El Universal
SAN JUAN, PUERTO RICO.- El cantante puertorriqueño Ricky Martin ofreció un festejo multicultural que enmarcó con la interpretación de sus temas más populares dentro de la gira Blanco y Negro.
Sobre la tarima del Coliseo José Miguel Agrelot, el cantante presentó un espectáculo que, como si fuera un viaje con escalas, transcurrió entre atmósferas cambiantes.
A las 20:55 horas, antes de aparecer en tarima, primero se presentó una secuencia de imágenes que mostraban a Ricky nadando en el fondo de un mar oscuro. En poco segundos, el artista se dejó ver en el centro de la tarima, en una plataforma redonda que lo hizo ver como si saliera del suelo.
Su sola presencia, sin que aún cantara o moviera un dedo, fue suficiente para que los miles de asistentes se unieran en una sola voz para aclamarlo como señal de bienvenida. La emoción era más que evidente.
La noche abrió con el cadencioso ritmo del tema Pégate. Imágenes de fuego proyectadas por toda una tarima repleta de puntos de luces, el fuerte sonido de tambores y una ambientación que rinde homenaje a la raíz africana matizaron los primeros minutos del concierto, mientras Ricky se confundía con su cuerpo de baile, especialmente con una joven trigueña, que se le acercó con sensuales movimientos.
En una tarima llena de sorpresas para el ojo del espectador, el cantante continuó con This is Good, mientras se movía por las pasarelas laterales, equipadas ambas con correas eléctricas en el suelo para desplazarse sin tener que mover los pies.
En el montaje escénico todo estaba a su servicio: los músicos acomodados sobre plataformas con movimientos computarizados, espacios para proyectar imágenes por todos lados y múltiples accesos por el suelo o los costados de la tarima.
Para cuando el público cantó y bailó al ritmo de Jaleo, el ambiente evolucionaba a una onda más étnica. Y Ricky, cada vez más diestro en la disciplina del capoeira, se lució con una rutina de movimientos típicos del arte marcial brasileño.
La figura del artista lució como eje central de muchos recursos visuales a lo largo del concierto. Tanto así, que en el enorme semicírculo que se ubicaba en el centro de la tarima, y que servía como pizarra de proyecciones, se presentaron varios acercamientos de diferentes partes de su cuerpo. Eso fue más que suficiente para que la audiencia femenina reaccionara muy emocionada.
Entre el repertorio que se escuchó figuraron I don?t Care, Vuelve, Gracias y Fuego de Noche, entre muchas más.
El espectáculo concluiría tras dos horas llenas de música y movimiento sobre la tarima, contando con la participación especial de La Mari -del grupo Chambao- para cantar el éxito radial Tu Recuerdo.
Ricky Martin y Puerto Rico se encontraron otra vez. La gira Blanco y Negro comenzó por todo lo alto.
