sin control en perjuicio de nuestro medio ambiente; también hay que considerar el hecho irrefutable que parte de estas pérdidas en la naturaleza tienen que ver con el crecimiento poblacional en pueblos, ciudades y regiones como sucede en nuestro país por el problema de los asentamientos humanos, que lógicamente provocan problemas sociales que se van exarcervando de ahí lo que mencionaba al principio de esta nota que ambientalísmo y economía son problemas muy complicados de solucionar.
El acabar con un recurso natural no solo significa la extinción del mismo ya que además, está provocando un desequilibrio en nuestro sistema, revertir el desastre ecológico es extremadamente complicado pero no debemos buscar excusas ya que es un hecho que se ha venido provocando un deterioro ecológico mundial y al menos en lo que respecta en nuestro país como en otras partes del mundo, tenemos que enfocar o estructurar un plan integral que permita resolver este problema tan grave.
Las soluciones van desde aplicar disciplinas y acciones paulatinas hasta definitivas o drásticas según las condiciones imperantes en cada región; un papel definitivo lo tienen los diferentes organismos gubernamentales, a quienes por cierto en nuestro caso salvo declaraciones de sus titulares en los medios no se ve tangiblemente la rendición de cuentas para constatar los resultados, a ellos corresponde establecer todo tipo de iniciativas y resoluciones para que se respeten, en definitiva que se aplique la ley sin excepciones además de contar con el suficiente personal ético y calificado.
Como también se mencionaba con anterioridad afortunadamente existe ya una gran conciencia empresarial para aplicar medidas que eviten el desgaste ambiental, y desde luego toca también a la sociedad dentro de su ámbito individual y familiar aplicar acciones morales, éticas y económicas cuyos resultados nos permitan alcanzar una verdadera calidad de vida.