Enorgullece a Marimar que la reconozcan

Antes de la telenovela Mientras Haya Vida, Marimar era conocida como “la hija Gonzalo Vega”, uno de los actores más emblemáticos del país.

Hoy, es una actriz con nombre propio que demostró tener actitud, herencia del primer actor Gonzalo Vega, y que gracias a los excesos de Gina, su personaje en el melodrama Mientras Haya Vida, ha logrado demostrar su capacidad para representar un personaje de la vida urbana.

Marimar encontró los matices para dar vida en esa historia a una joven deseosa de salir adelante, pero de la manera más fácil que encuentra a su paso, así que de cumplir su objetivo de irse a Estados Unidos para vivir el sueño americano, pasa a la terrible realidad de convertirse en prostituta adicta a las drogas.

Este es el papel que marca su carrera en la televisión, por eso Marimar Vega espera que le llegue mucho trabajo y proyección.

“Antes me veían como la hija de (Gonzalo Vega) o la novia de (Víctor García, cantante), pero ahora soy Marimar y me han reconocido mi trabajo”, platicó la actriz.

La oportunidad de hacer a Gina le llegó por coincidencia, y desde un inicio supo que su personaje daría mucho de qué hablar por sí solo.

Ella sabe que lo mismo hubiera sido que lo interpretara cualquier actriz, pero lo que Marimar le agregó a ese personaje, además de pasión, fue tiempo de estudio y características callejeras. Ahora espera que sus bonos como actriz se eleven y que la puedan invitar a la pantalla grande, “el trabajo está demostrado”, dijo convincentemente.

Ya tuvo su debut con una pequeña participación en la película Violanchelo, del director Alfonso Pineda, como Ingrid, quien es la mejor amiga del personaje interpretado por Bárbara Mori. En el melodrama protagonizado por Saúl Lisazo y Margarita Rosa de Francisco, que terminará el próximo 18 de enero, de acuerdo con Marimar, el mundo de excesos por drogas actualizadas no estuvo contemplado desde un principio.

Se sabía que el personaje sería una teibolera indocumentada en Estados Unidos, pero un día le avisaron que también sería drogadicta, por lo que se puso a ver películas para darle una nueva personalidad a Gina.

“Es un personaje que rara vez se encuentra en esta carrera. Es muy bueno. Independientemente de lo que haga el actor, es un personaje que tiene muchos matices, que no es ni la mala ni la buena”, platicó la actriz.

“Me sorprendí, porque cuando lo leí le llame a Epigmenio (Ibarra, productor) y le dije: ‘De plano de un día para otro se hace prostituta’. Creo que fue acertado desde el día que se hace prostituta Gina, porque gustó mucho”, agregó la hija del primer actor Gonzalo Vega.

Gina, o Marimar Vega, han robado cámara en la historia, se ha convertido en una actriz de mucho peso, por encima de historias protagonistas en el melodrama. Marimar entiende que la aceptación puede ser por el hecho de que Gina ha generado polémica.

“Yo le pregunto a la gente: ‘¿Qué quieres que pase con Gina?’. Y ellos me dicen que se muera, pero realmente no es un personaje malo, no es mala persona. Gina ha tomado decisiones equivocadas y aunque se drogue no significa que sea mala, es como una ‘chava’ común y débil”, dijo.

El personaje le ha dejado una gran satisfacción actoral y mucho reconocimiento por su trabajo. “En la calle se me acerca la gente y me felicita por mi trabajo”, platica la actriz de manera serena.

“Mi papá siempre me habla y me dice: ‘Mijita, uno sufre contigo porque te creo todo’. Él está muy contento, porque además tienes para moverte a muchos lados; el personaje no es la típica buena, tiene destellos buenos, de momento la familia la odia y luego la quiere, ella la pasa fatal pero también tiene su lado noble”. agregó.

Desde el inicio de la telenovela, que llegó a su final de grabaciones el pasado sábado 22 de diciembre, Marimar propuso diálogos para alimentar a Gina y no dejar que su personaje cayera en los clichés.

“Los directores me trataron muy bien, yo les decía que prefería decir otra cosa que no estaba en el guión y ellos me apoyaban, para el final propuse algo, porque no me encantó como escribieron el final para Gina y lo que les plantee me lo tomaron en cuenta.”

La actriz, antes del personaje, conocía el tema de drogas, imaginaba someramente el daño que pueden ocasionar en las personas como en su entorno, y comprendió que la enfermedad no sólo se combate con terapias en centros de rehabilitación, sino depende, además, de la fuerza de voluntad, de un alto impacto social que sacuda tu cabeza.