Con motivo de la presente nota conviene mencionar que el verdadero valor de un ser humano, está en su capacidad de desprenderse de sí mismo, el hombre debe valorarse por los beneficios que aporta a otras personas y no por los bienes que recibe de los demás; no es casual que independientemente de las actividades de salvaguarda social atienden las personas a través de toda una red en la sociedad civil en sus diversas expresiones como las ONG se debe precisamente a que se ha creado una mayor conciencia de que no sólo al gobierno le compete el apoyar a los desamparados y a los grandes rezagos sociales, de salud y de preparación que tenemos en nuestro país, por lo mismo también las empresas han incorporado a su misión y visión una agenda de política Social.
Independientemente del grado de participación privada en la política social, el estado por su naturaleza, debe continuar rigurosamente su responsabilidad indelegable en éste aspecto al margen de los cambios de los funcionarios públicos y por lo tanto, actuar en todos los espacios y funciones con el fin de garantizar los requerimientos básicos que mencionamos anteriormente.
A pesar de que en múltiples documentos y en los discursos tradicionales se menciona que la salud y la educación así como el mejorar el ingreso de las familias son las principales prioridades más importantes en México, los hechos contradicen lo anterior cuando se aprecia una disminución en recursos asignados para atender éstas necesidades y que desafortunadamente son insuficientes y de mala calidad.
Si se hiciera un mayor esfuerzo de reforzar la calidad y cobertura en la educación pudiera manejarse como una reasignación de recursos; igualmente la inversión en salud presenta una rentabilidad social y económica muy alta, a pesar de los esfuerzos y que se tengan grandes posibilidades de alcanzar progresos con costos menores y esto también debe constituir en una ventaja competitiva ya que podrían no aprovecharse las oportunidades si los costos de salud y de calidad de vida se elevan exponencial e incontroladamente; además no hay qué olvidar que se trata de un sector dinámico de la economía que también tiene un alto potencial de crecimiento.
Disfrutar de buenas condiciones de vida en mejores ingresos, salud y educación como un derecho fundamental cuyo logro para toda la población, debe ser un objetivo prioritario de las políticas públicas y también del sector privado en su conjunto.
Sin embargo vemos con incertidumbre y sobre todo en éstos tiempos en donde la violencia campea en muy diversos estados de nuestro país, la política social que se lleva a cabo no ofrece muchas alternativas en el mediano y largo plazo, la reducción de la pobreza no sólo en términos de ingresos, sino de acceso a la salud, la educación y la obtención de servicios se ven rebasados por el simple crecimiento demográfico de la población.
Considero que se requiere un mayor compromiso y una mayor articulación de los programas de política social, con una mas alta vinculación de los organismos de gobierno: federales, estatales, municipales y privados. Para que se logre una mejor coordinación y una mayor eficiencia, es necesario un efectivo seguimiento a los planes y estrategias en éste sentido y sobre todo con una visión de largo plazo.
Los programas de política social se tienen qué focalizar de acuerdo a las condiciones y particularidades de cada región, debe ser un esfuerzo y un compromiso de todos y proponernos cada uno de nosotros en el lugar que estemos de apoyar a nuestros semejantes, el tiempo se acaba y que después no nos sorprenda las consecuencias negativas de las que como en una gran parte del mundo no estamos exentos.