Un conflicto judicial desató una ola de violencia en Pakistán con saldo de 31 muertos. (AP)
Partidarios del Gobierno y opositores convierten en campos de batalla barrios enteros de Karachi
Partidarios del Gobierno y grupos opositores ayer convirtieron en campos de batalla a barrios enteros de la ciudad más grande de Pakistán, con un saldo de al menos 31 muertos y más de un centenar de heridos en los peores hechos de violencia desde que el presidente suspendió a un juez.
Incluso antes del comienzo de las manifestaciones políticas, decenas de personas habían resultado muertas y heridas en los enfrentamientos callejeros. Grupos de hombres armados intercambiaban disparos de fusiles de asaltos en áreas residenciales de casas y apartamentos a menos de un kilómetro del Aeropuerto Internacional de Karachi.
Un canal de televisión privado fue atacado, pero pudo seguir transmitiendo su programación mientras los atacantes incendiaban vehículos afuera.
Los hechos violentos ocurrieron en una jornada de protestas por la suspensión de por la suspensión del juez Iftikhar Mohammed Chaudhry, el nueve de marzo, decretada por el presidente, general Pervez Musharraf.
Los enfrentamientos estallaron cuando Chaundry llegó para participar en la protesta de abogados y partidos de Oposición, descontentos por su suspensión. Los grupos que respaldan al Gobierno respondieron con sus propias demostraciones de fortaleza.
Fuentes hospitalarias y un funcionario de seguridad dijeron que 31 personas murieron en los hechos de violencia y más de cien resultaron heridas.
Kamran Alí, un vendedor de periódicos, dijo que murieron tres personas no identificadas que viajaban en un automóvil por las inmediaciones del aeropuerto y una transeúnte resultó herida.
Los críticos acusan a Musharraf, quien tomó el poder en un incruento golpe en 1999, de hacer a un lado al juez independiente, para evitar los recursos interpuestos a fin de que no prospere el plan del presidente para cumplir un quinto periodo presidencial, a partir de finales de este año.
El Gobierno sostiene que la suspensión no tuvo motivos políticos, y que Chaundry había abusado de su cargo.
Los activistas de la oposición acusaron al partido que apoya al Gobierno, el Movimiento Mutahida Qami de atacarlos con bastones y tiros cuando intentaban saludar al juez en el aeropuerto de Karachi.
Un líder del MMQ, Farooq Sattar, expresó que cuatro miembros de su partido murieron en los enfrentamientos. No quedaba claro si incluía a las tres personas que fallecieron en el automóvil.
Las barricadas colocadas por el MMQ en las calles impidió que la mayoría de los partidarios de Chaudhry llegara al aeropuerto. Pero algunos abogados que pudieron arribar caminando, gritaban: “Estamos con usted. ¡Abajo Musharraf”!
El juez rechazó una oferta de las autoridades de llegar al lugar de la manifestación en helicóptero y en consecuencia permanecía varado en el aeropuerto, al igual que cientos de pasajeros de otros vuelos.
Wasim Akhtar, un funcionario del MQM en el Gobierno provincial, instó al magistrado a que regresara a Islamabad para evitar otros hechos de violencia.
El MQM integra la coalición gobernante de la provincia de Sind, de la que Karachi es la capital.
Chaudhry, por su parte, ha decidido regresar en avión a Islamabad junto a los 25 abogados que le acompañaban a Karachi y que fueron obligados por las autoridades de Sindh a abandonar la provincia.